|2| No puedo apartar los ojos de ti ✔

Capítulo 333: Verdadero o Falso

"No, no puedes". Lu Xingzhi sonrió impotente. Sabía que Jiang Yao estaba preocupada por él y por eso se sentía impotente. A pesar de ser un adulto, hizo que su esposa se preocupara tanto por él que incluso quiso acompañarlo a la sesión de entrenamiento.

"Solo relájate, no soy un temerario. Puedo adaptarme a las condiciones de entrenamiento una vez que salgo de casa". Lu Xingzhi bajó la cabeza y besó a Jiang Yao en la comisura de sus labios. Se puso de pie cuando se dio cuenta de que ella lo estaba evitando. "Si también quieres entrenar, puedes salir a correr por el complejo familiar. Espera a que regrese, te llevaré a desayunar a la cafetería."

Jiang Yao estuvo de acuerdo después de pensarlo un poco. "Está bien, bajaré las escaleras para correr ya que tampoco puedo volver a dormir".

Jiang Yao golpeó con la palma de la mano la cara de Lu Xingzhi cuando notó que él quería besarla de nuevo con una gran sonrisa en su rostro. "¡Ve y lávate la boca llena de pasta de dientes tuya ahora mismo! ¡Si vuelves a besarme así, me enfadaré contigo!".

Lu Xingzhi no había conocido a nadie que avisara a los demás antes de que se enfadaran. Mientras la miraba haciendo pucheros y enojándose, sintió que ella era mucho más interesante que el momento en que estaba borracha mientras era coqueta.

Sin embargo, entendió que no se veía muy atractivo con la boca llena de espuma de pasta de dientes, así que fue a lavarlos de todos modos. Luego bajó la cabeza y continuó besándola, pero esta vez no fue un ligero beso en los labios. Él la agarró y le dio un beso profundo y ardiente. Después de que terminó el beso, Jiang Yao se llenó la boca de aliento con olor a menta. Se dio cuenta de que a Lu Xingzhi le gustaba besarla de vez en cuando cada vez que tenía la oportunidad de hacerlo.

Ambos bajaron las escaleras después de cambiarse. Lu Xingzhi fue a su sesión de entrenamiento mientras que Jiang Yao salió a correr por el complejo familiar durante una hora. Después de que Lu Xingzhi regresó de su entrenamiento, ambos fueron juntos a la cafetería.

Se encontraron con mucha gente cuando caminaban del complejo familiar a la cafetería. Sin embargo, Jiang Yao notó que todos estaban murmurando algo, pero dejaron de hablar tan pronto como vieron que ella y Lu Xingzhi pasaban junto a ellos.

Jiang Yao miró a Lu Xingzhi y notó que permanecía imperturbable. Por lo tanto, ella tampoco preguntó mucho al respecto. Sin embargo, Jiang Yao finalmente supo de qué estaban hablando esas personas a espaldas de Lu Xingzhi cuando llegaron a la cafetería.

Zhou Junmin estaba esperando a Lu Xingzhi en la entrada de la cafetería. Se sorprendió de que Jiang Yao lo acompañara allí esa mañana. Pensó dos veces en lo que iba a decir y creía que Jiang Yao también habría escuchado las noticias de otros, incluso si se las hubiera ocultado. Por lo tanto, no trató de ocultárselo a Jiang Yao y se enfrentó a Lu Xingzhi.

"Capitán, los hombres que fueron enviados a comprar comestibles dijeron que vieron a la Sra. Ge saliendo de un motel con un hombre que parecía tener unos cuarenta años. La Sra. Ge incluso estaba abrazando al hombre con fuerza, y se besaron después de entrar en un automóvil". Zhou Junmin frunció aún más el ceño mientras hablaba: "Dijeron que la Sra. Ge estaba vestida de manera muy llamativa. No se veía igual cuando estaba en el pelotón hace unos días.

"¿La confundieron con otra persona?" Jiang Yao pensó que la idea sonaba increíble. La Sra. Ge no podría haber traicionado a su familia y haber hecho algo tan escandaloso, ¿verdad?

"Podría ser un error si solo un hombre lo viera, pero ¿cómo podría un grupo de hombres haberla confundido con otra persona al mismo tiempo? ¡Incluso escucharon al hombre gritar el nombre de la Sra. Ge!" Zhou Junmin se enojó aún más mientras hablaba. Curvó ambas manos en puños. "¡Qué mujer tan desvergonzada! El sargento Ge está cuidando a su hijo mientras está herido. ¡Mira lo que ella hizo a cambio! ¡Se fue a disfrutar de su vida con otro hombre rico y engañó al sargento Ge!

"No difundas la noticia todavía y no dejes que el sargento Ge se entere". Lu Xingzhi le recordó.

Sabía que los soldados evitarían que se enterara de todos los chismes del pelotón porque tenía mal genio. Si se enterara de que habían estado difundiendo chismes, los castigaría a todos para restaurar la disciplina en el pelotón. No permitiría que ese tipo de mala tendencia creciera en el pelotón.

Después de considerarlo un poco, Lu Xingzhi dijo nuevamente: "¿Qué tal esto? Más tarde, cuando desayunas, llamas a la ciudad natal del sargento Ge. Verifique dos veces si la Sra. Ge está en su ciudad natal o no ".