Hinata corrió lo más rápido que se lo permitieron sus piernas, lo cual no era mucho debido a la cantidad de alcohol que había consumido esa noche. Sentía que todo le daba vueltas y quería vomitar; y no estaba seguro si eso era por el alcohol o por la escena que acababan de presenciar sus ojos.
No se había dado cuenta de que estaba llorando hasta que sintió el característico sabor salado de sus lágrimas. Un sabor al que estaba demasiado acostumbrado ya. Se sentía tan estúpido, patético y humillado por ser tan transparente con sus emociones, pero había sido imposible contenerlas luego de ver a Kageyama con otra persona. Sin importar cuanto tiempo hubiese pasado y cuanto se había convencido a sí mismo de que lo había superado, nada podría haberlo preparado para verlo en la realidad. El simple hecho de ver a Kageyama ya era demasiado para su corazón, pero ver a alguien más entre sus brazos...no había una palabra para describir lo mal que se sintió.
Todos los días de la última semana habían parecido irreales, como sacados de una dimensión desconocida donde Kageyama por algún inexplicable motivo regresaba y aparecía en su puerta el día de su cumpleaños. Excepto que no era una dimensión desconocida, era la realidad, y Kageyama había reaparecido de la nada. En su puerta. En su cumpleaños.
Hinata todavía podía sentir la intensidad de la mirada de Kageyama, todavía recordaba lo débil que había sido y lo cerca que había estado de ceder ante el momento y lanzarse a sus brazos. Por suerte Damiano había llegado a tiempo para sacarlo de ahí antes de que pudiera hacer algo de lo cual luego se arrepentiría.
Sobraba decir que fue incapaz de concentrarse en la cena de su cumpleaños, y Damiano claramente sintió que, aunque el cuerpo de Hinata estaba ahí, su corazón ni su mente lo estaban, así que, como el caballero que era, lo dejó en la puerta de su casa antes de la media noche.
Hinata había estado nervioso al regresar a casa, mirando disimuladamente por todos lados en busca de Kageyama, pero era claro que ya no seguía ahí. Por un momento consideró la posibilidad de que tal vez se había vuelto loco y había tenido una alucinación extremadamente realista, pero Damiano también lo había visto así que no había manera de que fuese un producto de su imaginación. Kageyama había estado en su casa apenas horas atrás.
Aquella noche fue prácticamente imposible dormir. Se encerró en el cuarto prohibido, abrió el closet que se había negado a abrir tantas veces y se envolvió en la hoodie favorita de Kageyama, una azul cerúleo oscura, de algodón, gruesa y calientita. Luego se torturó viendo las mismas cinco fotos que tenía de Kageyama en una carpeta oculta en su teléfono, y lloró hasta que se quedó dormido.
¿Por qué Kageyama tenía que volver y arruinar todo su progreso?
Al día siguiente se levantó temprano, sintiendo la boca seca y un fuerte dolor de cabeza, casi como si hubiese bebido pero lo único que había hecho era llorar como un desquiciado. Supuso que llorar debió deshidratarlo tanto o más como beber alcohol, así que luego de beber lo que se sintió como un litro de agua y tomar una muy necesaria ducha, tomó las llaves de su auto, hizo una parada en la farmacia para comprar un suero de fresa y luego se dirigió a su lugar seguro: Kenma.
Pasó toda la mañana llorando en el hombro de su mejor amigo (y llenándolo de mocos) mientras escuchaba a Kenma insultar a Kageyama de todas las maneras posibles e imaginables. En algún punto Kenma deseó que todo lo que Kageyama comiera le supiera a mierda y Hinata no pudo evitar reírse con el comentario. Kenma siempre sabía cómo hacerlo sentir mejor. Por suerte aquel día su práctica era por la tarde y pudo cumplir con su compromiso sin mayor inconveniente. No era como si pudiera elegir faltar solo por sentirse como basura por haber visto a su ex. Ahora un deportista olímpico y esas excusas no existían.
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𝐁𝐎𝐃𝐘𝐆𝐔𝐀𝐑𝐃 𝐎𝐅 𝐀 𝐍𝐈𝐆𝐇𝐓𝐌𝐀𝐑𝐄 (𝐊𝐚𝐠𝐞𝐇𝐢𝐧𝐚)
FanfictionHinata Shoyo es un jugador de volleyball profesional, ace hitter de los Black Jackals y ocasional modelo de marcas como Nike y ADIDAS. Shoyo se declaró gay en una rueda de prensa reciente, y desde eso el revuelo comenzó. El apoyo fue gigantesco, y s...