16 Razones― Karl Jacobs

Capítulo 29.

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Alek Novikov.
capítulo 29

Tome a Lissa de la mano sacándola de la clase luego de que haya terminado, para nuestra sorpresa ahora estaba haciendo calor.

Ella caminaba a mi lado mirando sus cuadernos mientras nos dirigíamos a la parte trasera del instituto, mañana harían un torneo masculino por lo que nos dejarían usar el celular.

Hace bastante tiempo no tengo comunicación con alguno de mis amigos, mentiría si dijera que no los extraño.

— ¿Que crees que hagan mañana?— pregunto a mi lado la morena.

— Supongo que jugarán fútbol.

— No lo creo, escuché que en aquí odian el fútbol— dirigí mi mirada a ella luego de escucharla.

— Entonces no lo sé— me encogí de hombros.

— ¿Desde cuando conoces a Terrence?— pregunto interesada Lissa.

— Desde hace no mucho, tal vez seis meses— respondí sin importancia.

— Se tienen mucho aprecio.

No dije más, Lissa se notaba interesada en Terrence, no quería matar sus posibles iluciones.

— Señoritas, que bueno que las encuentro— hablo formalmente una mujer de edad avanzada frente a nosotras— El director las cita en su despacho.

Sin decir más se dio la vuelta dejándonos con mil preguntas, nos miramos entre sí para luego correr hasta dicho lugar.

Una vez frente a la puerta me negué rotundamente a tocar obligando a Lissa a hacerlo.

— Pase— dijeron desde el otro lado.

— Buenas tardes señor— dije al entrar.

— Buenas tardes— respondió indicando con su dedo que pasáramos del todo— Seguro se preguntarán el porque las he llamado.

— Así es señor— dijo esta vez Lissa.

— He notado sus calificaciones, tan perfectas como para que sean de primer año— sonrió sin mostrar los dientes— Les quería proponer algo.

— Lo escuchamos— dije mirándolo.

— Quiero que conozcan a mi hijo Alek, pero antes...— hizo una pausa— Les diré lo que harán si aceptan.

Lissa se acercó a mí para poder escuchar mejor.

— Quiero formar un grupo de estudiantes, estudiantes con los mejores promedios— volvió a pausar— Quiero que les ayuden a los de bajas calificaciones, quiero que sean sus guías.

Tomo un sorbo de café mientras se levantaba de su silla, se giró mirándonos como si olvidará mencionar algo.

— No se preocupen por sus calificaciones, si aceptan el trato ni siquiera se molesten en asistir a las clases— completo.

No tenía idea del porque su urgencia, pero no saldría de aquí con esa duda.

— ¿Por qué?— pregunté con interés.

El me miró y sonrió, sonrió como si estuviese esperando mi pregunta.

— Verán, a final del año se hace un debate al igual que un examen, se lleva a cabo con las mejores instituciones del país— explicó— Este año pretendo vencer a todos los rivales.

Ahora lo entendía.

— ¿De cuanto tiempo hablamos?— esta vez fue Lissa la que pregunto.

— ¿Cuanto tiempo estarán aquí ustedes?— respondió con otra pregunta.

— Dos años señor— respondió la bajita.

— Entonces serán dos años— sonrió regresando su atención al café en sus manos— ¿Si aceptarán verdad?

— Es tentador— me sincere— Pero me gustaría mantener mis calificaciones.

— Créanme que pasaran con las mejores calificaciones del curso, incluso si su cuaderno está en blanco— nos miró con intriga— Pero necesito su palabra.

— Lo haré— acepte mirando a Lissa.

— También lo haré.

— Alek— pronunció dirigiéndose a la cortina tras de el.

Se ahí salió un joven que aprecia tener nuestra edad, era alto de piel pálida y cabello negro azabache, traía una sonrisa maliciosa en su rostro mientras nos miraba.

— Ellas serán tus compañeras desde ahora— dijo el director— Sería bueno que se conozcan.

— Alek Novikov— se presentó, su voz era ronca, suave y varonil.

— Bonnie Fredyle— respondí captando su atención.

— Lissa Avely— imitó mi compañera.

Alek asintió con la cabeza mientras miraba a su padre.

— Empezarán mañana— fue lo único que dijo antes de que nos fuéramos.

Nunca antes había visto a ese chico que se suponía era su hijo, supongo que fue mi falta de atención.