12. Italia

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Carlo les contó sobre su conversación con su hermano, viendo que se veía bastante preocupado decidieron acompañarlo, pero ellos irían por separado un par de días después, ya que tenían unas cosas importantes que atender en el FBI, así que el rubio se fue solo siendo recibido por unos escoltas hasta la mansión Gambino.

Entro y... se veía diferente, ya no estaban esas fotos que demostraban el ego de su padre, aparentemente Toni mando a qué las quitarán todas, eso le alegro, todo se veía más alegre.

—Es bueno verte hermanito -saludo Toni, una empleada empujaba su silla hasta Carlo para que estuvieran frente a frente- ¿Cuánto tiempo?

—Quiza dos años ¿Cómo has estado?

—Bastante bien.

Mira a la empleada —¿Enserio?

Ella se encoge de hombros —No quiere salir de su habitación, a estado algo deprimido.

—Traidora -se queja Toni con un puchero-.

—Ni traidora ni nada -Carlo le da un sape en la cabeza- déjamelo a mí -le dice a la empleada- le daré un paseo por el patio, supongo que no a salido ni a eso -la ve negar- bien, podremos platicar ahí.

—Eres irritante.

—Lo se.

Lo llevo hasta el gran patio de la mansión, tenía flores, árboles, arbustos, casas para pájaros, bebederos para pajaro, también unas bancas. Carlo tomo la sencilla opción de pasar la silla por los caminos de pavimento.

—¿No te hace sentir un poco mejor? -pregunta Carlo-.

—Aun siento las piernas inmóviles, pero es... agradable sentir el viento en la cara -ve la cara deprimida del otro- era un chiste, no te pongas así.

—Ya se que eres Don Comedias, pero... ¿Te han dicho algo de... alguna operación?

—Es complicado, no sé si quiero correr ese riesgo -ríe- jajaja "correr".

Suspira —¿Quisieras tomar esto con seriedad?

—El que no pueda caminar es el menor de mis problemas.

—Entonces ¿Porque estás tan deprimido?

—Creo que es porque te extraño.

—¿Crees? -se sienta en una banca estando a su altura- ¿Es enserio? O ¿Hay algo más?

—Siento que me he quedado un poco estancado, tú tienes una vida, tienes una biblioteca, dos novios. Yo tengo la fortuna pero... -hace una mueca- ¿De que me sirve? No soy feliz ¿Tú lo eres?

Aprieta los labios —Si, si lo soy, me costó mucho pero... lo soy, no es algo que se pueda conseguir con facilidad por más sencillo que te lo quieran hacer ver.

—¿Que puedo hacer?

—Dejar de esconderte en tu cuarto -le acomoda un par de mechones- vive, tienes la oportunidad, pudiste haber muerto pero... aquí estamos los dos.

—Pero ella no...

Baja la mirada —Lo se, aún duele pero... creo que está feliz en el infierno en un concierto con Freddy Mercury.

Frunce el seño extrañado —¿No crees que este en el cielo?

—Claro que no ¿Sabes cuánto blasfemaba al día? -ríe- era terrible, aún así la amaba.

—¿Que hay de tu duo dinámico?

—Los amo, no te equivoques, ya no duele tanto gracias a ellos, es difícil de explicar.

—No es necesario, lo entiendo, eres feliz y eso está bien.

—Pero tu no.

—Ya llegará mi momento. Ahora ¿Podemos volver? Mi novela favorita comienza en tres minutos -dice con una sonrisa de orgullo-.

—Esta bien, pero esto no se quedará así.

Dos días después Horacio y Viktor llegaron a la mansión Gambino, ambos sabían que el apellido tenía mucho prestigio en el país pero... no creyeron que tanto. Una empleada los escoltó hasta la sala donde Carlo los estaba esperando, apenas verlos fue a abrazarlos, los dos le dieron un beso en la mejilla al mismo tiempo.

—Espero que el viaje no haya Sido un poblema -les dijo Carlo a la vez que hacía una seña para que los empleados se llevarán las maletas- ¿Todo en orden?

—Por supuesto -hablo Viktor- pero tuvimos que quedarnos un tiempo atendiendo asuntos del FBI junto a la bruja.

—Suena horrible. Cómo sea, quisiera presentarles a mi hermano Toni -les señala a lado suyo-.

—Un gusto, soy Horacio Pérez -le extiende la mano-.

—Un gusto -dice Toni a secas-.

—Viktor Volkov -se presenta el ruso-.

—Te diría que tienes gustos extravagantes -dice mirando a Carlo- pero eso ya lo sabía. Hay que enseñarles la habitación en la que estarán.

Le hizo una seña a un empleado y este los guío hasta la habitación, los hermanos quedaron solos, Carlo suspiro y se cruzó de brazos.

—¿Que fue eso? -pregunto Carlo- eso fue grosero.

—Quiero que me recuerdes una cosa ¿Horacio Pérez no fue el que te torturó?

—S~si, pero...

—¿Y Viktor Volkov no fue el que te delató ante el FBI?

—Pues si pero...

—¿No te da miedo que te hagan algo?

—Yo lo han hecho, y ya no les tengo miedo, los amo.

Niega con la cabeza —No me gusta esto, puede salir muy mal, son agentes.

—Pero ya estoy lejos de la vida delictiva, estoy casi rehabilitado.

—¿Y que pasará cuando...? pues... ya sabes.

Juega con sus dedos -No lo se.

—No me preocupa lo que me hagan a mí, pero... tú fuiste quien no les dijo nada.

—No podía simplemente decirlo, hice una promesa que no iba a romper, no importaba quien fuera, no debía hablar.

—Eso lo respeto, pero no podré esconderlo por siempre, lo verán.

Suspira —Lo se. Creo que será más fácil de explicar el cuerpo disecado de nuestro padre rodeado por cuervos que... lo otro.

—¿Fácil de explicar? Eso me ofende, estudie años en la academia de arte, ese cuerpo disecado es mi mayor obra de arte, no tiene que ser sencillo de explicar, tiene que ser expresado con la vista -dice con un puchero-.

Ríe —Esta bien, lo siento, pero creo que se entiende mi punto.

—Si si -lo ignora-.

—No te pongas así -le estira las mejillas-.

—¡Déjame! -da manazos-.

—Tranquilo -ríe-. No sé cómo se van a sentir con eso, talvez vayan a odiarme.

Frunce el seño —No deberían, tu hiciste lo que pudiste, en realidad no siquiera deberías darles explicaciones, lo hiciste porque quisiste, es fácil de entender. Puedes intentar dejarles pistas sobre el tema.

Hace una mueca pensativa —Lo veo difícil, no creo que me dejen hablar de ese tema, Horacio se pone incómodo.

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¿Que esconden los hermanos?

¿Que es ese tema tan importante?

Guía del buen novio [Volkarlacio]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora