DISTÓPICOS

CAMPO DE BATALLA

Primero fue el futbol, después el boxeo, luego las artes marciales mixtas. Siguieron con las batallas de máquinas y luego las peleas de bot, pero nada, nada parecía saciar la sed de diversión de la humanidad. No era suficiente ver desvanecerse a los deportistas en las canchas, en los ring o perder a tu bot querido.

Las apuestas llevaban el negocio, muchos se hicieron millonarios en base a las apuestas y las probabilidades, pero ya no se podían parar la corrupción en ellas. Los juegos arreglados, las peleas, todo estaba hecho de tal forma que quien ponía las fichas grandes en el ganador, aquel no perdía.

Así que las agencias de apuestas dejaron de existir por mandato mundial y los deportes ya no tuvieron el efecto que tenían antes, ya no había pasión, ya no había competición. Las personas, al enterarse de que sus ídolos se prestaban para las apuestas, dejaron de asistir a espectáculos de distinta índole deportiva y después unos años los deportes que llamaron a más personas, a lo largo de la historia, estaban a punto de desaparecer.

Pero llego alguien, con quienes no contaban las grandes empresas de apuestas, a deslumbrar por su efecto tan inmediato de ganancias, todos saben quién era, pero nadie le tenía fe y después de largos 10 años vino con una nueva etapa de las peleas, las batallas del destino.

Roman Krause, un empresario tecnólogico y dueño de la multiplataforma más famosas de video juegos FIBER, quien había inventado hace muchos años atrás las batallas de shooters por internet, ahora, quería llevar todo a la vida real.

Lo primero que ocuparon fueron humanos que estaban en las cárceles, claro, era su billete de salida. El que ganaba una batalla descarnada, con armas esparcidas por la tierra, del cual Krause era dueño, podía salir de la prisión.

"Tenemos la aprobación del 70% de los países para comenzar con este proyecto que busca la entretención. Este reality show es para que sus vidas cambien y también las de los presos. Es una oportunidad única para redimirse" dijo Roman en una entrevista a la televisión.

Pese a ser muy criticada la propuesta, a nadie más le importaba, finalmente eran reos, que hicieron daño a la humanidad quienes morirán en aquel juego, lo importante para las personas era el fin, la entretención, y que precisamente éste juego estaba tan bien echo que era incorruptible, se podía apostar al ganador sin tener tanto margen de error, solo viendo su perfil en internet se podía determinar cuan apto estaba para esta batalla.

Entonces un 4 de septiembre del 2029, en un escenario de 10 km2 se desencadeno el primer Battlefield del mundo. 30 reos de distintos sexos fueron lanzados en paracaídas desde un avión a 1000 pies de altura. Aquel día, por lo menos mi ciudad, se paralizó para ver aquella batalla que después de largos 30 minutos dio por ganadora a Helena Kraveki, una rea ucraniana que había sido acusada de genocidio en su país.

Tenía cadena perpetua, pero a los 3 años de presidio se anotó para salir de prisión, y le ganó nada más ni nada menos que a un reo que pertenecía a un cartel mexicano explotándole la cabeza a este sujeto cuando, en vez de matarla, quiso violarla.

Krause explicó que la única regla de Battlefield era que no se podían quitar el collar que llevaban en el cuello ni tampoco violar al mismo o distinto sexo.

Este juego se celebró una vez al mes, y era brutal como muchos de los privados de libertad hacían filas para anotarse para la batalla, pero pronto, ni siquiera había pasado un año, y la corrupción llego al juego.

De qué manera, pues en las cárceles de muchos países existían mercenarios que fueron apresados y a ellos se les dejaba como prioridad para las batallas. Según decían, tenían más probabilidades de ganar así que la solución de Krause, para que no existiera ventaja, fue dejar de tomar reos y pasar a un nuevo nivel.

Para su primer aniversario del juego, Roman Krause le dio la posibilidad a las personas comunes y corrientes de jugar el juego y ganar 4 millones de dólares. Una ínfima parte de lo que recaudaba Fiber, la empresa creadora de este proyecto que encabezaba Roman y si morías, tu familia era recompensada con 200 mil dólares.

Los gobiernos se opusieron rotundamente, pero las personas querían el dinero, sobre todo los que estaban en la banca rota o las deudas estaban llevándolos por la cornisa del suicidio.

Después de coimear a los cabecillas de los derechos humanos, que no fue tan difícil, según conto en una entrevista el mismísimo Krause, un año después, el 4 de septiembre del 2030 las primeras personas seleccionadas fueron lanzadas al campo, pero esta vez, hubieron 3 modalidades de juego, la individual, la dual, y el cuarteto. Un evento cada semana dejando la última semana de cada mes para recolectar los cadáveres putrefactos de las demás batallas.

Yo no entendía como a las personas les podía gustar esas aberraciones, pero tuve que tener la maldita necesidad para darme cuenta que algunos que iban ahí no iban para tener más dinero, sino que la necesidad se les vestía de hereje y no tenían más chance, como me paso a mí.

Hace 2 meses me dieron la noticia que mi esposo padecía de una extraña enfermedad que si bien tenia cura, ésta era muy costosa, se me moriría el amor de mi vida en 6 meses si no lograba juntar el dinero para operarlo, así que me anoté en aquel juego y una mañana de abril, mi teléfono sonó y me dijeron que había sido seleccionada para participar en la batalla. También podía, si es que quería, llevar a mi esposo como pareja, mal que mal, el igual iba a morir, dijo la persona que me atendió.

Mi esposo ni siquiera lo pensó, firmó el contrato que enviaron por correo electrónico y 5 días después estábamos preparándonos para la batalla, sentados frente a Helena Kabuki, la invitada estelar de esta fase. Lo que no sabían ellos, era que mi esposo acostumbraba a jugar battleground, el primer juego de disparos de Krause.

Hoy estamos a 5 minutos de saltar y si encuentran esta carta, por favor, entregar la donación a mis hijos y díganles que sus padres los aman mucho.