Two Love Stories [Changlix]

XXII

Toda la historia será narrada por la escritora.

Un años y medio después.

Felix les puso una venda a sus dos mejores amigos junto a MinHo y HyunJin, todos tomados de la mano entraron al elegante restaurante de puertas automáticas.

"Ya pueden quitarse las vendas", sonrió y todos lo hicieron quedando fascinados con el resultado. "¿Y bien?", pregunta esperanzado.

"Es perfecto", dijo Han con una sonrisa aún tomando la mano de MinHo.

"Increíble, Felix", admitió el peliazul con un poco de tristeza, habían llegado tan lejos.

"Estoy un poco conmovido", mencionó Yang y HyunJin lo abrazó.

Felix los miró queriendo llorar, se tocó el corazón y se acercó a abrazarlos. Había llegado lejos, tal y como lo prometió, sonrió triste.

MinHo había vuelto hace un mes, mostró su título de gastronomía y Felix lo aceptó como chef de inmediato, HyunJin sería un mesero junto a tres chico más que había contratado y a un solo lavaplatos.

Para ese entonces sus vestimentas iban en serio, Felix vestía de chef junto a Han, JeongIn y MinHo, un traje negro sin gorro porque les estorbaba horriblemente. HyunJin una camisa blanca con un chaleco negro, pantalones de vestir, zapatos y guantes blancos.

El nombre del restaurante era Arcades, el local lo dejó en manos de tres chefs profesionales y advirtió que si subían un peso más o un peso menos la comida estarían todos despedidos.

En poco tiempo su restaurante elegante se llenó de personas millonarias que venían a disfrutar del sazón, la recomendaban a sus amigos y llegaban muchos más, incluso había reservaciones. Muchas.

ChangBin miró a Matías entrar. "Tengo un nuevo recordatorio", dijo sentándose en la silla del frente.

"Dime", dejó de teclear.

"Es sobre el señor Kang", ChangBin asintió. "Y su invitación a la cena, recuerda que irás en representación del CEO", el pelinegro mordió su labio pensativo.

"Es cierto, gracias, ¿Cuándo es?", Matías le miró.

"En dos horas", hizo un pico nervioso al terminar de hablar.

"Matías-"

"Lo sé, por eso le preparé la ropa. Error mío, no volverá a suceder", sonrió dejando el traje listo para después salir.

ChangBin continuó con su trabajo, cuando faltaba media hora se vistió con una camisa negra dejando abiertos los dos botones el cuello, se colocó el saco y esperó a que Matías llegara. La puerta sonó. "Pase"

"Estamos yendo tarde", avisó acomodando su propio traje. "Vamos, tu auto ya nos espera", el pelinegro le siguió llevando todo lo necesario. "La charla no será más allá del tema y si lo hace puedes decir una excusa", sonrió entregándole la carpeta.

"¿A dónde iremos?"

"A un restaurante", dijo con obviedad. "Uno de los más prestigiados, ha estado en boca de todo mundo", recalcó y ChangBin asintió.

Bajaron del auto encontrando todo tan elegante, se dirigieron a la mesa en la que los dos hombres ya estaban esperándolos. "Ah, ChangBin, un placer", lo saludaron con una sonrisa.

"Lo mismo digo, señores", se sentaron.

"¿Quién es él?", pregunta con una sonrisa dirigiéndose a Matías que ahora era pelinegro.

"Mi secretario", admite y el hombre después de eso no le quita la mirada.

Un mesero se acercó. "Es lo que reservaron", sonrió amable y soltó un chasquido con sus dedos entrando tres meseros más. Uno de esos era HyunJin y no se podía creer que era ChangBin, hizo lo posible para llamar la atención del pelinegro pero no lo logró pues él hablaba con Matías seriamente. "Con permiso, espero que lo disfruten", sonrió retirándose.

"Veamos si este restaurante realmente es digno de gente como nosotros", ChangBin sonrió incómodo ante las palabras del señor Kang. "¿Qué?", les miró. "Si su comida no es buena entonces tenemos que cerrar el restaurante, así de fácil", enrolló en el tenedor su pasta y la metió a su boca comiendo. Quedó encantado, fascinado.

ChangBin recordaba este sazón pero tal vez pensó en que estaba delirando y negó mentalmente. "Los contratos tienen que ver con-" su secretario soltó un eructo realmente llamativo.

"Dios mío, lo siento", se sonrojó lleno de vergüenza.

"No te preocupes, le sucede a todo mundo", animó ChangBin con una sonrisa. Erick sólo asintió, se moría de vergüenza.

"Cómo decía", carraspeó molesto.

HyunJin volvió a dentro y fue corriendo a los chefs. "¡Chicos! ¡Chicos! ChangBin está afuera, está cenando con tres personas más", Felix volteó casi de inmediato y se acercó a la ventana de la puerta.

"Vaya", habló Yang sin creerlo.

"No puede ser, hace mucho que no lo veo. Tengo que ir", quiso abrir la puerta pero Han lo detuvo.

"Está ocupado, no vayas", pidió.

"Si, MinHo, parece muy ocupado", admitió el pelirrojo feliz por dentro, era increíble ver al pelinegro.

"Tenemos que ir a saludar en cuanto se vaya", propuso HyunJin emocionado mirando a todos.

"Eso no suena mal", sonrió Yang.

"Alguien tiene que vigilar", dijo JiSung. "Si no es que queremos que se vaya, hay que hacerlo", los miró.

"Yo lo hago", se postuló con una sonrisa Hwang, luego de eso todos comenzaron nuevamente su trabajo. "Ya terminaron de comer", ordenó HyunJin a los meseros para que recogieran los platos. "ChangBin está firmando tantas cosas", los demás se acercaron. "Parece que esto era muy importante", sonrió.

"No puedo creerlo, es un contador amargo", lloriqueo MinHo.

"No es amargado, MinHo", le dijo Felix con una sonrisa, una más sincera que las de antes.

"Se está despidiendo, es como si ya terminaron", todos se prepararon para salir.

"Chicos, será arriesgado, sobre todo para Felix", habló el lavaplatos que no fue escuchado debido a que los cuatro chefs y meseros salieron listos para ir hacia el pelinegro.

La gente se juntó queriendo felicitar a los chefs y eso hizo que obstruyeran su camino. "No", dijo Felix al ver que ChangBin ya se estaba yendo. "¡ChangBin!", gritó haciendo que el hombre se quede unos minutos estático para después voltear y encontrar al chef. No podía creerlo. Sonrió y Felix le hizo una seña para que salieran todos a fueras del restaurante.

Él comprendió y salió diciéndole a Matías que se esperara dentro del auto.