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—¿...Y después tengo que hacerlo así? —preguntó Drole mientras doblaba lentamente el tallo de una flor, tratando de hacer un nudo.

—¡Sí! ¡Justo así! Trata de ser muy delicado, a pesar de que son flores grandes también les puedes hacer daño fácilmente —explicó la humana, el gigante asintió con la cabeza y siguió sus órdenes, terminando por hacer el nudo para juntar las flores—. ¡Te está quedando muy bien! ¡Te lo dije! Los gigantes también pueden hacer este tipo de cosas.

El gigante de tez azul y la chica humana estaban sentados en el césped del bosque del Rey de las Hadas, ambos con las piernas cruzadas y alrededor de ellos muchas flores de distintos colores y tamaños. Ambos hacían coronas de flores, a petición de la fémina, y al estar en el bosque, había variedad de tamaños de flores, por lo que Drole también podía hacer una corona para él.

Se encontraban ahí desde hacía un rato; Gloxinia había decidido volver y disculparse con su hermana Gerharde, la cual seguía viva. La humana al enterarse de eso, no dudo ni un segundo en hacerle una corona, en modo de disculpa por haberse ido tan abruptamente. Y Drole, al saber que el de cabellos rojizos quería un poco de tiempo a solas con su hermana, decidió acompañar a ________.

Ella le explicaba y él escuchaba atentamente. Seguía sus instrucciones al pie de la letra, con su concentración al máximo, pues no quería dañar las flores. En realidad no quería la corona, más bien quería pasar tiempo con la humana, pues también la había extrañado mucho.

—Me alegro tanto que estés de nuevo aquí. Tu presencia nos hacía falta.

Y como siempre, siendo sincero expresó su alegría a ella, mostrando una muy leve sonrisa en su rostro y un brillo en los ojos que nunca había visto antes.

No iba a mentir, también se sentía culpable, por lo que se disculpó con ella por no haber llegado antes para salvarlos. Mas ________ negó con la cabeza y dijo algo que causó que el corazón de Drole sintiera calidez de nuevo.

—Estoy segura de que Bennett no los culpa ni siente rencor hacia ustedes, por lo que no deberías sentirte de esa manera. ¡Sonríe! A Bennett le encantaba verte feliz.

—¿Crees que si pongo esta flor se vea bien? —preguntó después de unos segundos en silencio, levantando una margarita de tamaño grande, a la humana se le iluminaron los ojos y asintió con la cabeza eufóricamente.

—¡Por supuesto! ¡Quedará asombrosa! —tenía una gran sonrisa en su rostro, contagiando al gigante, quien sonrió de igual manera.

Sí. La había extrañado.

Después de unos minutos, ambos habían terminado su actividad, y ahora Drole se acomodaba la corona sobre su cabeza, mientras que ________ miraba con cautela la suya, revisando que todo estaba en orden.

—¡Drole! ¡Te ves genial! —exclamó ella maravillada por la corona de su amigo, quien un poco avergonzado volteó la cara, más con una leve sonrisa en su rostro.

—Gracias —le respondió tan sólo unos segundos después.

—Te dije que estarían aquí —un tercero apareció en la escena, y ambos sabían de quien se trataba.

Se giraron a verlo, encontrando a Gloxinia junto con su hermana, y un sabueso negro el cual sacaba la lengua de manera alegre.

—¡Gerharde! —exclamó su nombre en cuanto la reconoció, corrió hacia ella y no dudó en abalanzarse y darle un gran abrazo. La castaña correspondió el abrazo, más la humana se separó unos segundos después, con lágrimas en sus ojos—. ¿Pero qué te hicieron? —preguntó algo molesta al ver que mantenía cubierto su ojo y ahora utilizaba un largo vestido, sabía que los humanos le habían hecho daño—. Aún así... ¡sigues siendo la hada más bonita que he visto!

𝐒𝐲𝐦𝐩𝐡𝐨𝐧𝐲; GloxiniaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora