El infierno era algo tan diferente a lo habitual, la pequeña demonio tenia unos grandes zapatos que llenar y espectativas creadas por ella misma cada que escuchaba a su madre hablar. contando historias y demas, ahora estaba ahi nuevamente escuchando sobre su padre.
-Tu padre deseaba tanto una hija, es difícil engendrar demonios femeninos, es una lástima el no pudo conocerte Rieshiel, serias la favorita de sus ocho hijo. -Estaba sobre sus piernas mientras me hablaba de mi padre que había muerto en el apocalipsis unos años atrás.-
-Pero, es injusto ellos no me toman en cuenta Lilith -me cruce de brazos algo molesta-
-Me cargo en brazos mientras caminábamos por un puente cuyos lados tenían lava caliente- mira pequeña hija mía, también me parece injusto no se te considere una reina, pero déjalos tu serás grande y temible -sonrió mirándome- me puedes llamar madre -dijo tocando mi mejilla-
-Eres una diosa...llamarte madre sería una falta de respeto, tu deberías estar gobernando el infierno no esos siete tontos -dije haciendo puchero-
-Ese será tu trabajo y yo te ayudare en ello, lo prometo serás lo que tu padre deseo tanto.
Recuerdo bien como crecí, mientras mis hermanos recibían sacrificios, regalos, comían bien y tenían una vida más placentera a mí se me encomendó entrenar para ser como los demás demonios. Mamá me decía todo llega a su tiempo y fue dura conmigo.
Peleaba constantemente con ella y no media sus golpes, pero luego de mis palizas me cuidaba tratando mis heridas con sus poderes de sanación, creo la prueba más dolorosa que fue la de fortalecer mi piel de demonio, estuve dentro de la lava muchas veces hasta que me volví resistente aquello. Mi agilidad con la espada fue pulida por madre también, mi vuelo era ágil y rápido; ella me moldeo para ser letal, yo no era débil , podía cuidarme sola bien.
Mis hermanos no participaron en los apocalipsis siguientes en unos quinientos años en los que yo si estuve, tiempo en el que notaron yo podría llevarles las victorias siempre. Pelee mano a mano contra muchos ángeles por todos esos años, al principio llegue mal herida pero mamá me curaba luego las peleas eran más intensas pero yo aprendí a leer a mi enemigo y me di cuenta de mi habilidad en una de aquellas peleas.
Estaba casi perdiendo la pelea contra dos ángeles, cuando en un momento yo estaba mirándome a mí misma y fue tan extraño; me costó unos minutos entender que podía transferirme al cuerpo de otros, ataque al ángel este fue tomado por sorpresa ya que no era yo quien le atacaba.
Esto me dio ventaja en batalla, ya que aunque yo no estaba dentro de mi cuerpo este de alguna forma se defendía de una manera básica mientras yo estuviera dentro de alguien más.
Al volver de aquella pelea le comenté a Lilith lo que había corrido y sonrió, dijo que era una habilidad muy rara que solo padre podía hacerla pero yo había heredado.
Cuando llegue a mis 600 años creo madre me dio una caja que contenía una llama roja era demasiado extraño, comento que papá la había dejado y se la encomendó a ella para que se la diera al hijo que más considerara más valioso. En este caso fui yo, según la nota escrita por él era fuego de su alma quien la comiera se le otorgaría otra habilidad si era fuerte soportaría que mi alma se destruyera en el proceso.
Si...tenemos alma todos los demonios tienen una pero son almas corruptas, pero según papá el que comiera esto perdería su alma en el proceso de obtener esta nueva habilidad.
Y lo hice, el dolor que senti por dentro seria como más que tragar lava o comerte un sol eso sería una comparación vaga de lo que senti, por una semana pase postrada en cama vomitando algo negro parecido al petróleo y mamá estuvo ahí a mi lado como siempre.
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Rieshiel
Novela JuvenilSueños negros. Tengo los sueños más oscuros y hermosas pesadillas solo para ti. Sé que estás aburrido de tu mundo colorido Ven conmigo y siente lo profundo que es mi vacío Te sentirás abrumado por este oscuro deseo. Es privilegio del más fuerte demo...