Capítulo 5. La determinación de Hinata.

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Mientras Kageyama sostenía una copia de la agenda mensual de Hinata, y escuchaba a Daichi hablar sobre los diversos eventos y compromisos a los que Hinata tenía que asistir -y, por ende, Kageyama también- fue cuando la realización de algo que ya sabía bien, lo golpeó.

Kageyama Tobio era el guardaespaldas oficial de Hinata Shoyo.

Kageyama lo sabía, pero no lo había asimilado como era debido hasta ese momento.

La noche anterior había regresado con Hinata a casa y luego de que Hinata le informara a Daichi que Kageyama había pasado la prueba, Daichi llegó a casa de Hinata con el contrato listo para ser firmado.

El contrato era por seis meses con posibilidad de ser renovado por otros seis si ambas partes estaban de acuerdo. Kageyama tendría que mudarse a la casa de Hinata para protegerlo a todas horas del día. No tenía un horario de trabajo porque todo el tiempo estaría trabajando, su labor consistiría básicamente en ser una sombra de Hinata Shoyo. Eso explicaba el ridículamente alto sueldo, pues cualquier trabajo con condiciones humanas limitaba el trabajo a una jornada de 8 horas.

Sin embargo, no todo era malo. Kageyama había negociado un día libre en el que un compañero de su misma organización lo cubriría. Hinata y Daichi aceptaron porque negarle un día libre al pelinegro sería inhumano, y porque confiaban en que cualquier persona en la que Kageyama confiara sería alguien de confianza.

Además del día libre, el contrato establecía una de las habitaciones principales de la casa para el uso de Kageyama, así como el libre uso de todas las instalaciones de esta, entre ellas la piscina y el gimnasio personal de Shoyo. El contrato también estipulaba que el gasto de las comidas de Kageyama correrían a cargo del contratante, es decir, Hinata.

Entonces Kageyama no podía quejarse. Había conseguido una vida bastante cómoda y gastos pagados, además de un sueldo que la gente mataría por tener. ¿A cambio? Había vendido su ser entero y jurado su vida a proteger a Hinata Shoyo.

Kageyama no sabía cómo sentirse al respecto. El que su prioridad fuese Hinata se sentía extraño, casi incorrecto. El único pensamiento que mantuvo su sanidad fue el recordarse que su prioridad era en realidad alguien más, y que si hacía todo aquello era por esa persona.

—¿Kageyama?

—¿Sí? Perdón, me distraje un momento.

—No pasa nada. — Daichi sonrió, haciendo una pequeña pausa — Entiendo que puede ser un poco agobiante, lo siento si estaba yendo muy rápido.

—No, está bien. Entonces estabas en...

—La grabación del comercial de la línea de tenis deportivos de Adidas, es en dos semanas, pero Hinata tiene una sesión de fotos antes de eso la próxima semana y también una cita con Suna Rintarou para la práctica del guion.

Kageyama estaba tratando de absorber toda la información en su cabeza. Ni siquiera sabía que los comerciales tuvieran guiones o prácticas, ¿No solo se juntaban a grabarlo y ya? Daichi le había hablado acerca de partidos de práctica, entrenamiento con los Black Jackals y la fecha de inicio de la temporada de Volley. Eso lo entendía. Lo que no entendía era porque Hinata tenía tantos compromisos ajenos al deporte. Sesiones de fotos, la grabación de un comercial, fiestas a las que Daichi aseguraba era importante asistir. ¿Hinata era una celebridad después de todo, justo como Kuroo lo había dicho? Kageyama aprendió por las malas que los deportistas de la talla de Hinata no eran solo deportistas sino figuras públicas y modelos.

Dios, Hinata era tan molesto. Aunque podría ser peor. Hinata podría ser un idol, y eso sí sería algo insoportable para Kageyama.

—Todo esto está anotado en la copia de la agenda de Hinata que te acabo de dar, pero si tienes alguna duda con algo, no dudes en preguntarme. — explicó Daichi, sonriente — Estaremos viéndonos seguido, ya que también estoy con Hinata la mayor parte del tiempo.

𝐁𝐎𝐃𝐘𝐆𝐔𝐀𝐑𝐃 𝐎𝐅 𝐀 𝐍𝐈𝐆𝐇𝐓𝐌𝐀𝐑𝐄 (𝐊𝐚𝐠𝐞𝐇𝐢𝐧𝐚)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora