𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 7

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[ Sonic Speed ]

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[ Sonic Speed ]

Al principio pensé que no lo lograriamos, pero escapar fue demaciado fácil. O bueno, Manic lo hace parecer fácil.

Resultó que tenía razón, los guardias son muy distraídos, los dejamos vigilando la puerta, según Manic estábamos teniendo un "Tiempo de hermanos".

Logramos evadir al resto fácilmente, escapamos por la ventana hacia el jardín. Llegamos más rápido de lo que creía, vigilando que nadie nos viera, nos escabullimos entre los rosales.

Una salida que descubrí un doloroso día. Y lo digo por las espinas, no volveré a jugar cerca de las plantas, lección aprendida.

Por fin salimos del palacio. Seguimos caminando hasta llegar a mi lugar favorito, una pradera en el bosque, está rodeado por una arboleda y en el centro hay un pequeño lago, cerca de este un manzano, uno en el que suelo recostarme y tomar siestas.

Llegamos bajo el árbol, Manic observaba el lugar.

—tenía mucho que no venía por aquí —dijo acercandoce a la orilla del estanque.

Me acerque mirando lo que él; unas flores rosadas que emergian del agua, eran acuáticas.

—me pregunto qué tipo de flores serán.

—Nelimbus nucifera —respondí—, lo sé por qu-

—No me lo digas —interrumpio—. Sé que te gustan las plantas pero no necesito una clase ahora.

Tenía razón, amaba las plantas, por eso mi lugar favorito en el palacio era el jardín.

Manic se recostó bajo el árbol.

—¿Y cuándo llega tu amiga?

—debe estar por llegar...

Si bien no le especifique a qué hora nos veríamos, y además le mentí a Manic sobre quién tuvo la idea.

—voy a buscarla —informé—, tú quédate aquí

Manic me miró con reproche pero terminó aceptando.

Caminé intentando recordar dónde la había encontrado, o mejor dicho ella me había encontrado. Me adentre en la arboleda, mirando hacia atrás cada cierto tiempo para no extraviarme.

Me detuve en algún punto, suspiré y me giré, no seguiría avanzado, así solo conseguiría perderme.

Estaba apunto de marcharme pero me detuve al escuchar un crujido, me giré por instinto, al hacerlo miré justamente a quién buscaba, era ella, estaba escondida entre las ramas de un árbol.

—eres tú —suspiré aliviado.

—perdona —se disculpó bajando del árbol.

—¿Por qué estabas en el árbol?

𝐋𝐀 𝐋𝐄𝐘 𝐃𝐄 𝐒𝐏𝐄𝐄𝐃Donde viven las historias. Descúbrelo ahora