|2| No puedo apartar los ojos de ti ✔

Capítulo 256: Desagradecido

Como dice el refrán, a veces se necesita mucho tiempo y un gran esfuerzo para encontrar algo, mientras que a veces obtienes lo que buscas por pura suerte. Sorprendentemente y por coincidencia, la prometida de Li Ronghui, que estaba en el campo, estaba en el mismo autobús que ellas.

Quizás la anciana sintió que no era fácil llevarse bien con los estudiantes universitarios de la ciudad, entonces tomó su canasta de bambú y dio un paso atrás. Caminó hacia la chica a la que se dirigió como 'Fangfang'.

Probablemente fue porque la anciana estaba acostumbrada a ser una bocazas, una vez que abrió la boca, todos en el autobús podían escucharla claramente.

"Fangfang, tu novio casi se gradúa, ¿verdad? Escuché que tu madre dijo que ambas familias te prometieron que te casarías con él una vez que se graduara, ¿verdad? ¡Eres tan afortunada! ¡Pronto podrás disfrutar de tu vida! ¡Después de que tu novio tenga éxito y se case contigo, deja que te encuentre un trabajo decente para que no tengas que trabajar tan duro en la fábrica en el futuro! Fangfang, somos del mismo pueblo, si ambos tienen éxito en el futuro, no se olviden de nosotros los aldeanos..."

"¡Ahora, ahora, tía! Ah Hui ni siquiera ha encontrado un trabajo, y no sé cómo su universidad lo arreglará al final. Basado en lo que Ah Hui escribió en su carta la última vez, quiere continuar sus estudios y dijo que cuanto mayor sea su educación, mejor será su futuro". Respondió la chica.

Jiang Yao no se había girado para mirar a la dama llamada Fangfang que estaba detrás de ella. Sin embargo, a juzgar por su voz, parecía muy joven.

Sintió que alguien le tiraba de la manga. Jiang Yao se volvió para mirar a Wen Xuehui.

"Vamos a casa cuando lleguemos a la estación". Las lágrimas brotaban de los ojos de Wen Xuehui, pero estaba luchando por contener las lágrimas. Apretó los dientes y se esforzó mucho por no llorar en el autobús. "No debería haber venido".

Jiang Yao suspiró con impotencia y extendió las manos para abrazar a Wen Xuehui. "Si no vinimos aquí, nunca te rendirás. Ahora, estás triste, ¿verdad? Pero es genial saber la verdad. Verás, incluso Dios te está dando la respuesta. Ni siquiera hemos empezado a buscarla, y ya la hemos conocido".

Jiang Yao realmente no sabía cómo consolar a la gente. A pesar de que estaba apuñalando el corazón de Wen Xuehui, la verdad era la verdad. Todavía tenía que decirlo porque debería.

Aún se escuchaba la conversación entre la niña y la anciana. El autobús era tan pequeño y las voces que venían de atrás eran tan fuertes que no importaba si querían escucharlo o no.

"¿Todavía quiere estudiar? Entonces, ¿ustedes dos se van a casar?" Al escuchar a Fangfang decir que su novio todavía planeaba continuar sus estudios, el corazón de la anciana latió con fuerza. "Fangfang, si yo fuera tú, no lo dejaría continuar. Verás, la familia Li solo lo tiene a él y a su madre. Tu familia ha estado cuidando de su familia todos estos años. Desde que él fue a la universidad, has estado cuidando sola a su madre con todo tu corazón y dinero. ¿Qué pasa si tiene éxito y te mira con desdén? ¿No puedes ver? Todos los estudiantes universitarios de la ciudad se ven tan encantadores. ¿Qué pasa si tu novio se enamora de su compañera de escuela y se niega a casarse contigo? ¡Tus años de arduo trabajo serían en vano!"

"¡Tía! ¡Te prohíbo que hables mal de Ah Hui! ¡Él no es ese tipo de persona! Somos amigos desde niños y crecimos juntos. Los mayores de ambas familias nos vieron crecer juntos, ¡él no es ese tipo de desagradecido! Es increíble que tenga automotivación, mientras continúe con sus estudios, no me importaría si trabajo las veinticuatro horas del día para ganar dinero. ¡Estoy dispuesta a apoyar su educación!"

Después de escuchar sus palabras, Jiang Yao no pudo evitar maldecir al hombre en el fondo.

Coincidentemente, el autobús llegó a una parada en ruta. Wen Xuehui estaba literalmente corriendo por el autobús, y Jiang Yao la siguió rápidamente.

Después de que el autobús se fue, Wen Xuehui ya no pudo contenerse y se puso en cuclillas junto a la carretera con la cabeza entre las rodillas mientras lloraba a mares.