Capítulo XII - Todo principio tiene un final

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(Canción recomendada en cualquier parte del capítulo: You're All I Want – Cigarettes After Sex)

Todo principio tiene un final. Y, cuando Volkov se cerciora que Horacio ha ido a divorciarse, la inmediatez del final lo asalta. No para Lidia y Horacio, sino para ellos. Para Horacio y él.

En la mañana, Horacio se marchó y no sabe nada desde entonces. Lidia trabaja hasta la una y media de la tarde, le consta, así que no ha podido estar con ella hasta hace un rato. Ahora mismo, son las tres menos veinte.

Los últimos mensajes que le mandó perduran sin leer.

"H, por favor, hazme caso y espérate a después de tu cumpleaños. Lidia está sufriendo muchas complicaciones de salud, no es el mejor momento hasta que ella te cuente qué le sucede. Mañana iba a contarte su situación, por eso no quise comentártelo yo hoy"

"No quiero que pienses que no te lo conté por ocultarte información. A mí no me correspondía contártelo"

Le envió a la desesperada. Horacio no ha leído esos mensajes, a pesar de que fueron recibidos sobre las dos de la tarde.

No sabe qué hacer, de verdad que no. No quiere volver a tener a Horacio lejos de él, apartado y enfadado, pero no puede terciar de ninguna forma, sopena le cuente la verdad, y eso no es posible.

Revisa una y otra vez el chat, escribiendo y borrando más mensajes. No se atreve a ponerle que Lidia está embarazada, porque no tiene permiso. Ni pincha ni corta, pero no quiere quedarse a un lado y mirar cómo todo se desmorona.

Está muy preocupado por la reacción de Horacio y las posibles complicaciones que sienta Lidia con un golpe de noticia así. Además, su parte más egoísta, menos racional, se abona de un pensamiento del que no está orgulloso: ¿y si, después de esto, Horacio recula en su decisión? Podría no dejar a Lidia, por lo menos no hasta que los nueve meses pasen. Ocho, si tomamos en cuenta que ya lleva algo más de uno.

En ese vacío de tiempo, ocho meses más de un matrimonio ya quemado y muerto, Volkov no sabría qué hacer. Ni siquiera sabe los motivos reales de Horacio para divorciarse. No ama a Lidia, vale, pero eso no significa que sea por él. Puede, simplemente, haberse cansado de la rutina. Es factible, demasiado, y Volkov no quiere ilusionarse por nada. Incluso, como le dijo él mismo, podría ser una etapa.

Es palmario que todo ese discurso que le dio a Horacio, propio de la terapia de parejas, fue por enmendar el problema del embarazo, nada más. Era lógico, sólo era medio día de espera. Si Horacio se hubiese esperado a su cumpleaños, podría haber elegido sin la presión de haberle causado un shock emocional a Lidia. Ahora, volver con ella por la responsabilidad de acompañarla durante el embarazo es rastrero, porque Lidia ya sabe que no la ama y que estar con ella sería mera responsabilidad paternal. Lo que se espera de Horacio con su rol de padre, pero no lo que se espera en una pareja viva y enamorada.

Ahí estaba el quid de la cuestión. Volkov quería que Horacio decidiese con la plenitud de las casuísticas sobre la mesa, no así. No sin saber algo tan fundamental como que, de aquí a ocho meses, volverá a ser padre.

Pero, como a los días de reencontrarse, el visto salta en su pantalla y Volkov sufre una taquicardia. Es Horacio. Horacio ha entrado al chat.

Un "escribiendo..." inmediato aparece, tan fugaz como una estrella.

"porfavor ve a pro celia sale a las 4 y tengo quellevar a lidia al hospital"

"porfaovr "

A Volkov se le hunde el corazón hasta la cuenca del estómago. Las palabras están confusas y no hay puntuación alguna. Horacio ha tenido que escribir eso a velocidad flash y teme, con mucho fundamento, lo que puede ser.

Somebody Else - [Volkacio]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora