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La humana suspiró, tratando de mantener la calma. Su compañero ahora se encontraba cara a cara con uno del equipo contrario. Su espada y el bastón que aquel hombre llegaba chocaron. No tardaría mucho para que el enmascarado la atacara.

Trató de analizar a sus contrincantes; el hombre de la máscara tenía una espada con tres picos, todos en una dirección diferente, formando una cruz. El otro hombre estaba vestido como sacerdote y llevaba un bastón, no sabía muy bien cuál era su función, pero por ahora se lo dejaría a su compañero.

Antes de que el enmascarado pudiera atacarla, el sacerdote disparó algo con su bastón: era un rayo de luz que casi toca a la fémina. Ella al notar que se aproximada, dio un salto elevándose, esquivando aquel ataque.

Una vez que la gravedad la hizo bajar, cayó de manera elegante sobre sus pies, manteniendo el equilibrio sin mostrar ninguna inseguridad.

El anterior rey hada evitaba a toda costa ver su pelea. No tenía que importarle. No podía distraerse de nuevo. Por lo que se obligó a sí mismo ver otra pelea, la hada y la humana.

Aún así, esa pelea fue demasiada rápida como para seguir viendo. Tan sólo habían sido unos minutos y ya tenían a las primeras ganadoras.

—Partida completada —habló Drole, llamando la atención de su compañero—. Nombres: Elizabeth, Elaine.

—Bien, entonces, lo has oído Taizoo —dijo el pelirrojo cerrando sus ojos con una sonrisa.

—¿Eh? ¡Ah, sí! —rápidamente el humano entendió a lo que se refería—. ¡Las ganadoras de la primera partida de batalla... son el combo de Elizabeth y Elaine!

Aquella declaración dejó atónita a la fémina, quien seguía esquivando como podía a sus contrincantes, tratando de no acercarse mucho a ellos.

Es asombroso que hayan terminado tan rápido— pensó dando otro salto.

Sintió una mirada sobre ella, levantó la vista por un segundo y se encontró con la de Gloxinia, quien la miraba de manera seria, no entendió porqué, ni tampoco pudo pensar en una razón pues sintió como algo impactaba en su brazo izquierdo.

Uno de los rayos logró alcanzarla, no pudo esquivarlo por estar distraída. Colocó su otro brazo sobre la herida, tratando de evitar sentir el dolor.

—¡Concéntrate! —exclamó su compañero Silver, haciendo que regresara al campo de batalla. El pelirrojo pasó su vista a la pelea de Meliodas, tratando de ignorar lo que había pasado con ella.

—Rezaré por sus almas una vez que termine con ustedes —el hombre alto habló  mientras derramaba lágrimas, lanzó otro ataque, esta vez al caballero y siguió con la pelea.

El enmascarado lanzó lo que parecían ser bombas de humo en dirección a la mujer, quien no logró reaccionar a tiempo para moverse. Su vista se nubló, y no podía saber con exactitud de donde la atacarían.

—¡Los segundos ganadores son el dúo de Meliodas y Ban! —escuchó la voz del anfitrión, y tan sólo unos segundos después, sintió un corte en su brazo derecho.

Giró su cuerpo encontrando al de máscara justo detrás de ella, dio un brinco hacia atrás, causando que aquella daga rozara con su cuello. Había estado cerca.

El humo comenzaba a desaparecer poco a poco, por lo que ahora podía ver con mejor claridad a su contrincante, quien de nuevo trataba de atacarla con su daga.

Esquivaba lo más que podía, aluzándose lo suficiente, pues al ser aventurera, podía saltar mucho más alto que cualquier humano, además de tener buenos reflejos. La única desventaja que tenía, era que se distraía muy fácil.

Sintió como aquel corte que le había hecho en su brazo derecho comenzaba a sangrar, y mientras brincaba el líquido caía en la plataforma.

Gloxinia volvió a verla, sintiendo preocupación. No podía evitarlo, era igual que su humana. Quería protegerla, quería terminarlo todo.

Pero no podía, tenía que seguir con esto. Todo por cumplir su venganza.

Estaba apunto de dirigir su mirada en otro equipo, pero quedó asombrado al ver a la humana dar un gran salto mientras le daba una patada a su contrincante. Siguió atacando de esa manera, y el demonio-hada no pudo evitar pensar que la humana se encontraba bailando.

Su rostro se veía calmado, sereno, como si hubiera olvidado las heridas que tenía. Como si de repente hubiera tenido una razón para seguir peleando.

—¡Por este medio, el dúo de King y Diane son declarados victoriosos!

—¿Cómo es posible que sigas teniendo energía después de usar veneno contra ti? —el hombre con la máscara preguntó, confundido pues no creía lo que veía.

Desde que hizo aquel corte en su brazo y cuello ese veneno estaba dentro de su cuerpo, desde hace algunos minutos debió de haber caído rendida. Nunca nadie había soportado tanto aquel veneno.

En un descuido, la fémina logró darle una patada con mucha fuerza en su sien, causando que este saliera disparado hacia la esquina de la plataforma, apunto de caer.

La humana se acercó a él dando grandes pasos, su mirada no tenía ningún brillo, su rostro no tenía ninguna expresión. Estaba apunto de empujar al hombre fuera de la plataforma, pero fue interrumpida por una gran luz que se formaba en el cielo. Todos dirigieron su mirada a éste.

—¡¿Qué... diablos es eso?! —escuchó a alguien exclamar. Parecía un sol, en medio de la noche.

El brillo en los ojos de la fémina volvió, y como si hubiera recobrado la conciencia miró horrorizada lo que estaba apunto de hacer. Se alejó asustada, pero no pudo evitar volver a poner su vista en aquel brilloso objeto.

Un poderoso ataque salió disparado hacia una de las plataformas, o eso parecía. Una explosión. Los presentes trataron de mantenerse firmes ante las ventiscas que se produjeron.

Una gran cortina de humo apareció, y tan sólo unos segundos después, todos pudieron darse cuenta de lo que de verdad sucedía.

El ataque había sido dirigido hacia los anfitriones del festival.

𝐒𝐲𝐦𝐩𝐡𝐨𝐧𝐲; GloxiniaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora