Una copa

1.5K 106 5
                                    


-Eres un completo imbecil- colgaste tu teléfono, habías terminado con tu novio, y las razones no eran para menos, encontraste ropa interior que no era tuya debajo de su cama.

Tomaste el primer autobús que viste en la estación, no te importó la dirección, solo querías huir.

Tu teléfono no dejaba de sonar, quizá estaría arrepentido o quería sacar las cosas de su departamento. No te importaba una mierda.

Llegaste a aquella ciudad ya pasando las 7:00 pm, entraste a un bar elegante en una esquina , estabas por completo dispuesta a  gastar todo tu dinero en una borrachera.
Tomaste una silla enfrente de la barra, el cantinero era bastante atractivo, su tez blanca, su cabellera negra, ojos azules tipo zafiros y ese lunar que estaba a la altura de las comisuras de sus labios, si no era el alcohol era aquel chico.

-¿Primera vez aquí?-
-Es correcto, por favor dame....-

Seguido te ofrecio en un vaso tipo caballito un licor de cereza.

-Cortesía de la casa, no siempre tenemos invitadas tan hermosas, espero te guste- dijo mientras sonreía, carajo, ese hombre era perfecto.

Tomaste de un solo trago y era una sensación maravillosa para tu garganta, el toque dulce con lo amargo del alcohol era increíble, agregando un sabor fresco, pintaba para ser una noche increíble.

-¿Puedo tomar ese gesto como un te gustó cierto?-
-Jamás había probado algo así, por favor ahora necesito algo más fuerte- decías mientras tu mirada se perdió en el vaso de caballito.

Sin darte cuenta un hombre se sentó a tu lado. El cantinero sirvió en una copa de una botella que se encontraba en el estante que se encontraba más alto.

-Entonces, ¿Qué te trae por aquí?-
-El imbecil de mi novio, solo quiero olvidar y ...-

El ojiazul sirvió un copa de la misma botella y te lo dio.

-Pero yo aun no te he pedido nada...-

El chico hizo un gesto señalando al hombre a tu lado. Enseguida giraste tu mirada a él, si el cantinero era atractivo, el hombre de traje negro lo era aún más.

Su rostro te miró y sonrió, quedaste embelesada con ese hombre, su cabello color morado con sus enormes ojos violeta, si rostro alargado y perfilado, y aquel tatuaje en el cuello. Tu estomago se estremeció y las palabras ni si quiera podían salir de tu boca.

-Espero no te sientas ofendida- dijo mientras tomaba un sorbo de su copa, la cual sostenía de una manera delicada como si se tratase del ala de una mariposa.
-En realidad no- tomaste un sorbo de aquel líquido para calmar tus nervios -

-Lamento la intromisión pero escuche que estas aquí por un chico-

-Es correcto- dijiste algo apenada, tus mejillas se ruborizaron, que un hombre tan guapo te mencionara a tu pareja fue razón suficiente para ponerte nerviosa. -Se comporto como un completo imbecil-

Aquel hombre tomó un buen sorbo de su copa, mientras sus ojos se clavaban en ti.

-Te propongo algo- Lo miraste sorprendida, no pensaste que la platica tuviera ese rumbo. -Regalame el resto de tu noche y te enseñaré que puedes sacarte de ti a cualquier persona-

El cantinero te miró e hizo un gesto insinuando que aceptaras, al parecer sabía quien era aquel hombre. Por un impulso estúpido o corazonada, accediste Basto que hicieras un movimiento con tu cabeza para poder acceder.

Aquel hombre sin terminar su copa se levantó se su silla y te extendió su mano.

La tomaste y le diste las gracias al ojiazul.

-Ya sabes a donde mandar la cuenta Ryo, agrega el 100% del servicio-

Ambos salieron del bar, no llevabas puesto nada para el frío así que enseguida se despojo de su abrigo y te lo puso sobre sus hombros, pudiste oler aquella loción, era embriagante el aroma.

Frente a ustedes llegó una camioneta Range Rover color gris oxford.

-Por favor permiteme- el hombre abrió la puerta y con su otra mano tomó de la tuya para ayudarte a subir.

Estabas enloquecía por aceptar salir con un desconocido, al mirarlo de perfil te cautivaste por completo, su mirada, su aroma, ¿De donde coño había salido?

-Oye Frank, detente por favor-

El auto se detuvo en frente de un muy elegante local, incluso se veían varios autos detenerse y la gente salía por completo de vestida de etiqueta rigurosa, te sentiste un poco acomplejada.

-¿Qué sucede?- dijo aquel hombre con su voz tan varonil, era un orgasmo auditivo.

-Siento que no estoy vestida para este lugar-

-Tranquila, yo me encargo de eso-
Te tomó de la cintura y camino orgulloso contigo, como si se tratara de estar al lado de alguien de la realeza, todos te miraban, sentiste cuchicheo entre la gente.

Aquel hombre como si supiera a donde ir te dirigió por una enorme escalera, un mesero que pasó por su lado se acercó a él.

-Como lo ordene...-

Te miró y sonrió, siguieron su camino hasta llegar a una mesa que se encontraba afuera, junto con alguna otra, pero de pronto la gente comenzó a salir del lugar, no le diste importancia y te sentaste en donde aquel chico te indicó, te acompaño y te acercó la silla, hace tiempo no recibias ese tipo de atenciones.

-Le pedí al dueño que sacara a toda la gente de aquí, no quería que te sintieras incómoda- quedaste boquiabierta, quien era aquel sujeto para tener ese poder, pero más aún te sorprendió lo que hizo solo porque te sentiste inferior, jamás te había dado tanta seguridad algo.

Ambos platicaron toda la noche, al parecer se dedico a escuchar cada detalle de tu vida.

-Pero...¿Ahora quisiera saber de ti?-

-Pedire la cuenta, antes de irnos de aqui, quisiera mostrarte algo especial-
Al parecer toda la noche evito por completo hablar de él. -Ya casi es de amanecer y no quisiera perderme-

No entendiste a lo que se refería pero seguiste a aquel hombre nuevamente a su auto.

Te llevó a un hermoso muelle, se estaba viendo contra luz el cielo estrellado reflejado en el agua.

-Mereces a alguien que te encuentre única entre todas las galaxias- tomó tu mejilla y te dio un suave beso.

Tu cuerpo comenzó a sentir como se estremecía, tu piel se erizaba pidiendo a gritos más caricias de aquel hombre.

Lo miraste directamente a los ojos, y solo te regalo una sonrisa, cerraste los ojos y..... despertaste en tu apartamento.

-¿Acaso fue un sueño?-

Miraste tu teléfono y tenias más de 30 llamadas perdidas.

-¡OYE MUJER! Donde te metiste, me preocupaste demasiado- entonces no fue un sueño, de verdad paso.

-Yuriko perdóname, es que ayer.....-

Caminaste por tu habitación y miraste  al lado de tu cama una tarjeta con un número telefónico y un nombre.

RAN HAITANI.

One Shot Tokyo Gang♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora