1. Hamburguesas

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Viktor Volkov, un hombre ruso residente de Los Santos, edad... misteriosa, es actual subdirector de el FBI, el segundo misterio es como paso de aprendiz a subdirector en tan poco tiempo.

Muchos teorizan que aquel cambio tan abrupto fue porque le hizo una mamada al director, talvez que era su perra personal, pero cuando lo vas conociendo vas descartando esas opciones, talvez solo era un hombre con suerte, DEMASIADA suerte.

Su anterior cargo resultaba ser Comisario de policía, la reputación que llevaba detrás era de un hombre recto e incorruptible, su trabajo era y es lo más sagrado, todos lo conocían por ser un hombre sin sentimientos, de corazón frío, si te enamorabas de él sería mejor que dejaras esa idea atrás, porque no serías correspondido.

¿Parejas? Ninguna ¿Virgen? Totalmente ¿Gustos? Nadie lo sabe.

—¿Sección de Lengua Japonesa?

—Oye... No hace falta que finjas interés en libros, estoy muy consiente de que la única razón por la que vienes es para vigilarme.

Carlo Gambino, ex criminal medianamente reformado, italiano recidente en los Santos, edad 31 años. Antes solía vender drogas, pero después de varios problemas con el FBI termino por construir con sus ahorros una biblioteca lo bastante grande como para que las personas quieran asistir.

El subdirector del FBI va con recurrencia a la biblioteca para vigilar de cerca al italiano asegurandose de que no vuelva a hacer algo ilegal.

¿Parejas? Muchas en los años ¿Virgen? No está en su vocabulario ¿Gustos? Le gusta comer de todo (guiño guiño).

—Seccion de Lengua Japonesa -repite de brazos cruzados-.

Suspira —La sección número 8 tiene libros con diversidad de idiomas -recarga la cabeza en su mano- estante 3 y 4. Recomiendo los de la repisa 2, son varios volumenes.

—Es la única biblioteca de la ciudad -responde a lo anterior dicho-.

Alza una ceja —Esta el internet -se acomoda los lentes-.

—No puedo fiarme de información que pudo ser escrita por un puberto en Wikipedia -mira ese acto con cierta extrañeza-.

Ríe leve —Cierto.

Al cabo de unas horas Viktor volvió a la recepción con un libro de recetas de cocina, ante eso el italiano se quedó extrañado ¿No había preguntado por Lengua Oriental?

—Me lo llevaré por unos días.

—De acuerdo, deja lo sello -sella el libro y anota en un diario la información- si lo arruinas lo pagas -se lo entraga-.

—Creo que lo devolveré mañana, solo se que necesito preparar algo francés que... este bien para una cena...

—¿Romántica? -ríe- si es por el francesito, dudo que su paladar este para eso, él siempre a comido la comida estadounidense, así que intenta con la página 20. Suerte.

—No puedo creer que te cepas hasta las páginas de memoria...

Viktor se fue sorprendido hasta su casa donde apretó el libro entre sus manos y la abrió en aquella página sugerida "Hamburguesas Caseras" algo demaciado común, pero al ser caseras lo volvía interesante. Manos a la obra.

Un par de horas después sus obras maestras ya estaban listas, justo a tiempo pues estaban tocando la puerta.

Se lavo las manos y fue a abrir, frente a él se encontraba la persona por la que estuvo por horas preparando carne para hamburguesa con el mejor pan que pudo moldear. Se hizo a un lado dejándolo pasar, trago un poco de saliva, nunca se había sentido tan nervioso.

—Bienvenido Horacio.

—Buenas noches V -saluda cortes-.

Horacio Pérez, Director del FBI, estadounidense de ascendencia francesa reciente de Los Santos, edad 35. Es el puto amo ¿Que más necesitas saber?

Es conocido por su cresta y vestimentas extravagantes, suele ir de colores llamativos, un jefe bastante permisivo.

¿Parejas? Meh! Un par ¿Virgen? Porsupuesto que no ¿Gustos? Extranjeros.

—Me impresionó que me invitarás a comer, normalmente soy yo quien toma la iniciativa.

—Tenia que... agradecerte de algún modo todo lo que has hecho por mí.

—¿Cómo? Volkov, el ascenso te lo merecías no hagas caso de los chismosos.

—No es por eso, has hecho mucho por mi, aún que el ascenso tan elevado si es sospechoso, tampoco pretendo quejarme. Solo quería invitarte a comer.

Sonríe —Suena fabuloso.

—Hice unas... mejor juzga por ti mismo -va a la mesa-.

—Esto no es Master Chef -lo sigue- ¡Hamburguesas! ¡Genial!

El ruso sonrió al ver aquel brillo en esos ojos, saco la silla para que se sentará, este tomo asiento, después se sentó en la silla a lado de su superior.

—Pense que te quebrarías la cabeza pensando en el platillo perfecto, pero esto es más que suficiente, te has lucido.

—Si... -desvía la mirada- solo pensé en lo que podría gustarte, las hamburguesas eran la mejor opción.

El de cresta tomo la hamburguesa y le dió una mordida, hizo un gemido de satisfacción, no quería ser exagerado pero era la mejor hamburguesa que había probado en el puto mundo, era perfecta.

—Uve, esto está delicioso, eres un magnífico cocinero -le da otra mordida-.

—Gracias -come de su hamburguesa- nunca había preparado hamburguesas antes, me sorprende que hayan salido a la primera con buen sabor.

—Si no fueras agente estoy seguro de que serías un gran cocinero -alaga con una sonrisa-.

—No estoy tan seguro, la cocina no es mi fuerte, lo que realmente amo es mi trabajo.

—¿Solo tu trabajo? -lo mira de reojo-.

—Si, es lo único que me satisface, encerrar a los criminales.

Suspira —Si, es muy bueno -dice entre dientes-.

En ese momento Volkov pensó que no había usado bien sus palabras, no era alguien romántico, en realidad no sabía nada del amor, lo estaba arruinado todo muy rápido.

—¿Que tal tu día? -pregunto intentado dejar de lado lo anterior-.

—Regular, era tu día de descanso así que fue... algo aburrido...

—¿Por el papeleo? Mañana lo solucionare para que no tengas más problemas por esta semana.

—Exelente -dice una vez más entre dientes con la mirada gacha-.

¡Oh no! Otra vez no había entendido las intenciones en las palabras del francés, se sentía estúpido ¿Que podía hacer ahora? Quizás lo mejor era permanecer callado, por más incómodo que podría volverse la cena, no quería seguir estropeando aquello.

Al terminar de comer Horacio se fue, por la insistencia del ruso de que podía ser peligroso que se fuera tan tarde, para cuando el menor se alejo en su auto se dió cuenta de que este posiblemente se había querido quedar para dormir juntos.

—Soy un desastre en esto.

Se estiró el cabello con cierto desespero, su vista fue hasta aquel libro de recetas en la página 20, talvez no todo estaba perdido, una idea llegó a su mente, talvez era arriesgada, pero no quería seguir arruinandolo todo.

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Nueva historia!! Espero que vaya a gustarles.

¿Está historia suena interesante?

¿Que planea Volkov?

Guía del buen novio [Volkarlacio]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora