¿Te Hago Una Carta?

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Un suspiro salió de mi, cuando me di cuenta que estábamos viviendo el típico cliché donde Dimitri se enamoraba de este, aunque me quede sorprendido no fue así, Dimitri en ves de sonrojarse lo golpeo, aun estando en mis brazos, no me decepciono, solo me quede bastante sorprendido ante aquella acción.

Una vez que ya se había bajado de mis brazos, se sentó y continuo comiendo como si nada hubiera pasado, di una sonrisa amarga he hice lo mismo, viendo como aquel chico se alejaba corriendo y con enfado, sabia que se había enojado porque no lo habíamos ayudado ante su escape.

Terminamos de comer y fuimos a dar una vuelta, claro, teniendo una que otra parada gracias a la curiosidad de Dimitri hacia las cosas que nos encontrábamos en la facultad, a esto me refiero mariposas, flores, salones, la biblioteca, plantas, he incluso alimentos, yo no me acercaba a menos que me lo pidiera, no me importaba su curiosidad, aunque me mantenía alejado de los malos pensamientos.

 — Nikolái, ¿a ti te gustan las mariposas?

Su pregunta se me hizo extraña, jamás me había preguntado algo así, solo asentí con suavidad, este soltó una sonrisa y me enseño como dos mariposas monarcas posaban en su dedo, se veían bastante tranquilas, como si ellas mismas se hubieran puesto ahí.

Me puse a pensar en la vida de las mariposas, pensando que es corta pero no igual que de los humanos, igualmente morimos por vejez, pero siendo este un plazo mas largo que el de ellas.

Dimitri solo me miro con desprecio y aunque no lo estaba mirando, sentía su mirada penetrante a mi, en cualquier momento me iba a pegar y aunque podía evitarlo, no quería, simplemente el dolor era increíble, pero no tanto cuando viene de algún amigo tuyo.

— Nikolái, pon atención a las mariposas, no a su significado de la vida.

— Su vida es tan miserable que me causa repugnacion hacia ellas, por mas hermosas que sean.

El solo soltó un suspiro pesado y dejo ir a aquellas mariposas monarcas, solo mire como ambas se iban volando por caminos diferentes, pero una mirada amargura se hizo presente cuando ambas se volvieron a juntar en una hoja.

Dimitri se paro y me hizo pararme a mi también, yendo nuevamente hacia la biblioteca, sabia que iba a agarrar unos libros según el para estudiar en lo que quedaba del tiempo libro, yo no lo iba a supervisar, ya estaba lo suficientemente grande como para que ocupe de mi ayuda, yo solo iba a dormir porque era el lugar mas calmado y cómodo para una buena siesta.

O eso pensaba mientras caminábamos, no era así, el también me iba a poner a estudiar, no dije nada ni reclame, recordé que teníamos un examen y lamentablemente esa clase la compartíamos, se me hizo tonto ello, tengo la suficiente sabiduría como para estudiar.

— Se lo que estas pensando, y no vamos a ir a dormir, me vas a ayudar a estudiar, sabes que la física se me da fatal y quiero que tu me ayudes, total, ¿eres muy listo no?

No sabia si enorgullecerme porque lo dijo en voz alta y todos nos miraron o avergonzarme porque no sabe disimular ni si quiera un poco, eso solo me hacia sentir algo avergonzado, recordando el como estudiar física destruyo mi miserable vida, mas de lo que ya estaba, eso me había provocado noches de insomnio que iban a ser difíciles de recuperar, pero vamos, las siestas de día ha sido lo mejor que me ha pasado desde que empecé con la física.

Llegamos a la biblioteca, me hizo agarrar unos cuantos libros mientras el solo ponía mas encima de ellos, veía conocidos pero a la vez desconocidos, si Dimitri no era tan bueno en la física, ¿Cómo los conocía? me negaba de que el iba a pasar lo mismo que yo en la física, no podía asimilarlo con crisis nocturnas mientras se preguntaba con desprecio, ¿Quién soy? 

No Soy Humano. [FINALIZADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora