002| Aqui vamos de nuevo

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—Y entonces Vickie se rio —explicaba Robin sonriendo, una sonrisa totalmente acaramelada, mientras acomodaba un par de películas—, y no fue una risa falsa

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—Y entonces Vickie se rio —explicaba Robin sonriendo, una sonrisa totalmente acaramelada, mientras acomodaba un par de películas—, y no fue una risa falsa. Fue como una verdadera y genuina risa.

—Normal —Steve se encogió de hombros—, el chiste del muppet tiene gracia— cogió una película y la colocó en el estante más alto, seguido de esto se ganó un golpe en el hombro de parte de Raine.

—Steve —gruñó Raine, cogió la misma película y se la puso en sus narices—, esto es Grease ¿Te parece que va en la sección de terror?

El chico arrugo las cejas y la nariz, dejó escapar un suspiro cansado, pasándose la mano por su cabellera perfecta.

—No se que me ocurre hoy.

—¿Dormiste?

—No mucho.

—Steve sabes que...

—Eh —exclamó Robin indignada, alzando las manos— ¿Hola? ¿Podemos seguir hablando de mi amor frustrado? De verdad lo apreciaría.

—Lo siento Robin —se disculpó Raine, continuando con su tarea— ¿Que decías?

—Que río genuinamente —dirigió su mirada a su amigo, con los ojos entrecerrados —, y Steve me estaba bajando los ánimos diciendo que el chiste da gracia.

Él se encogió de hombros.

—Es verdad.

—El punto es que Vickie se rio —Robin en un instante parecía hipnotizada de nuevo, recordando el rostro de la chica pelirroja a detalle— y todo fue perfecto.

—Eso es fantástico ¿Lo ves? Si t...

—¿Pero? —interrumpió Steve, cambiando de pasillo llevándose el carrito de películas consigo.

—Pero tengo este problema que es que debería parar de hablar —dice ella, cada vez hablando más rápido—. He dicho todo lo que necesitaba decir, pero supongo que después me pongo nerviosa y las palabras no paran de salir, y es como si mi cerebro fuera por delante de mi boca, o al revés... Y me cavo mi propio hoyo y quiero parar pero no soy capaz. ¿Y lo estoy haciendo ahora mismo, no?

Terminó de hablar con una gran bocanada de aire. Si, tenía un problema.

—Si —respondió Raine con una mueca, cogió El gran gatsby y lo colocó entre dos películas de la estantería.

—Pues si —Steve recargó un brazo en la estantería.

Robin suspiró rendida y se recargó contra la pared, echando la cabeza hacia atrás.

—No tengo remedio —susurró, dejando un suspiró salir de sus labios.

Steve se colocó a su lado, con el mismo aire de decepción.

—Pues ya somos dos.

Raine frunció el ceño y dejó las dos películas que tenía en las manos para colocarse delante de ambos con los brazos cruzados.

KILLER QUEEN | Steve HarringtonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora