13. Apoyó

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"Quiero que todo acabe, por favor, dispara."

Despertó con un grito totalmente horrorizado, sus dos novios despertaron y trataron de calmarlo, al darse cuenta de que había Sido una pesadilla, intento recomponerse.

—¿Que paso? ¿Porque gritaste? -pregunto Horacio mirándolo a los ojos-.

—Fue... solo una pesadilla -respondió desviando la mirada- es todo, vuelvan a dormir.

—No vamos a dormir hasta saber que estes bien -le corrigió Volkov-.

—Fue solo una pesadilla.

—¿Entonces que te preocupa? Puedes confiar en nosotros.

—Fue... -baja la mirada- Gustabo.

Horacio frunce el seño —Talvez deberíamos dejar está conversación para la mañana.

—Pero Ache...

—Ya me oíste Uve, vuelve a dormir -mira a Carlo y lo toma de la mano- así talvez te sientas un poco mejor-.

El italiano asintio y volvió a acostarse sin soltar la mano del de cresta ¿Quien lo diría? El hombre que lo hizo sufrir con mil torturas diferentes era ahora el que podía conseguir mantenerlo en calma y en paz, que rara es la vida.

Ya en la mañana, los cuatro estaban desayunando, solo hasta que Toni se retiró a petición de una empleada por asuntos con el enfermero, Volkov comenzaron con la plática tan ansiada.

—Tu sueño...

—Volkov, no es el mejor momento -dijo Horacio sin mirarlo-.

—¿Y cundo lo será? Nunca quieres hablar de Gustabo, fue tu preocupación por mucho tiempo.

—Razón por la que quiero dejar de pensar en él.

—¿Y que hay de Carlo? -mira al nombrado- ¿Tu quieres hablar sobre eso?

—¡Viktor! -se queja Ache-.

—No le hagas caso a Horacio, dime ¿Quieres hablar de eso?

Carlo mira a ambos —Si...

—Pense que sería un día agradable.

Horacio se levantó de la mesa y se fue malomorado a la habitación de Carlo. Ambos suspiraron con cansancio, el rubio se levantó seguido del ruso y se fueron al patio para hablar un poco más tranquilos, si tenían suerte Ache se calmaría y volvería con ellos... o tendrán que hablar con él, lo que pase primero.

—En un principio no podía decir nada porque... hice una promesa, pero cuando por fin quice hablar Horacio ya no me lo permitió, ahora por no decir nada siento un revoltijo en el estómago, necesito hablar de esto con alguien.

—Puedes hablarlo conmigo, en realidad estoy muy interesado por saber si estás bien, recuerdo que me dijiste que eso es parte de ser pareja.

Ríe —Si, tienes razón, creo que lo haces mejor que yo.

—Es porque me siento a gusto contigo y con Horacio... deberíamos... hablar con él ¿No?

—Hay que dejar que se calme, con suerte podré decirle lo que quiero.

—Te escucho.

—Soñe con Gustabo, cuando... me pidió que... lo matará.

Frunce el seño —¿Te dijo porque te pidió eso?

Asiente —Estaba arto, cansado de lidiar con una voz en su cabeza que le decía cosas horribles. Me dijo que se alejo de todo y de todos porque ya no quería hacer más daño a nadie, menciono muchos actos deleznables como... dejarte en como, hacer que una iglesia callera sobre Horacio y su padre, dejar morir a una banda completa, destruir la comisaría. No quería seguir sufriendo por las vidas que quitó y lastimo.

—Horacio se sentirá muy mal, lo vio viviendo alejado, dijo que vivía prácticamente en un basurero, pero que quería estar ahí, no imaginé que era porque tenía miedo.

—Se sentia muy solo en el psiquiátrico, nadie lo visitaba, supongo que por eso Pogo se encargo de hacerle peor las cosas. Comienzo a pensar que Horacio no quiere escuchar porque se dió cuenta de sus actos, por eso ya no está insistente con el tema.

—Talvez podríamos ayudarle, decirle que... no es el fin, no puede enfrascarse.

—Es que... -se pone nervioso- yo... nunca dije que... le hice caso...

—¿Cómo? ¿De que hablas?

—Gustabo me hizo prometer que no diría nada del tema, cosa que hice hasta hoy porque... bueno, ya no quiero ese secreto, más cuando ustedes están aquí.

—Te agradezco por tenerme confianza.

—Si, pero... el me pidió que lo matará... pero no...

—Buenas tardes Carlo -saludo alguien-.

Volkov al escuchar esa voz se paralizó, se puso más blanco de mi que es, como si hubiera visto a un fantasma, con cierto escepticismo miro al dueño de aquella voz, estaba Toni pero su silla estaba siendo empujada por...

—¿Gustabo?

No podía dejar de verlo, se supone que estaba muerto ¿No? ¿Cómo es que estaba frente a ellos como si nada hubiera pasado.

—Eh... ¿Lo conozco? -pregunto extrañado-.

—Dejalo así Gustabo -se metió Toni- parece que están hablando de algo importante, no hay que interrumpirlos.

—Si, lamento eso.

Se fue junto a Toni pero el ruso no le quitó la mirada de encima hasta que lo perdió entre los árboles, más que patio... parecía un parque, ventajas de gente rica.

—¿Está vivo? -pregunto incrédulo-.

Asiente —No podía matarlo, estaba solo, a pesar de que fue a Marbella buscando morir... nos hicimos amigos, no podía hacerlo, así que lo golpie en la cabeza para que perdiera la conciencia, pero... creo que le pegue muy fuerte, perdió la memoria.

Suspira pensativo —¿Cómo está ahora? ¿Algún cambio? Espero que me digas que si.

Asiente —No quería que sufriera más, así que hable con Toni y él se encargo de traerlo a Italia, que fuera un empleado más, en realidad es su enfermero.

—¿Enfermero? Si... recuerdo que en algún momento demostró dotes para la medicina.

—Es buen enfermero, Toni solía decirme que nadie lo complacía, pero que Gustabo cumplía con sus espectativas. Es feliz aquí, sin saber de su pasado y... no le importa no saberlo, dice que no le interesa, pasado es pasado.

—Eso... es bueno, supongo ¿Que hay de Pogo?

—Esta en terapia, parece ir muy bien, al punto de que las voces en su cabeza ya no son un problema. Está mejor desconociendo todo lo que sucedió, no lo culpo.

—No puedo asegurar como reaccionara Horacio ante esto, me preocupa que quiera precionarlo para que lo recuerde.

—Tendremos que convencerlo de que no es buena idea, ambos ya hicieron su vida separada.

—Espero que funcione, no quiero quitarle a Gustabo ma vida que tanto quería.

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¿Que pasará con todo este tema?

Guía del buen novio [Volkarlacio]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora