9. Verdades que duelen

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La verdad es que Carlo se adapto muy rápido a aquella doble vida con ambos, para empezar le pidio a Horacio que dejara de vigilarlo, así que este le pareció justo, lo último que vio en ellas era a Carlo darle consejos a Uve pero rechazando otras intenciones, razón por la que se confío y pensó que no tendría nada con él.

Contrario a eso, al ya no haber cámaras Carlo se animó a aceptar también la oferta de Viktor, pero no era para tanto, con ambos solo intercambiaba algunos besos pero nada más haya de eso, para empezar, Uve era más virgen que la propia Virgen de Guadalupe y Horacio pese a que llegó a plantearlo un par de veces ambos quedaban de acuerdo con que no era buena idea.

Pero Viktor no sabía que Carlo tenía algo con Ache y este no sabía que Carlo tenía algo con el otro, ese era el primer paso para saber que todo se podría arruinar en un abrir y cerrar de ojos, razón por la que Carlo era sumamente cauteloso en sus movimientos.

Estaba cometiendo el más grande error de todos, estaba de amante con alguien en una relación, peor, estaba con ambos.

Horacio y Carlo estaban en la cama del primero dándose besos y un par de toqueteos, el francés le acaricio la mano tomándola, pero se dió cuenta de aquella quemadura cicatrizada.

-¿Cómo te lo hiciste? -pregunto entre besos-.

Al sentir dónde tocó se separó -¿Que cosa?

-La herida del dedo.

Se lo quita de encima y se recarga en el respaldo de la cama -No es una historia agradable.

Frunce el seño preocupado -Carlo, no soy solo una persona con la que puedes besarte o... esas cosas, también puedes hablar conmigo.

Se relame los labios -Hace tiempo, cuando vivía en Italia conocí a una chica, fue... una gran luz en mi vida, era la primera persona que me amaba de verdad, era Colombiana, le guste tanto que estuvo por mucho tiempo allá. Ella era la mejor, era como una niña traviesa ¿Que locuras hacia? Todas -ríe levemente- eso me enamoro aún más, pero mi padre estaba en contra de ese amor, él quería que me casará con una mujer elegante, rica, pero nunca se lo concedí.

Horacio se sintió algo celoso por todas esas palabras, por alguna razón le daba envidia no ser él el que fuera descrito de ese modo ¿Porque? Se supone que solo quería a Carlo para un par de besos y ya ¿No?

Continúa -Le pedí matrimonio y ella dijo que si, mi hermano Toni dijo que teníamos que hacer esto privado porque si no alguien le diría a nuestro padre, así que alquilamos una iglesias, Toni consiguió los permiso para casarnos, todo parecía salir como se esperaba, yo si el si, pero cuando ella iba a hacerlo... se cortaron las luces, los hombres de mi padre entraron dispuestos a acribillarla, pero Toni y yo la protegimos.... -aprieta los ojos intentando aguantar las lágrimas-.

-Carlo, no es necesario que me lo digas, cuando estés listo.

Niega -Necesito contárselo a alguien -lo toma de la mano- y por más manipular que hayas Sido conmigo en el pasado, confío en decirte esto.

Asiente -Esta bien, pero puedes parar si quieres.

-Toni resultó herido, mi padre al darse cuenta se enfureció y nos capturó a ella y a mi, a mi hermano se lo llevaron al hospital, él me odio mucho por eso. Quiso venganza así que me encerró en una cabina, me sentó en una silla y me extendió la mano, el tenía mi anillo de compromiso y le pareció buena idea ponerlo en el fuero y después colocarmelo, fue muy doloroso.

-¿Que... Que le paso a ella?

-Te dije que yo estaba en una cabina ¿No? Pues del otro lado estaba ella, me hicieron ver cómo la torturaban, por más que suplique, me disculpé, prometí y jure... no me hicieron caso, su vestido... que estaba hermoso... estaba manchado de rojo, roto, arruinado -aprieta la mano- era muy fuerte, sobrevivió mucho, tanto que tuve la oportunidad de escapar de esa prisión y matar a mi padre, con eso... sus hombres ya no podían hacerme nada, seguían ahora órdenes de Toni, por lo que no tuvieron de otra que irse con él. Fui a su lado y pude ver una pequeña sonrisa de paz en sus labios cuando me vio, después... se fue... no pude salvarla.

-Si lo hiciste, ella... quizás esperaba que la salvarás, lo lograste, sobrevivió hasta que fue libre gracias a tí.

-Por mi culpa termino así y con mi hermano en silla de ruedas, les arruine la vida. Por eso escape y me fui a Marbella.

-Carlo...

-Hice una mafia para distribuir droga.

-Carlo...

-Ahi conocí a Gustabo.

-Carlo basta -lo toma de las mejillas- cállate, si... admites lo que supongo vas a admitir... no me va a quedar de otra que arrestarte, por favor, cállate.

-Nos hicimos amigos, incluso me ayudaba con algunas cosas de la mafia.

-Carlo no...

-Y un día me dijo que...

No pudo continuar porque los labios del mayor se unieron con los suyos, le siguió el beso, pese no haber admitido todo lo que quería... sentia un peso menos encima después de haber platicado con alguien sobre su pasado, al separarse sonrió levemente y negó con la cabeza.

-¿No quieres saber lo que le pasó a Gustabo?

-No, ya no quiero saberlo, no si eso te perjudica.

-¿Porque?

-Porque... quiero que estés conmigo.

-Pero ¿Y Viktor?

-Es que también lo amo a él, los amo por igual, no pensé que nos veríamos enredados en este embrollo, se supone que solo... serían algunas visitas, un par de besos y ya pero... realmente siento algo por tí, quiero que estés conmigo junto a Volkov.

Hace mueca dudosa -Deberias hablarlo con él primero ¿No lo crees? Después de lo que te conté... no quiero problemas, mucho menos entre ustedes, si, eso me hace ver como un hipócrita, estoy contigo ahora mismo mientras tienes novio pero... es que enserio quiero estar aquí contigo, no se porque.

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¿Que paso con Gustabo?

¿Horacio podrá aclarar lo que quiere?

¿Que siguiente movimento hara Carlo?

Se vienen cositas...

Guía del buen novio [Volkarlacio]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora