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El lugar era silencioso, no había ningún ruido, a pesar de que era un bosque, ningún animal pasaba, y ni siquiera el sonido de las hojas chocando con el viento estaba presente. Un suspiro inundó el lugar, dando a entender que de verdad ese ser se encontraba cansado.

—Una simple canción —se dijo a si mismo, pues se encontraba bastante solo. Volvió a suspirar, esta vez de tristeza.

¿Por qué se sentía así? Fue liberado de ese sello maldito, pero aún así no sentía nada, se encontraba cansado y sin magia, sus compañeros probablemente estaban divirtiéndose un poco y él ahí; en ese bosque donde el sonido había desaparecido completamente.

No quería recordar su pasado. Ya no era el rey de las hadas, ahora formaba parte de los Diez Mandamientos como Gloxinia del reposo, y su misión era destruir a Britannia para poder gobernarla completamente. ¿Pero qué ganaba con eso? Esa melodía rota seguiría en su alma, y no se iría nunca, o eso era lo que pensaba.

Disfrutaba tanto del sonido del bosque, le encantaba jugar a las escondidas entre los árboles y bailar debajo de la lluvia. Pero ahora no existía nada de eso, ni nadie con quien compartirlo, no podía perder el tiempo con pequeñeces como esas, tenía otras responsabilidades y no podía dejarlas de lado.

Vaya Déjà Vu— pensó viendo el escenario en el que se encontraba. Solitario, en un bosque donde lo único que se escucha son sus pensamientos.

Su largo cabello se colocó en su rostro justo cuando bajó su cabeza un poco, se encontraba sentado recargado en un tronco, sus alas apenas podían soportarlo, pero eso se lo merecía, ¿no? Asesinó a varios seres por venganza y lo seguiría haciendo.

La vida monótona que tenía antes del sello seguiría, y en realidad no podía evitarlo. No quería. Estaba tan acostumbrado que pensaba que tenía que ser así para siempre. Además, ¿por qué se preocuparía por algo como eso? Los demonios vivían de esa forma, tan monótona y violenta, no tenían otra opción. Y ahora él formaba parte de ese clan; a pesar de que claramente era un hada, ya no se consideraba una.

Se levantó de donde estaba mientras miraba de manera triste la banda de flores que tenía en su muñeca izquierda. Suspiró de nuevo mientras se acomodaba el cabello y se dirigía de nuevo a Edimburgo, donde seguro lo estarían esperando sus compañeros.

Utilizó su poder mágico para envolverse en unos extraños tentáculos de tonalidad verde, no sin antes ver su reflejo en un charco de agua que había en su camino; parecía tan deprimido, sin vida, sin una razón por la que seguir viviendo.

Sonrió de manera tierna y algo burlona, para después asentir. Tendría que traer consigo eso para que pensaran que todo está bien con él. Una sonrisa falsa llena de tristeza y melancolía.

—Una simple canción —repitió para suspirar por última vez y encaminarse hacia donde se encontraban sus compañeros. Sonrió de nuevo, no podía dejar de sonreír en ningún momento, no debía permitírselo.

𝐒𝐲𝐦𝐩𝐡𝐨𝐧𝐲; GloxiniaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora