Capitulo 11.
Esto es solo el comienzo.
- Bueno...Digo que ¿Ahora qué vamos a hacer con lo nuestro?- Le miró con miedo en los ojos. Se moriría si Byakuya le rechazaba. Aún le costaba creer que todo aquello fuera real.
- Nada.- Contestó volviendo a unir una vez más sus labios con los de su teniente.
- ¿Nada?- Renji estaba perplejo con esa respuesta.- ¿Entonces esto es el final?- No era una pregunta, casi era un afirmación. El pelirrojo entendía que no estaba a la altura de su capitán.
- No seas estúpido Renji.- Le regañó.- Esto es solo el comienzo.- Le dijo con una casi imperceptible sonrisa en su rostro.- Pero este no es lugar para hablar de ello. Mejor vamos a la mansión. Hoy nos tomaremos el resto del día libre.- Renji se sintió el hombre más feliz sobre la faz de la tierra al oír a su taichô decir esas palabras.
- ¿Qué no decías que tenía mucho trabajo esperándome sobre mi mesa?- Dijo el pelirrojo con un tono de falso reproche en su voz.
- Si, pero pensé que preferirías recuperar el tiempo perdido desde anoche.- Se justificó.- Pero si tú prefieres volver al trabajo, por mi está bien.- Afirmó sabiendo de sobra la reacción que tendría Renji.
- No, no, que va. Prefiero mil veces pasar el día juntos en tu cama.- Contraatacó separándose de él para encaminarse en dirección a la mansión Kuchiki.- Oé ¿Eso del suelo que es?- Preguntó al ver un bulto al lado del árbol en el que minutos antes dieran rienda suelta a su pasión.
- Acaso no lo reconoces.- Dijo Byakuya recogiendo el estuche del suelo.- Debió de caerse de mi ropa cuando me la quitabas.-
- Es la esclava. Yo taichô... por eso te dije que no veía bien el ir a por ella.- Renji se seguía sintiendo un poco mal por ser él quien la comprara.
- No te lamentes, eso no me importa. Mira el lado bueno, seguro que te gusta.- Bromeó para que Renji se relajara.- Ten, póntela a ver cómo te queda.- El moreno le puso la pulsera que se ajustaba perfectamente a su muñeca.
- Es prefecta.- Abarai la miraba embelesado.- Gracias taichô.- Le dio un beso en modo de agradecimiento.
- De nada y por favor llámame Byakuya, al menos fuera del trabajo.- Pidió ya poniéndose en marcha.
- Como quieras, Byakuya.- Al decir esto lo hizo de una forma muy dulce. Acariciando el nombre como si fuera la primera vez que lo pronunciara.
Con paso presto, los dos muchachos se marcharon al hogar del Kuchiki. Cuando llegaron y por petición del noble, se metieron en sus termas privadas. Estas se encontraban justo al lado de la habitación principal y recamara del moreno.
Renji se acomodó sentado recargando su espalda en la templada piedra. Su cabeza descansaba justo a la altura del borde. Byakuya se acomodó en el pecho del pelirrojo, apoyando su testa en el hombro de su pareja. Para ambos el tiempo se había detenido a su alrededor, en ese momento solo existían ellos dos. Sus respiraciones tranquilas se sincronizaban casi de una manera perfecta. El teniente de vez en cuando depositaba dulces besos en su cuello a la vez que le abrazaba con fuerza. Byakuya sonreía con los ojos cerrados al sentir las caricias de su amado.
-¿Me vas a contar como terminaste trabando en ese lugar?- Desde que supiera quien se escondía tras la máscara esa pregunta retumbaba en su mente.
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Enmascarado.
FanfictionDespués de una conversación con el impertinente de Kurosaki en los jardines de la mansión, Kuchiki Byakuya decidió demostrarle que no era ningún estirado sin sentido del humor e incapaz de divertirse. Determinado a quemar la noche puso rumbo al mun...