Capítulo 37.

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¿Regalos para la pelirroja?
capítulo 37

Si de suspiros se tratase la vida, seguramente estaría más vivo que... no se pero estaría muy vivo.

Llevaba tirado en mi cama desde ayer, ahora son las nueve de la mañana y mi ánimo no mejora. A este punto ya he perdido dos clases.

Cerré mis ojos dando un suspiro más, ansiaba que ya fuesen las vacaciones para poder ir a casa con mamá.

Y un click hizo que me levantara de un brinco de mi cómoda y suave cama, el cumpleaños de la pelirroja ya casi se acerca.

No tengo ni la más pálida idea de que comprarle, no podré salir hasta el próximo mes por lo que tendría que acudir desesperadamente a mi mano derecha... Matteo.

Luego de pensar por por un largo rato decidí comprarle lo que a ella más le gusta. Y ese era el problema, ni siquiera se eso.

Negué repetidas veces mirando a la nada, si alguien entrará justo ahora por esa puerta y me viera en dicho estado pensaría que estoy demente.

Tome una toalla y me metí a la ducha, el agua fría recorriendo mi cuerpo hizo que entrará en razón.

Tome lo primero que vi antes de tomar mi libro de historia y correr hasta la clase, gracias al cielo llegue antes que el profesor. La mayoría de los alumnos me miraron con confusión, siempre solía llegar antes que el resto, y no los culpo, mi cabello húmedo está echo un desastre al igual que mi chaleco desabrochado.

Me senté en mi lugar habitual dándole una ligera mirada a las mesas del fondo, Bonnie ya se encontraba ahí.

Al notar mi mirada sonrió y me saludo con su mano, yo respondí su saludo de la misma manera antes de llevar mi mirada hasta el frente.

El profesor había entrado con un bolígrafo en su mano derecha, nos miró detenidamente dejando su mirada en los del fondo.

---Empezaremos revisando su tarea ---pronunció tomando asiento en su escritorio.

El empezó a nombra a todos por orden de listado, mientras tanto me limité a revisar mis apuntes con seguridad sabiendo que estaban perfectos.

Muchos de los alumnos ni siquiera se preocuparon en hacer la búsqueda, ganándose un castigo al final del día.

---Jacobs Karl ---con seguridad me levanté de mi lugar llendo hasta el.

Le entregué lo que había trascrito, el se detuvo a leer detenidamente antes de pasar página viendo la tarea que nos había asignado.

Me dio una mirada asintiendo, no necesitaba siquiera ver su libreta de notas sabiendo que la mía era la mejor hasta ahora.

---La mejor desde que empecé a calificar ---aclaró  en voz alta, todos los alumnos presentes me miraron para luego regresar a sus antiguos entretenimientos.

Me senté con mis apuntes en mano, no falto demasiado para que tocaran indicando nuestro receso. Pensé en volver a mi cama y seguir durmiendo, pero al final acabe sentado en una de las mesas del patio.

El sol daba justamente en mi rostro, debido al baño que acababa de tener minutos antes en mi habitación seguía teniendo frío.

---Heyy ---George llegó a mi lado sonriendo, le di una mirada asintiendo de la misma manera----¿Por qué no habías venido antes?

---No tenía ánimos, ¿cuantos obtuviste en historia?

---Fue un ocho, estoy orgulloso de mí ---le di palmaditas suaves en la espalda alentandolo---¿Que hay de ti?

---Diez ---el me miró imitando mi acción anterior.

---Eso es muy bueno.

Lissa llamo a George luego de eso, me levanté de mi lugar dispuesto a ir a mi habitación por el libro de matemáticas. Cuando de repente una mano me lo impide tomándome de mi chaleco.

---¿Te vas porque recién llego? ---fue la voz de Bonnie la que provocó que me girará en mi lugar notandola.

---No, por supuesto que no ---aclaré negando---Debo ir por mi libro de matemáticas.

---Oh, claro ---me soltó señalando al frente---Ve por el.

---Mejor me quedaré ---ella río negando, yo asentí tomando mi lugar anterior en la banqueta---Pronto cumples dieciséis.

---Si, mejor que nadie se entere.

---Todos lo saben ya, Terrence está más emocionado que tú y que todos en general ---reí al recordarlo---¿Que harás?

---No planeo hacer nada.

---¿Algo que te guste?

---Me gustan los detalles pequeños, mamá solía hacerme una tarta, galletas y jugo de naranja ---completó soltando el aire que había retenido---Pero ella no está aquí.

---Pues entonces tendrás una tarta, galletas y jugo de naranja ---pase una de mis manos por su cabello.

---No la dejarán entrar.

---No ha ella ---negué---Sólo dale tiempo al tiempo.

Ella pareció entender mis palabras sonriendo mientras me miraba.

---No te molestes en eso Jacobs.

---¿Por qué no?

---Te arriesgarías, no me gustaría que te expulsen por mi culpa.

---Jamás saldría de aquí.

En ningún momento mencioné el como haría para poder hacer que alguien me trajera eso hasta aquí, pero ya pensaría en ello luego.

Por lo menos ahora ya sabía el que regalarle.









(( posiblemente este sea uno de los capítulos más aburridos que haya escrito en mi vida, pero he perdido el margen sobre esto ))

16 Razones― Karl Jacobs Donde viven las historias. Descúbrelo ahora