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—¿...Sentiste eso, Drole? —la conversación que llevaban unos segundos antes fue interrumpida drásticamente por el pelirrojo, quien miró un tanto preocupado a su compañero.

—Sí —respondió, ambos tragaron saliva nerviosos. La humana que estaba ahí los miró confundida, tratando de entender la situación.

—¿Sucedió algo? —preguntó, más ninguno de los dos respondió. Ambos se levantaron de su lugar, y mirando en una dirección específica, se quedaron estáticos por unos momentos.

—Necesitan nuestra ayuda —volvió a hablar el hada, el contrario asintió con la cabeza.

La humana comenzaba a preocuparse, ¿de quienes hablaban? No lo sabía, pero era un tema serio, de eso estaba segura.

—________, cariño... —le llamó, para después acercarse a ella y tomarle sus manos—. Nuestros sucesores necesitan nuestra ayuda —la nombrada asintió, entendiendo un poco lo que decía.

—Iré con ustedes —habló con seguridad, causando que el contrario soltara un sonido de sorpresa, después negó con la cabeza.

—No. Te quedarás aquí —respondió de igual forma, acto seguido besó sus manos, en un intento de convencerla—. Es peligroso. Por favor —y después la miró a los ojos, esperando que pudiera entender.

—...De acuerdo —ella aceptó, el hada sonrió—. Cuídense mucho, por favor.

Los miró a ambos, quienes asintieron con una sonrisa, dándole confianza. Gloxinia de repente abrazó a su amada, depositando un tierno beso en su cabello, para después soltarse y llamar a Oslow, susurrándole el lugar a donde querían ir.

Y antes de que fueran llevados por éste, la pareja se miró a los ojos. La humana asintió con la cabeza, y con eso, partieron.

Gloxinia y Drole sabían a qué se enfrentarían, y sabían muy bien que sería la última vez que tocarían el bosque.

—Tranquilízate, ________ —la voz calmada de Gerharde la sacó de sus pensamientos, se dio cuenta de que desde hace un rato daba vueltas alrededor de un árbol, mordiéndose las uñas, sintiendo que su corazón saldría de su pecho

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—Tranquilízate, ________ —la voz calmada de Gerharde la sacó de sus pensamientos, se dio cuenta de que desde hace un rato daba vueltas alrededor de un árbol, mordiéndose las uñas, sintiendo que su corazón saldría de su pecho.

—Lo siento —se disculpó parando de golpe, mirando al cielo nocturno—. ¿Cuánto tiempo ha pasado desde que se fueron?

—Sólo algunos minutos... estás muy nerviosa, ¿hay algo que quieras contarme? —como un intento de calmarla, el sabueso negro se colocó a su lado, dejando que lo acariciara.

—Tengo un mal presentimiento... además de que le prometí a Gloxinia que siempre estaría a su lado —la contraria sonrió ante las lindas palabras.

—Estoy segura de que volverán, no te preocupes demasiado —y sin más regresó por donde vino, más en sus palabras no había sinceridad.

Hubo silencio después de eso, la humana respiraba profundamente, mientras acariciaba con sus dos manos a Oslow. Trataba de tranquilizarse a sí misma, borrando aquellos pensamientos negativos que tenía, pero sabía que no se irían hasta que comprobara que ambos estaban bien.

𝐒𝐲𝐦𝐩𝐡𝐨𝐧𝐲; GloxiniaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora