Capítulo 36.

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Fredyle.
capítulo 36

Karl Jacobs

Es estresante ver como todos a mi alrededor hablan sin cesar y ríen a carcajadas por cualquier estupidez.

Me encuentro en clase de historia con George a mi lado, mi compañero repasa uno de los extraños libros que de nos han asignado concentrado.

La puerta hace un diminuto ruido indicándonos que el profesor está aquí.

---Habrán sus libros, página doce ---dijo apenas entró.

Todos hicimos caso buscando la página indicada, unos pasos hicieron que la mayoría prestemos atención a lo que está apunto de pasar.

---Señoritas, ¿que les hace creer que pueden llegar a mi clase tan tarde? ---la voz del profesor era calmada, pero era fácil notar su enojo.

Entonces la puerta se abrió del todo dejándonos ver de quienes se trataba, eran Bonnie y Lissa.

---Por ser nuestra primera clase se los pasaré, pero que no se repita ---ellas asintieron repetidas veces.

Pasaron tomando asiento en las últimas bancas del fondo, desde lo que ocurrió ayer no la he visto nuevamente hasta ahora.

Se veía hermosa.

Todo el día estuve tratando de evitarla, pero ella cada vez lo complica más. Con su hermosa sonrisa, su cabello despeinado, sus hermosos ojos; me fascina todo de ella.

Sacudí mi cabeza tratando de quitar ese pensamiento, no podía permitirme esto.

La clase fue entretenida, historia siempre me interesó desde el principio, aunque para muchos la historia suele ser agobiante y aburrida a mi me gusta demasiado. Porque quien olvida su historia, está condenado a repetirla.

Sonreí ante mis pensamientos, aveces solían ser divertidos. George cada vez que me miraba ríendo solo solía decirme esquizofrénico.

---Y por último ---pauso, su voz era tan suave que estoy seguro que si su clase no me interesará me quedaría dormido--- Investigarán sobre los Judíos.

Este tema era infinito, lo había visto desde que entre a primero de tercero.

---¿Para cuando señor? ---pregunto una chica de la primera fila.

---Será para mí próxima clase.

Su próxima clase sería mañana, exactamente en la tercera hora del día. Eso significaba que tendría que pasar la tarde en la biblioteca dado que esta era la última clase del día.

---Pueden retirarse ---dijo al ver su reloj.

Todos empezamos a salir por orden de fila, con George éramos los segundos por lo que enseguida nos levantamos.

---Fue una buena clase ---sonreí mirando a mi amigo.

---Lo dices porque eres bueno, ahora iremos a la biblioteca antes de la cena ---dijo arrastrándome con el.

Al entrar a la biblioteca empezamos a buscar libros relacionados, tenía conocimiento suficiente sobre los judíos que ni siquiera necesitaba leer un libro. Pero mi amigo no lo hacía, por lo que le ayudaría.

---¡Bonnie! --- exclamó efusivamente mi compañero, lleve mi mirada hasta el frente notandola.

---George, Karl ---respondió hacercandose---¿Buscan sobre los judíos?

---Si, ¿tú igual? --- respondió tomando un libro el pelinegro a mi derecha.

---Por supuesto que sí, de echo he encontrado algunos ---me dio una ligera mirada sonriendo, desvíe mi mirada con seriedad mirando al piso---Podemos leerlos juntos.

---Sería genial, ¿cierto Karl?

---En realidad se suficiente sobre el tema, pueden repasarlo ustedes --- respondí tratando de sonar neutro.

---Pero puedes reforzar tu cerebro con una dosis extra de conocimiento ---añadió Bonnie, ¿acaso quería que los acompañará?

---Ella tiene razón Karl.

---Vamos entonces ---acepte, si la pelirroja quería que los acompañará lo haría.

---¿Que hay de Militza? --- George pregunto con interés, noté como Bonnie se sorprendió por su pregunta. No la culpo, fue extraña.

---Militza se fue a un instituto cristiano, sus padres son muy cristianos ---con torpeza y extrañeza respondió la chica.

---Entiendo ---respondió ¿decaído?

Bonnie me dio una mirada tan extrañada como yo, quería aligerar el ambiente con algo así que dije lo primero que se me ocurrió.

---¿Que hay de Franklin y Erick? --- mi voz salió más ronca de lo que me hubiese gustado sonar.

---Ellos... bueno, Franklin está con su padre en New York, estudia allí ---parecía nerviosa--- Y Erick ganó una beca, ahora está en Australia.

---¿Australia? ---pregunté extrañado.

---Si, Australia.

---¿Eso está bien para ti? ---dije al notar como parecía un poco más seria---Tener a tus amigos de infancia lejos debe de ser duro.

---Lo es, los extraño a todos por igual. Pero no puedo de dejar de pensar en Franklin, la debe de estar pasando mal.

---Nunca fui su amigo, pero parecía ser un chico fuerte ---agregué mirando al frente---Se que podrá estar solo estos dos años, pasaran demasiado rápido y pronto estarán juntos nuevamente.

Era demasiado malo consolando.

---Además nos tienes a nosotros, nunca seremos lo que ellos fueron contigo... pero tienes que saber que  siempre estaremos para ti ---ni siquiera se porque dije eso.

Ella sonrió mirándome, su sonrisa hizo que me olvidará de todo a mi alrededor.

Parecíamos solo ella y yo.

Ahora podía estar seguro de mis sentimientos, y si alguien llegaba a preguntarme a quien le pertenecía mi corazón. Mi respuesta sería inmediata.

Mi corazón siempre te ha pertenecido Fredyle, desde ese día en el que llegaste perdida y manchada de pintura hasta mi casa con siete años.

Desde ese día en el que llamaste a mi madre mamá por accidente, desde ese día en el que lloraste en mi casa porque habías olvidado dónde vivías.













(( historia my best amor ))

16 Razones― Karl Jacobs Donde viven las historias. Descúbrelo ahora