En la Guerra y el Sabor Todo se Vale

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Todavía es temprano en Royal Woods, nos dirigimos al hospital general de la ciudad, donde en una sala de espera se encuentra la señora Becker, supuestamente lee una revista para calmarse pero solo estruja las páginas con los nervios saltando de una lado a otro.

—oye ¿estás bien?— una mujer se sienta a su lado y le pregunta con dulzura.

—¿ah?— sale de su trance al oír qué le hablan, mira a una rubia que carga a una bebé —¿me hablas a mí?—

—si, perdón que me entrometa, es que note que estás muy ansiosa, conozco sobre eso ya que trabajo en un consultorio de dentista—

—ya veo... y es cierto, estoy algo nerviosa, los hospitales me suelen causar eso, no veo la hora de salir de aquí, pero tengo que hacer una consulta médica porque creo que estoy embarazada—

—¿embarazada? genial— se alegra la rubia.

—GA GA— la bebé también se pone contenta.

—mi nombre es Rita, ella es mí hija más pequeña, Lily—

—owu que ternurita— a la señora Becker se le fue todo el miedo con la presencia de ellas —me llamo Honey, un gusto conocerte—

—también es un gusto, y no tienes porque preocuparte, tenemos una buena calidad en salud aquí en Royal Woods, lo sé por experiencia propia, visite muchas veces la sala de maternidad—

—es bueno oír eso, ya que también estoy nerviosa porque hace tiempo que no tengo bebés, solo tuve a mí hija hace once años—

—es mucho tiempo entre embarazos, y dime ¿que recién tenías planeado el bebé, Honey?—

—emm... no, yo tomaba anticonceptivos, y ayer sufrí de náuseas, cambios de apetito y de gusto, cosas que también tuve cuando estaba embarazada de mí hija, por eso quiero estar segura—

—vaya, los anticonceptivos no son cien por cien efectivos, en mí caso yo nunca los tome—

—¿nunca? ¿cuántos embarazos has tenido, Rita?—

—yo, unos diez— dijo como si fuera normal.

—unos diez... ¡diez!— Honey se tapa la boca y se avergüenza al notar que todos la miran por gritar en un hospital —perdon, me sorprendiste ¿dijiste que tuviste diez embarazos?—

—jojojo exacto, y descuida, esa es la reacción habitual cuando cuento sobre eso, tuve diez niñas y un varón, un par de ellas son gemelas, así que si, son diez embarazos hasta ahora—

—es sorprendente, a ustedes si que les gusta hacer bebés— estaba aún procesando el hecho, pero nota que esa mujer ahora está decaída —¿que pasa, por qué tan triste?—

—bueno, verás Honey, hace tiempo que no me viene la regla, y eso a mí edad puede significar una cosas, menopausia—

—oh... y por eso estás aquí, supongo—

—si, y también para que revisen a Lily, pero si, creo que mí estanque se seco, a mí esposo y a mí nos encanta la idea de hacer más grande a la familia... ahora temo que ya no podré experimentar el embarazo de nuevo—

—guau... y yo que no planee un embarazo, temía a que las cosas cambiarán por tener un bebé nuevo a esta altura, pero al verte me doy cuenta de que tal vez esta pueda ser la última vez que podría tener hijos—

—uno no sabe cuándo le tocará— habla con nostalgia la rubia.

—mama...beibe— la bebé trata de animar a su madre.

—gracias Lily— le da un beso en la frente a la menor.

—Honey Becker para el consultorio cuatro— una enfermera llama la atención.

!Ya no mas galletas! (Cookiecoln)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora