De vuelta al presente, mientras Timoteo esperaba sentado en la banca bajo el árbol del alba, rememoró un poco de todo aquello que había tenido que atravesar para llegar hasta ese punto decisivo de su vida.
Después de aquel primer encuentro regreso para analizar su sentimientos y las posibilidades que le abrian aquellos nuevos descubrimioentos que habia echo, aquellas verdades que habian sido reveladas, y sabia que habia tomado la desición correcta al volver a la luna nueva siguiente, cuando encontro nuevamente con el principe Eider aun profugo, escondido de su padre y su intensa prometida, pero sobre todo cuando volvio a ver la eteriea belleza de Nerielle frente a él, vestida de dorado satín, con su largo cabello negro trenzado y sus presioso ojos marrones mirandolo con adoración y anhelo.
Los meses posteriores no se perdió ni una solo luna llena, se divirtió, disfruto con la compañía fiestera e irresponsable del príncipe elfo, quien se había convertido en un buen amigo hasta que llegara la hora de poder ver a la joven bruja que comenzaba a adueñarse, así como de su alma, también de su corazón. Ella era una criatura noble y buena, preciosa en todos los sentidos de la palabra, y así como él, ella también había sido víctima de una horrible situación que terminaría uniéndolos para siempre, pero de ellos dependía aceptar esa realidad ese lazó permanente que formará parte de ellos.
En ese momento fue la decisión correcta y aun lo seguía siendo, y ese día, después de cinco años yendo y viniendo entre un mundo y otro cada luna llena, decidió que era momento de hacerlo oficial.
La despedida con su familia había sido dura, desprenderse de ellos y saber que no podría verlos a excepción de una vez al mes había sido uno de los puntos negativos que más trabajo le había costado aceptar. Sobre todo al saber que debía dejar a su querida y frágil madre, que seguían culpado por el destino que le había hecho cargar al más pequeño de sus hijos. Algo que Timoteo no lamentaba porque aunque parecía algo impuesto había logrado enamorarse de Nerielle y ella de él, había escogido pasar su vida juntos no solo por un acto egoísta de la vida, sino por elección propia, por una elección hecha de corazón, por amor.
Las hojas en la copa del árbol del alba comenzaron a brillar, las flores y los capullos se abrieron irradiando una potente luz clara que llenó la plaza y las pequeñas hadas aparecen bailando en el cielo , como cada Luna llena.
Anticipando su aparición Timoteo se puso de pie, acomodó sus ropas y espero la aparición de su alma, de su amor, de su corazón.
Como un halo de incandescente escarcha violeta, ante él apareció la pieza faltante en su interior. Nerielle. Como una reluciente estrella caída del cielo, bendiciendolos con su presencia, asombrándolos con su belleza. Estaba encantadoramente adorable, el vestido azul de lino resaltaba en su clara piel y contrastaba con su abundante cabello oscuro y esta vez, a excepción de todos sus otros encuentros no venía descalza. Sus pies calzaban unas finas zapatillas de tiras plateadas. Aquello llamó su atención.
Nerielle, al percatarse de ello, río, lo tomó de las manos y les dio un suave apretón.
-Ahora que estás aquí, que estarás aquí siempre, por fin puedo permanecer en Hondyl más que unas pocas horas, mi cuerpo mortal ya no forma parte del árbol del alba, ahora soy un cuerpo corpóreo, porque te quedaras aquí ¿verdad? te quedarás conmigo ¿Cierto?
Timoteo sonrió, se llevó sus manos a la cara y le besó los nudillos.
-SI, me quedaré en Hondyl, contigo.
Nerielle, le dio la más amplia y deslumbrante de las sonrisas y se lanzó a sus brazos, Timoteo le rodeó la cintura con los suyos y se fundieron en un fuerte abrazo lleno de sentimientos anhelantes, de amor, de alegría y de posibilidades. Despacio, muy despacio, Narielle se separó, y Timoteo bajó su rostro hasta el de ella, rozando con delicadeza sus labios sobre los de ella hasta volver esa caricia un lento y tentativo beso. En ese instante un chispa brotó entre ellos, una chispa que se convirtió en un destello y después en una explosioón de luz que blanca que los envolvió hasta expandirse y llenar el cielo y cuando el fulgor desapareció, el cielo oscuro se transformó dejando en su lugar un clara y resplandeciente cielo azul claro.
Cuando Nerielle y Timoteo se separaron Y vieron el cielo, un cielo tan azul y bonito como el que Timoteo vio durante toda su vida en Withsmed, el cazador supo que había hecho lo correcto, para él, para Nerielle y para todas las criaturas que habitaban Hondyl. Fin.
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CAREVER
Historia CortaTimoteo es un joven impetuoso cuyo esfuerzo y determinación lo han llevado a buscar cumplir con su destino. Un destino que lo guiara a descubrir una verdad sobre su vida que le fue negada desde su nacimiento.