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célébration

Louis sonrió jugueteando con su anillo de bodas mientras observaba a sus cachorros y Harry hablando animadamente con la sorpresa de Zayn. Kale, Luka y Harry estaban que irradiaban luz por los poros y Louis no podría estar más feliz por eso, amaba ver a sus tres chicos juntos y felices.

La sensación de su movil vibrando en el bolsillo de sus shorts lo sacó de sus pensamientos. Sin apartar la mirada de sus chicos que se encontraban en la piscina contestó.

— Louis Styles, ¿Quien habla?

— Señor Styles, soy el supervisor del último anillo de seguridad, le hablo para decirle que los señores Bellet traen un enorme paquete y no desean darme el permiso para abrirlo, ¿los dejo pasar igual?

— Sí, ellos no son un peligro y no te preocupes, dos camionetas más con solo guardaespaldas vendrán tras ellos así que déjalos pasar sin problema.

— Está bien, señor. Disculpe las molestias.

Susurrando un pequeño "no hay problema" colgó.

5 minutos después.

— ¡Louis! — Escuchó que lo llamaban y rápidamente se giró para observar a Chris caminando hacia él con su cachorra recién nacida en sus brazos y su esposa al lado suyo sonriendo.

— ¡Oi Oii! — Exclamó en respuesta sonriendo en dirección a sus invitados y caminó hacia ellos. — Chicos, hola, ¿cómo estáis? — Cuestionó besando las mejillas de ambos alfas con entusiasmo pero siempre teniendo cuidado con el pequeño ser en los brazos del alfa.

— Bien, pero esta pequeña no nos ha dejado pegar el ojo desde hace 10 días.

— Es completamente normal, en unos días se acostumbrará y podrán dormir al menos 5 minutos. — Chris lo observó horrorizado, Louis río de su expresión para después observar los ojitos grises de la bebé abriéndose. — Buongiorno, Principessa. — La pequeña alfa lo observó atenta unos segundos y después sonrió. Louis le devolvió la sonrisa encantado. — Es hermosa y muy tierna. — Le dio una leve caricia en sus suaves mejillas. — Se parece mucho a ti, Chris.

— Ya no lo digas, Chris lo repite unas mil veces al día.

— Es que es cierto, Iris es igual a mi, tiene el mismo tono de pelo y piel que yo y te apuesto mi pierna izquierda a qué tendrá mis ojos azules. — Louis río, observando al alfa haciendo caras raras a su bebé que si bien no entendía lo que pasaba, amaba la atención de su padre en ella.

— No estamos apostando sobre nuestra hija.

— Si lo estamos haciendo, o acaso ¿tienes miedo?

— Vale...hagamos esto. — Saori se ató el pelo sin dejar de mirar a su esposo desafiante. — si los ojos de Iris se quedan grises como los míos tú, mi querido esposo tendrás que cambiarle los pañales sin mi ayuda ni la de los empleados por 6 meses. Y si se tornan a azules yo lo haré, y no te despertaré por las noches, ¿trato? — La bella mujer estiró la mano.

— Trató. — Estrecharon sus manos.

Louis río. — Sois increíbles.

— Ya lo sabíamos. — Dijo Saori, sonriendo. Louis le devolvió la sonrisa.

— Vale, dejad vuestras apuestas para más tarde y pasad. — Los alfas riendo lo siguieron hasta algunas mesas frente a la piscina. Louis estiró la silla para que la omega se sentara y la omega lo hizo encantada.

— Gracias, corazón. — Besó su mejilla, provocando que sus mejillas se sonrojaran.

— De nada. — Carraspeo para alegar el sonrojo en sus mejillas. — Y por cierto, disculpadme pero mi esposo y mis hijos no están disponibles en este momento. — Dijo, sentándose frente a la alfa ya que el alfa se encontraba parado meciendo a su bebé.