Katsuki Bakugou es un alfa que acaba de cumplir la mayoría de edad y decide salir de la protección de su hogar para ir a crear su propia manada. El quiere fuertes betas, tal vez algunos alfas y en definitiva un omega, cueste lo que cueste.
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Al día siguiente cuando desperté y me dirigi a la puerta, alguien me agarro de la muñeca.
- ¿a donde vas? - mire a Shoto y volví a cerrar la puerta
- ¿no puedo salir?
- no, no puedes volver a salir - Denki apareció atrás de Shoto y se puso a su lado - no desde lo que paso ayer
No tenia planeado volver a salir a cazar, se lo había prometido a Shoto. Solo quería segurar el territorio, pero por algún motivo sentí la necesidad de defenderme.
- ¡volví bien! Y traje un alce - los mire con mi ceño fruncido
- ¡eso casi nos cuesta nuestro alfa! - Denki alzo la voz y sus ojos se pusieron rojos
Supongo que no pensé en lo asustados que debieron sentirse todos ellos. Todo el mundo sabe que perder al alfa líder equivale a perderse a uno mismo ya sea en su animal o en su depresión. No se conoce ninguna persona que haya seguido viviendo luego de la perdida de su alfa.
Los mire en silencio y cuando iba hablar Ojiro llego - no te vayas por favor
Denki se tapo los ojos y empezó a llorar, pero tampoco me dio tiempo de hacer nada cuando Kirishima llego - no nos abandones por favor Katsuki, podemos morirnos de hambre, bajar las raciones o lo que sea, pero no te vayas
Suspire y me aparte de la puerta para dirigirme hacia donde estaba Denki y abrazarlo. Libere mi aroma y todos se calmaron y también empezaron a liberar sus propios aromas.
- no saldré, me quedare - los mire a todos - no me iré y siempre los protegeré - fue una promesa
Y como lo prometí no volví a salir en todo el tiempo que duraron las tormentas, para que nos alcance la comida reducimos la cantidad y aunque todos querían que sea yo el que mas coma decidí que sería lo contrario y que para mantenerlos a ellos bien yo seria el que menos comería.
El tiempo en manada y el susto que al parecer les hice pasar hizo que todos nos unieramos mucho mas de lo que estábamos antes. Los betas también terminaron de amueblar y completar los nuevos cuartos betas.
Así fueron pasando los días y Shoto y yo volvimos a salir a cazar y mientras la nieve se derretía, los arboles volvían a tener sus hojas y el calor volvía a aparecer. Nuestras ropas volvieron a cambiar, yo usaba mis pantalones y mi capa al igual que Kirishima, el resto solo remplazo su ropa con alguna mas ligera.
Cuando me estaba acercando a la ruta que siempre tomaba para cazar sentí un olor a sangre de algún animal. Me acerque a ver y ahí había un venado tirado con heridas limpias y con un leve aroma a menta. Me quede oliendo lo un rato mas sabiendo lo que esto significaba. Me convertí en humano y no pude evitar reír de una manera burlona por un corto rato.
Me acerque a la presa y la tome en brazos para luego dirigirme a la madriguera. Cuando llegue vi a Ojiro lavando algunas pieles en el río y le señale la madriguera en señal de que entre por un rato.
