Parte 2

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Claro que sus amigos tomaron partido en ello, y cuando Stiles se enteró que estaba embarazado sabían que era el momento de protegerlo. 

Lo más dificil no fue aceptarlo, sino alejarse de Beacon Hills, y de todo lo que conocía. ¿Por qué? Bueno, había intentado con todas sus fuerzas ocultarlo de Derek, pero llegado cierto mes se convirtió en una tarea un poco imposible. Y permanecer en casa lo estaba deprimiendo. 

Scott viajó con él sin pensarlo dos veces, su trabajo a distancia facilitó todo, y semanas después Lydia llegó de un viaje y se quedó con ellos en el departamento. Jackson y Allison los visitaban cada fin de semana, y su padre llamaba todos los días para saber como seguía. 

Claro, extrañaba a Derek con su vida, pero este no había mostrado ningún interés en saber como estaba siquiera. Al menos eso era lo que le decían ya que él ni siquiera revisaba su teléfono por si mismo. 

Al octavo mes la manada llegó a su departamento sin avisar. Ellos lo sabían, esperen, ¿ellos lo sabían?

—¿Por qué? —preguntó al verlos a todos en la sala. 

—Porque eres manada también —fue la respuesta que Erika le dio. —Y esto es lo que la manada hace, no podíamos seguir ignorando nuestro instinto —

¿Y el instinto de Derek? Stiles quiso preguntar eso, pero no lo hizo, su ausencia ya era la respuesta. Y permitió que se quedaran ahí, porque él también quería tenerlos cerca, o quizá era su hijo quien le pedía a gritos la cercanía de la manada. 

Para el final de ese mes, su padre, melissa y el papá de Allison se hospedaron a unas cuadras de ellos con el objetivo de estar alertas para cuando el momento llegue. 

El parto en hombres humanos ya no era algo extravagante, se veía todos los días en cualquier hospital, así que estaban tranquilos. Cuando el momento llegó, fue distinto a como lo habían planeado. 

Stiles estaba trabajando desde el sofá con la notebook sobre su barriga, cuando de pronto se puso dura y él se quedó quieto. —Se ha puesto dura —dice alertando a todos en el departamento, los lobos que estaban en el cuarto y la cocina llegaron a él en un abrir y cerrar de ojos. 

—Su corazón late despacio —dice Erika acercándose. —Scott, llama a tu mamá —indica y este toma su teléfono sin perder tiempo.

—¿Crees que ya es hora? —pregunta Allison mientras quita las cosas de Stiles a un lado. —¿Preparo el bolso? —

—Lo preparaste tres veces, no creo que sea necesario —bromea Isaac. —¿Stiles, quieres ir al baño o algo? Leí que sientes ganas de orinar, pero en realidad es el liquido amniotico —explica. Todos le miran como si le hubiera crecido otra cabeza. 

—¿Sí sabes que no tengo vagina verdad? —pregunta el castaño desde el sofá. Isaac asiente y se queda callado. —Creo que ya es hora, deberíamos ir al hospital —dice intentando sentarse, pero un dolor cruza por su espalda.

NUESTRA REALIDAD © M-PREGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora