Portátiles

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Parte 1

Portátiles

Los vientres portátiles o caseros, como le dicen vulgarmente, lo inventaron para no deteriorar el cuerpo ni padecer de algún dolor de parto en el ser que lleve la cría. Eran 100% confiables y seguros, si presentaba alguna falla o deterioro del embrión, la corporación se hacía cargo.

Ofrecían bebes 100% saludables genéticamente, sin daños a ningún tipo de órgano, pero ya sabemos, por historia, que nada es seguro, confiable o saludable.

La fecundación se hacía in vitro. Nosotros elegíamos el sexo, la identidad física y psicológica. Rasgos genéticos de nosotros, como pareja, independientemente si la pareja era hetero u homosexual, nada era al azar.

Pero apareció una empresa competitiva, la GLE (genética libre elección) que permitía a los padres incluir a su hijo especialidades innatas. Podían salir expertos en algún deporte, ciencia o tecnología.

Al cabo de 20 años estos primeros prototipos superdotados ya manejaban todo, incluso un niño de 10 años ya era presidente de una nación asiática.

Fue tanto el boom de estos vientres portátiles y bebes prodigios que la ciencia fue más allá, si, la misma ciencia creada por estos pequeños, que la mutación fue solo el principio.

Si, alguien quiso que su bebe fuera mitad humano y mitad tigre, pues estos chicos crearon la mutación de ADN y crearon a tal ser. Lobos, leones, y osos; estos animales fueron los primeros, he ahí donde nos dimos cuenta que nos fuimos al carajo.

Cuando era niño y veía una serie de dibujos animados donde aparecían estos tipos de seres, me parecía genial, hoy no lo es. La fuerza, habilidad y agilidad los hacían destacarse en cualquier cosa, desplazando a la raza humana a ser sus putos mayordomos.

40 años han pasado desde la primera mutación y la raza humana ya está casi extinta. El motivo fue por la sencilla razón que ninguno de los humanos que quedábamos quería que su hijo fuese un desplazado, ni tampoco una presa. Estos malditos crearon la ley universal de libre apetito. Claro, como eran mutaciones de animales que por lo regular eran carnívoros, a ellos no se les juzgo por comerse a una persona o mascota.

Desafortunadamente mi madre y mi padre no quisieron seguir los consejos de sus hermanos cocodrilos y en un vientre portátil me hicieron nacer, de manera clandestina, hace 20 años. Donde la vida era mucho más simple que ahora.

Como dije, la raza humana estaba casi extinta y lo peor de todo es que nuestros antepasados contribuyeron a aquello. Fueron unos imbéciles.

Hoy la ley anti humanos fue promulgada por el 3er presidente mutado de la nación. Comenzaba así la cacería humana, comenzaba la gran guerra pues los que quedamos no dejaríamos que estas razas que siempre fueron inferiores nos quiten nuestro planeta, que si bien se contribuyó a que se deteriorara tampoco es argumento para que nos desplacen pues esta nueva raza de mutados, no son mejores que nosotros.

Mi nombre es Charles Low, sargento del primer batallón de defensa de la resistencia y ustedes pasaran a la historia conmigo como los primeros mártires. Después de hoy, en este campo de batalla no quedara nadie muerto pues nuestra historia se contará por siglos y los humanos que reestablezcan el orden pondrán colegios con nuestros nombres...

—Bueno niños—dijo la profesora frente a una veintena de niños mutados—Ese era el hombre que pensó que podía ser una verdadera hazaña, pero como ven, nuestra raza de mutados gano esa batalla y posterior guerra que solo duro un año—añadió prendiendo las luces para quitar una proyección analógica en el centro de la sala.

—¿Profesora? —dijo un niño—¿Aún existen humano?

—Esta guerra fue hace 10 años, y a la fecha no ha habido reproducción entre ellos. Me refiero a los que se mantienen en lo que antes se llamaban zoológicos. Por lo que el peligro de tener un planeta como lo encontramos nosotros y que salvamos de su extinción, es muy escaza.

Continuara. 

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