6. Sentimiento

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Horacio no durmió en toda la noche, solo se quedó en la cama cubierto por las sábanas, no tenía pensado ir a trabajar ¿Porque? Pues porque es el jefe, cállate el osico.

Casi cada cinco minutos miraba un pequeño estante que tenía con tres miserables libros, aún así al verlos viene a su mente la imagen del italiano sosteniendolo en sus brazos, era ridículo, el Gambino no tenia nada que ver entre Volkov y él, su presencia podría arruinar lo poco que ambos tenían.

¿Porque había subido la escalera en primer lugar? ¡Ah! Es verdad, había visto el libro de Alicia En El País De Las Maravillas, solía ser el libro favorito de su hermano, talvez no debió intentar agarrarlo.

Por el lado de Carlo, vio el libro de Alicia en el suelo, lo dejo en su escritorio antes de irse, se subió a su auto y se fue a su humilde casa, al llegar se sobo el cuello y se quitó los lentes.

Se sentó en el sillón prendiendo la televisión y revisando las últimas noticias en Twitter, tenía que comer pero termino por quedarse dormido después de leer un hilo de teorías conspirativas.

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—¿Quieres bajar de ahí? Te vas a caer -casi suplicaba-.

—Estare bien -una chica ríe y sigue caminando sobre una barda teniendo mucho equilibrio- no te preocupes.

—Anda ven -alza los brazos-.

—Como prefieras -salta a sus brazos agarrándolo del cuello y él de la cintura- Solo me querías tener cerca ¿No?

—Talvez -pega ambas narices- me preocupas-.

—No soy de cristal, tu tranquilo.

—No me vas a dejar ¿Verdad?

Niega con la cabeza —Estare a tu lado siempre, como se acerque una de las lagartonas que te rompió el corazón, yo les parto las piernas.

Ríe —Tranquila fiera, dudo que tengan la cara para volver a hablarme.

—A veces esas mujeres salen cuando les conviene, y ya te digo yo que si me llegan a mirar les arranco el estropajo que tienen por cabello.

—Calmate -le da un pequeño beso- yo puedo cuidarme solo.

—Pero cariño, siempre noto como te aterra que yo te deje o te haga daño -le acaricia las mejillas- esas víboras te dejaron traumas, eso no es justo, no mereces esto.

La toma de las manos —Pero te encontré, al menos las cosas ya están llendo bien... aún que decir "te encontré" es una palabra muy elegante para el primer encuentro que tuvimos.

—No me arrepiento de nada -se burla- te tengo un regalo -revisa en su bolsa- toma.

—Es... ¿Un coyote? -tomo la pequeña figura de origami 3d entre sus manos con delicadeza- es bellísimo. No tengo nada para tí.

—No es necesario que me des algo, me basta con ver tus ojos brillando como si fueras un niño pequeño.

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Despertó deprimido por aquel sueño, no quería ni levantarse, su labio temblaba levemente, miro hacia el mueble de la televisión viendo aquella figura de coyote, desvío la mirada levantándose tronando su espalda y su cuello, dormir en un sillón no había Sido lo mejor.

Fue hasta la cocina preparando café, miro lo que tenía en el refrigerador... pues... varias cosas, lo cerró y miro si tenía pan dulce, sonrio al ver que si, agarro su taza y se sentó en la mesa.

Miro el pan en el plato, pero hizo una mueca, lo tomo dispuesto a darle una mordida pero... volvió a dejarlo en el plato solo tomando el café mientras miraba algunas cosas en su celular. Al terminar volvió a guardar el pan con los demás y dejo la taza en el fregadero.

Tomo sus llaves y se fue a la biblioteca en su auto, abrió la puerta y se sentó en el escritorio esperando los clientes del día. ¡Un momento! ¿Porque veía borroso? Había olvidado los lentes... dejó caer su cabeza contra el escritorio haciendo un fuerte ruido por el golpe, le dolió hacer eso pero ahora era el menor de sus problemas, esperaba no tener complicaciones por aquel pequeño error.

La tarde paso relativamente tranquila, pero recibió la visita de su ruso menos favorito.

—Buenas tardes Carlo ¿Tendrás algún libro de Postres?

—Si, de dónde tomaste el de recetas, a un lado deberían estar.

—Gracias.

—¡Viktor! -el nombrado voltea a verlo- amm no tengo mis lentes y todo me a resultado un poco complicado ¿Podrías ayudarme?

—Por supuesto, solo deja tomo el libro y regreso contigo, no tardo nada.

No tardó ni cinco minutos cuando regreso sentandose a su lado, el italiano comenzó a contarle cuál había Sido el problema principal dejando sus lentes en casa, estaba tan ciego como un topo y ni siquiera está seguro como es que no choco con su auto, sin dejar de relatar su triste historia tomo la mano del ruso y comenzó a hacerle dibujos y rayones en la mano, eso dejo extrañado al peliplata pero no dijo nada.

—Por ahora tengo suerte de que no han llegado tantas personas, es un día muy tranquilo. Sabes... ya no me caes tan mal, pese a todo lo que pasó.

—Es raro escuchar eso.

—¿Que esperabas que pasará? Vienes a mi librería todos los días, comienzo a tolerarte, a demás, agradezco tu ayuda ahora, eres como mis ojos -le sonríe-.

—D~de nada, no podía dejarte solo con ese problema -se le queda mirando a su sonrisa-.

—Es raro que aún no me hayas pedido un consejo.

—Pense en lo que dijiste -desvía la mirada- tengo inseguridad, pero se que prepararle algún postre a Horacio le gustará mucho, ama lo dulce, por eso el libro.

—¿Que le vas a preparar?

—Aun no lo se, talvez algún pastel.

—Intenta con un pay de limón, eso debería ser suficiente para enamorar a su estómago.

Asiente —Lo tendré en cuenta ¿Que prefieres tú?

—Yo... la verdad es que soy más del chocolate, amo el chocolate como no te imaginas.

—Para tu suerte, aquí tengo una barra -le entrega una barra de chocolate-.

—¿Enserio? -la agarra- ¡Gracias!

Abrió el empaque y le dió una mordida a la barra, tenía una leve sonrisa mientras masticaba y tragaba, Viktor solo lo miro, apreciaba esa expresión de satisfacción, los rastros de dulce que quedaban cerca de sus labios, alzó la mano queriendo quitarselos pero la bajo ¿En qué estaba pensado?

—D~debo ir al baño.

—En mi oficina está un baño -le dice sin dejar de comer-.

Fue corriendo hasta el baño poniendo seguro a la puerta, al ser de empleados era pequeño con el inodoro y el lavabo muy cercas. Se miro al espejo ¿Estaba rojo? ¿Porque sus mejillas estaban coloradas?

Abrió la llave del agua para echarse en la cara y calmarse, pero miro los rayones en su mano, está tembló levemente, trago saliva y hecho jabón en sus manos eliminando aquellos dibujos en su mano.

¿Que le estaba pasando?

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¿Que trae Viktor?

¿Que tiene Horacio?

¿Que fue ese sueño de Carlo?

Guía del buen novio [Volkarlacio]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora