Parte 8

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Permanecer en algun hotel no era una opción, sus manos estaban heladas y temblaba por el frio, la ropa mojada y el miedo.

Sabía que Jack lo seguiría, no lo iba a dejar ir tan fácil, así que tenía que encontrar refugio lo antes posible y en medio de la tormenta, y ni siquiera tenía su teléfono con él como para pedir ayuda. 

Comenzó a llorar mientras atravesaba la ciudad a toda velocidad, y se odiaba tanto por haber terminado en eso, se sentía patético y ridículo. Haber expuesto a su hijo de esa manera, y a un peligro tan grande. Y lo seguía exponiendo al manejar de esa manera en medio de una tormenta. 

—Soy el peor padre... —dijo secándose las lágrimas como podía e intentando mantenerse alerta. 

¿A dónde ir? Las opciones se iban acortando a medida que pensaba en qué día y qué hora era. Finalmente en un semáforo se detuvo intentando recuperar un poco el aliento y volteó a mirar a su hijo quien le miraba fijamente. —Lo siento pequeño —susurró. 

Una bocina le quitó de trance y volteó encontrando a Jack en su vehículo al lado. Aceleró sin pensarlo y dobló en la intersección observando el cartel de bienvenida a Beacon Hills. Podía ver a Jack seguirle de cerca así que no dudó demasiado al entrar en el desvío al bosque. 

Y si, estaba loco por entrar a esa calle de arena en medio de la tormenta, con los árboles y las rocas que podían bien causarle un accidente, pero conocía ese lugar como la palma de su mano, y tomar el desvío a la comisaría significaba darle a Jack terreno y tiempo.

A lo lejos Stiles podía divisar las luces de la mansión y no pudo evitar llorar de alivio, pero al no ver el camaro estacionado enfrente sus manos temblaron y por un segundo pensó que estaba perdido. Si llegaba ahí y él no estaba, era el final. 

Vio a Derek salir corriendo de entre los árboles de atrás de la casa y estacionó de golpe cerca de la entrada. El lobo se acercó a él y saltó del jeep sin perder tiempo en apagarlo siquiera.

—Derek... —dijo con cierta desesperación. El Alfa le miró de pies a cabeza y Stiles supo que buscaba alguna herida —Estoy bien —aseguró y apretó la puerta que aun tenía sujeta con una mano. 

—Vayan adentro —ordenó el lobo con una voz camuflada por un gruñido. Stiles tragó y asintió rodeando el jeep.

Tomó a Leo en brazos al mismo tiempo que Jack detuvo su auto a unos metros y bajaba dispuesto a todo.

—Adentro —ordenó Derek de vuelta, Stiles tragó fuertemente subiendo los escalones de dos en dos con Leo contra su pecho, lo alejó un poco una vez fuera de la lluvia para verlo y este bostezó en grande.

—¿Estás bien mi niño? —preguntó sonriendo.

—¡Estás un poco lejos de casa ¿No crees?!—

La voz de Derek hizo que Stiles volteara, no era una voz normal. Sabía que nada bueno podía venir luego de eso.

—Vengo por lo que es mío Hale, me largo después de eso— contestó Jack con aires de superioridad acercándose a Derek. 

Cuando cruzó a su lado en su dirección Stiles sintió pánico, pero Derek no lo dejó acercárse demasiado, lo tomó del cuello desprevenido y lo lanzó contra un árbol como si de una pelota de fútbol se tratara.

—¿Lo que es tuyo? —preguntó el Alfa y rugió con todas sus fuerzas tornando sus ojos a un rojo vivo —No veo nada tuyo por aquí — aseguró colocándose en posición de ataque.

NUESTRA REALIDAD © M-PREGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora