FLASHBACK
26 de Agosto de 2016, Bridgetown
– ¡ERES UNA MALDITA ENFERMA! – Sentí mi mejilla arder, y poco a poco el dolor empezaba a incrementar. Era la primera vez que él me golpeaba de esa forma. Ni siquiera pude responder cuando volví a sentir otro golpe, esta vez derribándome al piso – ¡TE JURO POR DIOS QUE VOY A QUITARTE LO ENFERMA A GOLPES! – Una de sus manos se aferró al cuello de mi camisa y la otra volvió a impactar justo en mi pómulo izquierdo.
– ¡SUÉLTALA! – Mi madre se abalanzó hacía el cómo pudo – ¡ERES UN MALDITO COBARDE SERGIO! – Sus lágrimas corrían por sus mejillas, mientras trataba de quitarme a ese hombre de encima.
– ¡CÁLLATE! – El hombre se soltó de su agarre y la empujo, haciendo que mi madre cayera al piso – ¡NO TE ATREVAS A DEFENDER A ESTA ASQUEROSA LESBIANA!
Estaba harta. No podía seguir permitiendo que viviéramos de esa manera. Rápidamente, dirigí mi vista a cada punto de la habitación, tratando de buscar algo con lo que pudiera quitarme a ese hombre de encima. Me percaté de la botella de cerveza que estaba tirada cerca de nosotros, así que tomando ventaja de su distracción, me estire lo más que pude alcanzando la botella.
Sus ojos llenos de furia volvieron a mirarme, y al darse cuenta de lo que intentaba hacer su agarre se hizo más fuerte. Pero gracias a la adrenalina que corría por todo mi cuerpo tomé la botella y sin pensarlo dos veces lo golpeé justo en su cabeza, haciendo que esta se quebrara al instante.
El hombre cayó a mi lado, quejándose del dolor. Una ira enorme me invadió en esos momentos, tomando control de mi cuerpo. Aun con todo el dolor que sentía me puse encima de él y comencé a golpearlo.
– ¡Camila! – Mi madre me sujeto, intentando detener mis golpes pero yo estaba completamente perdida en mi ira – ¡Camila, por favor! – La sangre de su rostro empezaba a manchar mi puño pero ni siquiera eso me detuvo – ¡Por favor, detente! – Paré el último golpe cuando la voz de mi madre se quebró en esa última suplica, el tipo estaba inconsciente y con el rostro lleno de su propia sangre. Me puse de pie, y me aferre a mi madre, quien todavía me sostenía en sus brazos.
– Mamá... – Las lágrimas empezaron a correr por mi rostro – Lo siento...lo siento...yo no-...
– Shh, está bien cariño... – Dijo, mientras daba suaves caricias por mi cabello, tratando de calmar mi llanto.
– Por favor mamá, vámonos de aquí – Le suplique – No podemos seguir más tiempo en este infierno...
– Escúchame hija... – Tomo mi rostro entre sus manos y me miro – Quiero que tomes todas tus cosas y las de Sofía y salgan de aquí de inmediato – Asentí dejando que ella continuara – Toma el dinero que tenemos ahorrado y vayan a casa de tu abuela...yo las veré ahí en un par de días...
– No
– Hija, por favor...
– No pienso dejarte sola con esa bestia mamá – Tomé sus manos, desesperada por tratar de convencerla – Si salimos de aquí lo haremos juntas, pero no pienses que voy a permitir que te quedes un segundo más en esta casa...
– No me quedare aquí, le pediré a tu tía quedarme con ella en esos días, pero ahora lo más importante es que tú y Sofía estén seguras y lo más lejos posible de Sergio – Yo seguía negando con mi cabeza, cerrando fuertemente mis ojos para evitar dejar correr mis lágrimas otra vez – Por favor Camila, necesito que lo hagas... – Una de sus manos tomo suavemente mi rostro – Cariño...mírame – Y así lo hice – Te prometo que yo estaré bien, pero no puedo irme sabiendo que este hombre hará lo que sea para arrastrarnos de regreso con él, haré lo que debí de haber hecho desde hace muchos años, pero las necesito fuera de este lugar para saber que ustedes estarán bien.
Mi madre limpio los golpes que tenía en el rostro, dejándolo un poco más decente. Volví a abrazarla, y unos minutos después me dirigí a mi habitación a tomar toda mi ropa y la de Sofía para salir de ahí de una vez por todas. Antes de salir de la habitación, tome la muñeca favorita de mi hermanita y la guarde en mi mochila.
El hombre seguía inconsciente en el piso, y aprovechando la ausencia de mi madre solté una fuerte patada directo a su rostro, al menos así no despertaría en un par de horas más.
– Por favor cariño, cuida mucho de tu hermana y cuídate tú también – Dijo mi madre volviendo a abrazarme, dejando un beso en mi frente. Ambas llorábamos – Dile a Sofi que la amo y que estaré con ustedes pronto, y dile que se porte bien ¿Sí? – Asentí – Te amo mi niña, te juro que todo estará bien – Me dio un último beso en mi mejilla y me entregó un sobre con el dinero que habíamos estado ahorrando desde hace algunos meses.
Al salir, fuí directo a mi motocicleta, encendí el motor y arranqué sin mirar atrás. Conduje por unos minutos hasta llegar al colegio de Sofía. Faltaba poco para que ella saliera. Intente distraerme un poco pero era imposible, la culpa de haber dejado a mi madre en ese infierno me mataba. Todos mis pensamientos desaparecieron al escuchar las risas de los niños que salían del colegio. Me acerqué un poco para buscar a Sofía, cuando la vi me sentí un poco más tranquila, sabiendo que por fin ella no tendría que volver más al infierno que teníamos como hogar.
– ¡Kaki! - Gritó mi hermana emocionada al verme – ¡Viniste!
– ¡Hola peque! – La tomé entre mis brazos, y la cargué llenando de besos su rostro. Ella comenzó a reír, pero al separarse y ver mejor mi rostro su sonrisa despareció.
– Kaki... ¿Qué te paso en la cara? – Preguntó algo asustada.
– No te preocupes peque, solo son unos rasguños – Dije, tratando de restarle importancia al asunto.
– ¿Te duele?
– Solo un poquito... – Ella solo asintió y dejo un beso suave en mi rostro.
– Es para que te mejores, mami siempre me da un besito cuando me lastimo mi rodilla – Definitivamente eso me hizo olvidarme del dolor que sentía en toda mi cara.
– Oye Sofi... ¿Te parece si nos vamos de viaje con la abuela? – El brillo en los ojos de mi hermana fue más que suficiente para saber su respuesta.
– ¡Siii! – Su rostro volvió a cambiar, esta vez la preocupación invadieron su mirada alegre — Kaki... ¿Papá a venir con nosotras? Es que...no me gusta cuando él se enoja y nos grita...
– No peque, él no vendrá con nosotras – Su mirada volvió a alegrarse - Seremos tú y yo...
– ¿Y mamá? – Preguntó, mientras nos dirigíamos a mi motocicleta.
– Mamá nos alcanzará cuando estemos allá – Dije, montando a Sofia a la parte delantera de la motocicleta y poniéndole su casco – Pero dijo que te ama muchísimo y que pronto estará con nosotras – Me puse detrás de ella poniendo en marcha al motor. Arranque y me dirigí a las afueras de Bridgetown.
Conduje unas tres horas hasta llegar a Westernville, las montañas y los arboles comenzaban a inundar el paisaje, el atardecer comenzaba a desaparecer dando paso a la noche y con el, nuestra vida en Bridgetown se desvanecía. No sabía que era lo que pasaría a partir de ahora, pero tenía una cosa muy clara, jamás volvería a permitir que nadie volviera a dañar a mi madre ni a Sofía.
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All You Need Is Love (Camren)
FanfictionTras lograr escapar de su pasado, Camila regresa a Westernville para empezar una nueva vida lejos de todo lo que en algún momento llegó a hacerle daño. Decidida a no volver a pasar por ninguna de esas cosas, Camila se jura no volver a cometer los mi...