Love Is Weakness [REESCRIBIENDO] [CLEXA] [Español]

Capítulo Tres

CLARKE'S POV

Sabía que Bellamy iba a encontrarla tarde o temprano, él nunca aceptaría perderla y desde luego no iba a quedarse quieto sin hacer nada mientras Clarke podría estar en peligro. Volver a ver a Octavia, Jasper y Bellamy fue en parte reconfortante y en parte agobiante, le reconfortaba el hecho de tener cerca a sus amigos otra vez, saber que alguien le cubriría las espaldas pero fue al ver a Jasper que sus demonios volvieron a atormentarla. Él era uno de los que salvó al matar a toda esa gente y ese día regresaba a su cabeza cada vez que le miraba.

―Volverás, ¿verdad? Al campamento, con nosotros― la voz de Jasper la sacó de sus malos pensamientos, alzó la cabeza para mirarle. La luz que emitía el fuego le daba un aspecto algo sombrío.

―No lo sé.

―No hemos venido hasta aquí sólo para que nos digas eso― espetó Octavia con tono molesto.

Clarke sonrió levemente, no se había dado cuenta de lo mucho que echaba de menos a estas personas, echaba de menos la brusquedad de la morena, la inocencia de Jasper y la seguridad de Bellamy. "Yo no os pedí que vinierais" pensó en su interior, tenía la intención de decirlo en alto pero después de que se habían jugado la vida al buscarla no quería ser borde.

―Aún no lo he decidido― respondió mirando fijamente las llamas de la hoguera.

―¿Acaso hay algo que decidir?― Clarke dirigió la mirada a Octavia, su rostro se mostraba más serio de lo usual―. Sólo hay una opción válida, ¿qué piensas hacer tú sola por el bosque, a parte de sentenciar tu muerte?

―Ya basta― Bellamy cortó la conversación antes de que Clarke pudiera responder―. No podemos obligarla, es su decisión.

Octavia gruñó bruscamente ante las palabras de su hermano. ―Pensé que tú eras el primero en quererla de vuelta― dijo algo dolida por la inercia de Bellamy, se suponía que debían traerla de vuelta y ahora él soltaba que era decisión de Clarke. Ella ya decidió largarse una vez, no le sería muy difícil volver a hacerlo.

Bellamy no respondió, él seguía siendo el primero en querer que Clarke vuelva al campamento pero llevarla en contra de su voluntad no entraba en sus planes, ellos no eran salvajes, no podían obligarla. Ante el silencio de su hermano Octavia se levantó de mala gana y se marchó junto a Lincoln, que había decidido hacer la primera guardia.

Clarke se sentía mal por sus amigos pero ella sabía que no podía volver con ellos por mucho que lo deseara, había intentado con todo su ser eliminar el sentimiento de culpa que la envolvía pero era incapaz. Si con sólo ver a Jasper se teletransportaba a aquella noche no quería ni pensar qué pasaría si viera a los demás que salvó en el Monte Weather, posiblemente enloquecería y haría algo mucho peor que huir. Pensar eso no le hacía sentir mejor pero al menos le hacía saber que alejarse de ellos era la mejor opción, de todas formas no estaría toda su vida huyendo, algún día volvería con ellos, y ese día llegaría cuando venciera a sus pesadillas, cuando cualquier rastro de remordimiento que habita en ella desapareciera, cuando ella misma pudiera perdonarse. Quedaba mucho camino que recorrer para lograr todo eso pero tenía la esperanza de que lo conseguiría en algún momento de su larga vida.

―Siento lo de Octavia― se disculpó Bellamy posando sus ojos en Clarke.

―No tienes que disculparte― le devolvió la mirada―, ya estoy acostumbrada a ella.

Después de un largo rato en silencio Jasper se fue a su tienda a dormir, el exhausto viaje comenzaba a hacer mella en él, y también en Bellamy que no tardó mucho en seguir los pasos de Jasper dejando a Clarke sola frente al fuego. Se acurrucó cerca de la hoguera, las noches en la Tierra solían ser frías, recordaba haber leído algo acerca de las estaciones del año en uno de los muchos libros que leía con Wells sobre este planeta. Ella nunca había conocido lo que se sentía al pasar frío o calor a causa de la regulación de temperatura que había en el Arca, y ahora que conocía el sentimiento no dejaba de sorprenderla. No pasó mucho tiempo hasta que sus azules ojos comenzaban a cerrarse poco a poco a merced del sueño, inclinó su cuerpo hasta quedar tumbada sobre el suelo y apoyó la cabeza sobre su brazo.