Parte 10

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Derek entra al baño luego de un rato, está seco y con otra ropa, y toma una de las toallas del inodoro en silencio extendiéndola en dirección al castaño. Este duda pero acaba alzando a su bebé con cuidado de no despertarlo. 

Ver la forma en que Derek envuelve al cachorro con tanto cuidado y lo sostiene contra su pecho hace que el corazón le lata con fuerza. —Voy a llevarlo al cuarto, puedes... seguir aquí —le dice y Stiles asiente sin emitir palabra, el nudo en su garganta no se lo permite. Derek sale del baño de nuevo y él ríe. Lo hacía tan bien tanto como si hubiera estado practicando, que le hacía gracia.

Él se permite relajarse en la tina por varios minutos más, sus músculos se lo agradecen, y de pronto el cansancio invade todo su cuerpo impidiéndole mantenerse despierto. 

Derek vuelve a entrar cuando cree que ya fue suficiente y para su sorpresa, Stiles está dormido al borde de la tina. Y agradece haber comprado esa tina un año atrás. Toma a un Stiles adormilado en brazos y lo envuelve en una toalla grande antes de sacarlo del baño cual niño pequeño y llevarlo a su cuarto. 

—¿Puedes vestirte solo? —pregunta. Stiles asiente pero en vez de eso voltea en la cama y atrae a Leo hacia él besándole una mejilla y durmiéndose de vuelta. 

Derek sabe que no es lo correcto, pero tampoco puede dejar que Stiles duerma en esas condiciones. Toma un conjunto suyo y cambia a Stiles ignorando cualquier pensamiento indecente. Viste a Leo con un enterizo de oso y se asegura que no sea demasiado para el cachorro.

—¿Quieres calefacción? —pregunta mientras los arropa en la gran cama. Stiles se acomoda de lado abrazando a su hijo y niega, pero al mismo tiempo le toma de la mano y entrelaza sus dedos. 

—Quédate aquí Der — pide en sueños. Derek observa sus manos unidas durante unos segundos, le suelta despacio y se levanta de la cama yendo a la puerta. 

La cierra despacio y luego apaga la luz antes de volver a la cama y meterse al lado de Stiles atrayéndole a él y pegándose a su espalda dándole de esa temperatura natural suya para calentar el frío cuerpo del castaño.

—Lo siento Stiles —murmura cerrando los ojos y apretando al cintura del castaño contra él. 

Por primera vez en mucho tiempo su lobo estaba en paz.

—Y siento haberte gritado también, solo que... Dios, tuve tanto miedo de no llegar a tiempo —admite oliendo sobre el cuello de su castaño —Si algo llegaba a pasarte no iba a perdonarme jamás —

El menor se remueve entre sus brazos y suspira profundamente dormido, aun así acaricia despacio la panza de su cachorro también dormido, y a Derek le causa gracia como aún dormido puede acariciarlo. Su instinto es demasiado fuerte. 

—Por favor no te vayas de mi lado, aceptaré cualquier cosa, lo que quieras darme, solo no... te vayas —pide cerrando los ojos.

NUESTRA REALIDAD © M-PREGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora