𝐁𝐎𝐃𝐘𝐆𝐔𝐀𝐑𝐃 𝐎𝐅 𝐀 𝐍𝐈𝐆𝐇𝐓𝐌𝐀𝐑𝐄 (𝐊𝐚𝐠𝐞𝐇𝐢𝐧𝐚)

Capítulo 6. La resistencia de Kageyama

El tiempo siempre parecía ocurrir más lento cuando cosas malas pasaban y más rápido con las cosas buenas, ¿Por qué? La vida era una perra, esa era la única respuesta que encontró Kageyama. Simplemente era injusto que los mejores momentos de la vida fuesen tan fugaces y los peores parecían ser eternos.

La última semana de la vida de Tobio podía resumirse en una frase: La peor semana de su vida.

Ni siquiera los largos entrenamientos en la organización, o las difíciles misiones que enfrentó en el pasado podían hacerle competencia a la pesadilla que era Hinata Shoyo.

Bien, quizás aquello era una exageración, pero en el pasado al menos Kageyama podía desahogarse de cierta manera, patear algunos traseros, pero ¿Ahora? Ahora tenía que proteger el trasero que más quería patear. Eso lo frustró.

La primera noche juntos fue la peor de todas. Hinata vio películas hasta tarde, a un volumen inhumanamente alto. Kageyama casi sentía que él mismo estaba dentro de la pelicula.

Durante los siguientes días, Hinata lo continuó obligando a comer su comida antes de probarla, incluso cuando era su chef Yamaguchi quien la había preparado frente a sus ojos. Kageyama tuvo que probar todas y cada una de sus comidas. Eso no estaba en el contrato, pero no quería quejarse con Daichi por algo tan tonto. Kageyama podía ver a través del acto de Hinata, y sabía que eso era justamente lo que quería lograr. Quería perturbarlo, quería romperlo, pero no lo lograría. Kageyama rompería a Hinata antes de que él lo rompiera.

El tema con las comidas fue tolerable, pero pronto Hinata comenzó con más peticiones ridículas. A partir de la segunda noche hizo a Kageyama revisar toda la casa antes de dormir, especialmente el cuarto de Hinata -y si, eso incluía debajo de su cama- para asegurarse de que todo estuviera en orden y no hubiese algún loco infiltrado.

Kageyama no estaba seguro si eso era parte del acto de Hinata para volverlo loco, o si en verdad estaba tan afectado por los sucesos recientes, que aquella inspección nocturna le ayudó a sentirse más confiado para dormir. Fuese cual fuese la verdadera intención detrás de eso, Kageyama revisó a profundidad porque ese era su trabajo. Al menos le dio algo que hacer, algo en lo que mantenerse ocupado.

Había sido una semana larga y aburrida. Hinata estaba de vacaciones y no había salido mucho. Daichi estaba de vacaciones también, por lo que Kageyama no lo vio ni una vez. Al tercer día conoció al entrenador de Hinata, Tanaka Ryu.

Tanaka iba acompañado de su esposa, Kiyoko, quien resultó ser instructora de Yoga. Ella iba tan solo unas dos veces al mes para ayudar a Hinata a relajarse. "¿Relajarse de qué?", pensó Kageyama, observando el calentamiento de ambos. Kiyoko era probablemente la mujer más hermosa que había visto nunca. Si no estuviese felizmente casada, y si Tobio no estuviera trabajando en definitiva haría un movimiento con ella.

Los ojos de Kageyama se distrajeron momentáneamente de la delicada y sensual figura de Kiyoko al cuerpo de Hinata a un lado. Esos pantalones de yoga estaban realmente pegados a su cuerpo... incomodo. Kageyama desvió la mirada, porque había estado demasiado tiempo observando el trasero de Hinata en esos pantalones de yoga. Él definitivamente no tenía interés en ver el culo apretado de un hombre en esos pantalones, sobre todo teniendo a un lado a una mujer como Kiyoko. Aunque tampoco era como que pudiera verla descaradamente, después de todo su esposo estaba ahí mismo.

Kageyama optó por fijar su mirada en un punto fijo, y pronto se encontró a sí mismo distraído con la colección de posters de películas viejas que tenía Hinata junto a las escaleras. Desde donde estaba -afuera, junto a la piscina- apenas y lograba observar los posters dentro de la casa, pero alcanzaba a ver uno de Volver al Futuro II y otro de Alien. Al menos el idiota tenía un gusto decente en películas -aunque su manía a verlas a altas horas de la noche cuando Tobio intentaba dormir no era agradable-