Era época navideña, Frey había puesto un árbol en mi departamento, no lo entendía bien. Celebrar el cumpleaños de un niño solo por salvarles, aunque no es real, pero no pienso decirle algo como eso parece le ilusiona mucho este tipo de celebración.
Ahora estoy ahí en la sala y solo veo las luces cambiar de color, es casi hipnotizante luego se me pasa un rato. Hoy no tenía que estar con ella se encontraba con Leah al final sigo sin entender porque me molesto tanto ese día en el museo.
Me levanté de aquel sofá y caminé hasta la ventana que había comenzado a nevar, tomé un abrigo antes de salir de casa. Caminé por la calle sabía dónde estaba ella, pero sin darme cuenta ya caminaba en esa dirección termine en el centro comercial había demasiada gente, pero no iba en plan demonio solo quiero distraerme.
Había entrado a una tienda de ropa, pasaba por los abrigos muchos me gustaban así que estaba indecisa en cual comprar después de todo. Tomé uno negro y uno gris, el negro era más tipo gabardina termine comprando ambas en conjunto me lleve unas botas nuevas. Ahí estaba caminando mientras curioseaba por las tiendas su aroma estaba ahí presente me gire en busca de ella y le mire de lejos estaba parada junto el inmenso árbol navideño que estaba en el centro del mall se tomaban fotos, ella sonreía mucho.
Otra vez esa sensación en mi pecho y molestia, luego lo siguiente fue lo que me hizo explotar. Leah le besaba sin pensarlo ni dudarlo, ella correspondía mientras la abrazaba por el cuello.
En segundos todas las bombillas cercanas en un radio de unos metros explotaron, el sonido me hizo volver en mí, tomé mis bolsas y me alejé de ahí entre las demás personas que se habían dispersado asustadas.
-Disculpe señorita... -dijo un joven a mi lado, note que extendía un pañuelo- su mejilla sangra.
-¿Ah... enserio? -pase mi mano y note la sangre- gracias -intente sonreír, tome el pañuelo pasándolo suavemente no podría curar la herida. No en estos momentos.
-No es nada -sonrió- puedes quedártelo -dijo refiriéndose al pañuelo- hay que tener cuidado.
-Asentí con mi cabeza- gracias.
Sali de ahí, casi como si yo debiese huir porque qué tal si me vio. Si sabe que fui yo quien hizo eso que pensara que la ando hostigando o algo así. Negue con la cabeza yo puedo hacer lo que quiera.
Termine lejos en el parque, tome asiento en una banca, aun nevaba estaba quedando una pequeña capa fina blanca en el suelo. Suspiré y escondí mi rostro entre mis manos un momento.
-¿Qué pasa hermana? -dijo una voz familiar-
-Levante la vista y ahí estaba, Belcebú frente a mí en su forma humana. Usaba un abrigo negro, tenía sus ojos negros fijos en mí...tenía una barba leve de unas semanas tan oscura, tenía el cabello corto hacia tras con un buen corte. Se miraba tan elegante es que se sentía como él pensaba era superior ante todo lo que le rodeaba.
-¿Qué quieres...? -dije levantándome- no estoy para juegos -quedamos a centímetros de nuestras caras-
-sonrió- no sabía que tenías ese tipo de arranques... no creí fueras tan temperamental, además esa no es forma de saludar a tu hermano.
-Detuve el tiempo y lo tomé con fuerza del abrigo- no juegues conmigo, ¿Qué haces aquí?
-Suspiro mientras me miró algo decepcionado- así tratas a tu buen hermano.
En segundos aparecimos en un valle, nos había teletransportado, me aparté al instante si me apartaba de todo solo significaba algo. Venía a matarme, estaba tomando mi forma de demonio cuando él se transformo era mucho más grande, un cuerpo bastante musculoso era gris, su cuerpo no era proporcionado su cabeza tenía cuernos grandes. Varios demonios aparecieron rodeándome me habían tomado con la guardia baja, pero esto no significaba nada.
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Rieshiel
Ficção AdolescenteSueños negros. Tengo los sueños más oscuros y hermosas pesadillas solo para ti. Sé que estás aburrido de tu mundo colorido Ven conmigo y siente lo profundo que es mi vacío Te sentirás abrumado por este oscuro deseo. Es privilegio del más fuerte demo...