Capítulo 1

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Un gran descubrimiento

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Un gran descubrimiento

«Puede que caminemos entre la niebla que ofusca la verdad. Que los miedos de vivir en una realidad desconocida nos hagan replantear nuestra existencia, y aunque el destino no sea preciso, tiene una cosa clara. Una función que podría permanecer latente a través del tiempo, una finalidad cuya verdad oculta será revelada en el momento correcto... Quizá llegue cuando la vida esté al filo de la muerte».

Una gigantesca nave aterrizaba en una costa helada junto con un emperador

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Una gigantesca nave aterrizaba en una costa helada junto con un emperador. Desplazó una enorme cantidad de arena y nieve, mientras el viento helado soplaba con fuertes ráfagas. Una montaña se podía distinguir a lo lejos como una sombra tras la ventisca. Los vientos levantaban la nieve y eran tan fuertes que incluso con linternas sus hombres no podían distinguir sus propias manos. Pero eso no impedía que la montaña se mostrara imponente, grande y majestuosa.

Entre la ventisca, otras personas le hablaron de frente, y para cuando el emperador logró distinguir sus luces, ya se encontraban a unos pasos de él. Resultaron ser hombres del equipo de investigación de Sander.

Ellos vieron como el emperador estaba muy tranquilo, mientras que sus guardias temblaban de frío y estaban alterados al aparecer tan de repente entre la ventisca.

Con una soga larga para que nadie se perdiera en el camino les alentaron a continuar. Luego los guiaron a él y a sus hombres a una pequeña instalación improvisada.

La base compuesta por carpas de un material de carbono, era perfecta para instalarse de forma rápida y poder soportar los vientos inhóspitos de esa zona, donde Sander lo esperaba para informarle todo lo ocurrido.

Dejaron a sus hombres en otra carpa y, en cuanto ambos estuvieron de frente, Sander le habló:

—Emperador Alón —dijo emocionado—. Recibí esta mañana su mensaje indicando que vendría en camino. Me pareció improvisado de su parte. Esperaría que un hombre tan ocupado llegara dentro de unos días. —Miró al emperador con un gesto curioso y desafiante.

—¿Por qué esa mirada? —preguntó el emperador con mirada seria, sin mover un solo músculo, mientras conectaba su vista directamente con la de Sander.

Courband: La Noche EternaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora