Capítulo 30.

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Las órdenes de Novikov.
capítulo 30

- Podemos empezar viendo las notas, cosa que ya hice- explicó Alek- He seleccionado a los alumnos que lo necesitan, así que podemos empezar pronto.

- Eso es perfecto, podemos regresar a nuestras clases ahora- empecé a caminar.

- No, no podemos- me detuvo el pelinegro- Ahora vas a acompañarme a la biblioteca, buscaremos algo que nos ayude y luego haces lo que quieras.

- No puedes ordenarme- respondí con enfadó.

- Si puedo- acompaño burlón- Ahora ven y sígueme.

Este chico tenía serios problemas de superioridad, como indico, sin tener más opción, lo seguí. Caminamos hasta dichoso lugar en silencio, bastantes alumnos nos miraban, o bueno lo miraban a el, yo parecía más su asistente.

- Busca algo que tenga que ver con leyes, la sección correcta es por allá- señaló un pasillo.

Camine viendo todo, llegue hasta el final del pasillo sin tener resultados, suspiré dándole un vistazo arriba. Mis ojos se iluminaron al notar un grueso libro en lo más alto.

- Novikov- lo llamé con emoción, el llegó enseguida posicionándose a mi lado- Baja ese.

- ¿Segura que es el indicado?- estiro una de sus manos tomándolo.

- Por supuesto- sonreí- Mira, si es.

Lo sostuve con ambas manos debido al peso, al parecer Alek noto eso ya que se ofreció a llevarlo por mi.

- Vamos a leerlo juntos- camine pasos delante de él, el sonrió siguiendome.

- Lissa es buena contigo, pero eres inteligente- dijo mientras nos sentábamos- No creo que la necesites.

Su manera de hablar me recordaba a su padre, tan forma, tan perfecta.

- No estaría aquí de no ser por ella- me encogí de hombros.

- Estás por méritos propios, creo que mereces estar aquí- abrió el libro examinandolo.

- Gracias.

- No necesitas agradecerlo, sabes que tengo razón- regreso su mirada a mi- Creo que necesitamos reforzar a los alumnos con temas distintos, tal vez podamos investigar un poco sobre este y luego buscar otro.

- Estoy de acuerdo.

- ¿Que temas propones?- pregunto.

- Política sería bueno, también salud- trate de hacer memoria- Medio ambiente, es muy importante el saber cuidar el planeta.

- Tus ideas son buenas- dijo leyendo el libro que antes había encontrado- Las tomaremos en cuenta.

- Seguramente Lissa tiene más- le hice saber.

- Por ahora nos enfocaremos en las tuyas, luego buscaremos a Lissa- busco algo en su bolsillo, al encontrarlo sonrió- Mañana habrá torneo de béisbol, lo había olvidado, las clases serán suspendidas.

- Creo que escuche sobre eso- dije recordando- ¿Jugarás?

- Claro que no- negó con la cabeza- Pero tu me acompañarás.

- ¿Por qué lo haría?- pregunté luego de escucharlo.

- Buscaremos lo que necesitamos- dejo el libro a un lado- Buscaremos a Joaquín.

- ¿quien es?

- Un amigo de mi padre- respondió restándole importancia- Nos ayudará en algo.

- ¿Que hay de Lissa, vendrá?

- No lo hará, solo vendrás tu- su mirada se dirigió hasta afuera- Está oscureciendo, salgamos de aquí.

Se levantó dejando el libro en su lugar, antes de salir me miro alzando una ceja.

- ¿Te vas a quedar ahí sentada?- se burló, me levanté rodando los ojos hasta llegar a su lado.

- ¿Que quieres?- dije molesta.

- Cállate- indico que lo siguiera.

Caminamos hasta adentro en silencio, el se dirigía al dormitorio de chicos, estaba loco si creía que lo seguiría.

- No voy a seguirte- me negué en la entrada.

- Te daré algo- abrió la puerta dejando ver un pasillo repleto de puertas- Solo será un momento, yo mismo vendré a dejarte aquí.

- Agh, está bien- acepte.

Entramos a una de las puertas del fondo, Alek se quitó el abrigo que traía puesto dejando ver ¿tatuajes? ¿!tenía la mano izquierda repleta de tatuajes!?

- ¿Bonnie?- dijo ¿Karl?

- Eres su compañero- señale al pelinegro que estaba de espaldas.

- Lo soy- respondió.

- Ven aquí Fredyle- ordenó mi compañero arrodillado frente a una caja de madera.

- ¿Que es?- pregunté acercándome.

- Son todos los temas que saldrán en el examen, serán los que estudiaremos aparte de los que me dijiste hace poco- susurro en mi oído- Joaquín tratará de conseguir información hacerca del debate.

Asentí mirando todo con asombro.

- Lissa no lo debe saber- completo.

- Está con nosotros en esto, es justo que lo sepa- dije mirándolo.

- Se con las personas que trato- guardo los papeles, excepto uno- Y con ella no lo haré jamás.

Me entrego el papel separándose de mi, Karl seguía mirándonos, había olvidado que estaba aquí.

- Vámonos- dijo mi compañero tomándome del brazo.

- Nos vemos- me despedí del castaño que me miraba curioso.

16 Razones― Karl Jacobs Donde viven las historias. Descúbrelo ahora