Señales
Momentos antes, caminando entre la nieve, la chica que fue descongelada comenzaba a descender por una montaña escapada de rocas y nieve con pinos, entre sus brazos ella tenía el escudo y los otros objetos.
Al fondo, la montaña de hielo aún podía verse.
Alón aún no salía de la cueva, por algún motivo ella había logrado llegar a la cima de otra montaña en poco tiempo.
Tomó una piedra y la lanzó muy lejos hasta que golpeó la montaña varios metros abajo, rebotó y rodó y siguió su camino en caída hasta que llegó al fondo.
Ella cerró los ojos y desapareció del lugar. Luego apareció justo sobre la piedra. Para ese momento ella ya comenzaba a sentir mucho frío.
Siguió su camino lanzando piedras y reapareciendo más lejos. Esta vez para subir otra montaña.
Una vez arriba se pudo ver como una nave despegaba en dirección a la luna de Lurband. Se asomó por el otro lado de la montaña y vio un millar de luces que se extendían por un inmenso valle, algunas se movían en fila, creando un desfile al rededor de estructuras que pronto entendió que eran casas. Era una ciudad inmensa.
Su rostro se iluminó lleno de satisfacción, una clara sonrisa se mostró y comenzó a moverse por el largo de la montaña.
Comenzó a juntar ramas de un pino. Las apiló a un costado de una roca alta y curvada, qué impedía qué el viento pasará por el otro lado. Incluso por los costados.
Luego de su bolso sacó un pequeño broche, le retiró el delgado metal y lo rompió para ponerlo entre sus dedos, usó uno de sus poderes eléctricos, provocando que el metal comenzará a ponerse anaranjado y al colocarlo contra una de las ramas. Esta comenzó a sacar humo.
Pero el metal se calentaba demasiado, quemando sus dedos y provocando que lo soltara. Volvía a sostenerlo con dedos diferentes y repetir el proceso, sacando humo de la delgada rama de pino.
Una vez más y otra más soltó el metal caliente al quemarse. Cuando todos sus dedos estaban lastimados, descansó un poco.
Estaba molesta por no poder encender fuego, todo estaba helado y húmedo por la nieve.
Lo intentó una vez más, esta vez la rama sacó más humo y al ver eso aguantó la quemadura un momento mientras su mano imploraba soltar el metal hasta que la rama encendió.
Ella soltó el metal, metió la mano en la nieve y con tubo su dolor para centrarse en meter la ramita debajo de las otras.
La sabia de la rama permitía mantener la llama ardiendo. Y al poco tiempo las otras ramas se encendieron.
Las llamas habían creado una fogata cálida. Ella estaba emocionada, casi lloró al ver que podría calentarse. Colocó más ramas y luego unos troncos. Cortó algunos pinos con su espada, los apiló para crear un muro y evitar que el viento entrara por el otro lado, encerrándose.
De su bolso sacó una pequeña bolita, parecida a un dulce. Al verla su cara de desagrado fue notoria.
—Sabe horrible, pero lo necesito para aumentar mi energía —se dijo así misma.
Al comer eso sacudió su cabeza y agarró un puñado de nieve para limpiarse el sabor.
Luego retiró los troncos mientras sentía cómo su energía interna aumentaba y ella se sentía más ligera. Por un momento se calentó aún más por el efecto de lo que se comió y supo que ahora sí podría lanzar la señal.
Tomó todas las piedras que pudo del suelo que estaba llena de ellas, las metió en su bolso y luego tomó una más grande. Usó uno de sus poderes en ella y emitió un brillo que pareció absorberse por la piedra en un instante.
Luego la lanzó lo más alto que pudo y ella desapareció del lugar. Reapareció junto a la piedra en el aire y con un giro la volvió a lanzar más alto. Volvió a desaparecer y repetir el proceso hasta que llegó a una altura donde le costó respirar por la menor densidad del oxígeno.
Comenzó a lanzar todas las piedras de su bolso lo más lejos que pudo, cada uno con una energía pulsante igual a las energías con las que atacó a Alón antes.
Las piedras fueron lanzadas en todas direcciones y luego comenzaron a explotar en el aire. Cada explosión pudo verse a kilómetros del lugar. Fueron quince explosiones consecutivas, pero con un patrón. Explotaron una detrás de otra formando un círculo.
Finalmente, usó la piedra que era poco más grande mientras caía y cuando por fin estaba por llegar al suelo, la lanzó hacia arriba y a la vez lanzó un pedazo de tela a un lado, para reaparecer a un lado de la piedra.
Al reaparecer, la fuerza hacia arriba de la piedra, también era transferida a ella, así que en lugar de llevar la velocidad de la caída, tenía la velocidad de la piedra lanzada hacia arriba. Una vez ahí, apareció justo cuando la tela estaba por tocar la nieve, frenando su caída.
Volvió a su refugio al lado del fuego completamente agotada, un efecto secundario del dulce y también por usar tanta energía en tan poco tiempo.
Se recostó junto al fuego que danzaba mientras sus ojos se cerraban, quedándose dormida bajo la oscuridad producida por el eclipse.
El fuego era lo único que se podía ver a lo lejos bajo esa oscuridad.
Aquí les dejo una canción del capítulo 🙃
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Courband: La Noche Eterna
FantasyEn un mundo donde lo antiguo y lo futurista se entrelazan, "Courband: La Noche Eterna" narra la historia de Rodaric, un guerrero de una era pasada, y Asura, ambos despertados de un largo congelamiento. Perseguidos por el emperador Alón, se ven envue...