Un nuevo comienzo
El emperador estaba muy enojado por perder a Rodaric, pero sabía que eso podría suceder. Ya tenía un plan por si la chica volvía y se lo llevaba con su habilidad para teletransportarse.
Un poco más relajado, comenzó a usar sus poderes con el fin de rastrear la energía con la que Asura se teletransportó. Él tocó la zona donde la vio desaparecer, y comenzó a sentir la energía que viajaba hacia una calle cercana. Así que se concentró desapareciendo del lugar.
Cuando apareció en el sitio donde la había rastreado. Rog y Sigil lo vieron llegar, ellos estaban subiéndose a un vehículo que Rog previamente estacionó ahí.
El emperador comenzó a mirar a todos lados y tocó el suelo de forma que pudiera ver lo que pasó en esa zona los últimos minutos, no tardó en ver como Sigil aparecía frente a Rog y se quitaba el disfraz al presionar un botón en su cuello, sin embargo, para cuando pudo ver en el tiempo como ellos despegaban de un vehículo, ya era demasiado tarde.
Alón respiró muy profundo, intentó calmarse; sin embargo, no parecía dar resultados, seguirlos era una opción, pero no tenía caso, ellos podrían estar armados y crear un escándalo a plena luz el día. Y lo importante era ir directo tras Rodaric y la chica que le robó sus tesoros. Así que desapareció, volviendo a su Palacio. De inmediato comenzó a alertar a todos de la situación, ordenando varios movimientos estratégicos para lograr encontrar a Rodaric de nuevo.
Regresando unos minutos atrás: Asura, Rodaric y Sarat aparecieron en el Salón de eventos donde se habían reunido antes.
Asura se apresuró para decirle a Rodaric que se quedara quieto y eliminar el rastreo de su chip mientras movió sus manos alrededor de su cabeza y luego por su cuerpo para sentir si tenía algún otro método de rastreo.
Al no percibir nada más, desactivó su pulsera, provocando que se abriera al quemarla con una descarga muy fuerte. En ese brazalete estaban sus datos con nombres y apellidos falsificados, así mismo una cuenta bancaria y otros elementos digitales vinculados a ella. Pero ya no más. Realizó con Sarat lo mismo y le preguntó que eran esas diademas que sujetaba entre sus brazos como si quisiera protegerlas.
—Son para ver los sueños que tiene Rodaric de su pasado —dijo mientras ella se impresionaba un poco, pero no podía perder mucho tiempo.
Subieron a la nave y se dirigieron a la estación espacial donde podrían regresar a Courband.
Durante el camino Rodaric se notaba nervioso, ahora estaba con una chica de la que no recuerda nada, Sarat también se veía preocupado; sacrificó todo por un joven desconocido. Al menos algo era claro, él fue muy importante en el pasado, Alón lo llamó elegido. No eran palabras comunes y después de ver el comportamiento del emperador estaba seguro de que ahora se encontraba en el lugar correcto.
Sin embargo, se trataba de Alón, él más que nadie conoce su poder y no sería fácil escapar de él, las manos le temblaban, no podía imaginar cómo podrían salir con vida de esa situación.
ESTÁS LEYENDO
Courband: La Noche Eterna
FantasyEn un mundo donde lo antiguo y lo futurista se entrelazan, "Courband: La Noche Eterna" narra la historia de Rodaric, un guerrero de una era pasada, y Asura, ambos despertados de un largo congelamiento. Perseguidos por el emperador Alón, se ven envue...