La hora del almuerzo continúa en la primaria Royal Woods, lejos de la pelea contra los abusones que molestaban a Lucy, están un par de gemelas y un niño rubio que se adentran en el refugio para roedores de laboratorio, donde su dueña los llama para que aparezcan.
—Vamos amiguitos, hora de comer— con la orden, una estampida de roedores aparece por el agujero de esa caja de madera, actuando sin control por las ansias de alimentarse —Oigan, calme se, hay suficiente para todos—
Los animales no se detienen, al chico le hace gracia ya que esto paso de estar calmado a un descontrol total, algo muy habitual en los Loud por lo visto. Lana olvidó que esto puede pasar, no tomo las medidas preventivas necesarias, estaba muy distraída por el niño rubio, y ahora piensa en algo para este frenesí. Lola, en cambio, comienza a perder la paciencia, no quiere perder el tiempo valioso con el caballerito, y lo expresa de forma espontánea.
—¡Alto!— el grito de la princesa congelo a todos en el lugar, tanto a los ratones, a su gemela y al chico; su cara se torna roja y la cubre con sus manos por la vergüenza.
—jajajajajaja...— a Wiston le pareció divertido, se asustó por el inesperado grito, también se quedó como piedra, y ver el rostro de Lola le hace ver lo poco discreta que puede llegar a ser su nueva amiga.
—Debo admitir que eso funciono, hermana— la niña del overol se podría quejar por el grito, ya que podría haber asustado a los roedores, pero mejor se dispone a darles la comida que tajo —Aquí tienen, amiguitos, hay mucho para todos ustedes—
—Yo también traje algo para ellos— el niño también agrega más comida al la pila que es devorada por los animales.
—Tambien necesitan algo para beber— la princesa saca una botella de agua y coloca el líquido en un recipiente.
Los tres estan satisfechos al ver cómo esos pequeños animalitos comen, aunque eso les recuerda que ellos también tienen hambre, así se disponen a tomar sus cajas de almuerzos para llenar sus estómagos, sin embargo, el caballerito nota que la princesa está inquieta.
—¿Pasa algo, Lola?—
—Es que no encuentro donde sentarme, ni apoyarme para comer a gusto en este lugar— comenta con desagrado la de rosa.
—Yo no veo el problema— clama la niña del overol mientras apoya su trasero en el suelo para comer.
—Claro hermana, para ti es normal, pero yo no quiero ensuciar mi vestido, es de mis favoritos— dijo con rechazo por lo sucio que se ve.
—Pero si parece el mismo de todos los días—
La discusión de las gemelas pone incómodo al chico, entonces mira a su alrededor y piensa en una solución.
—Escuchen chicas, tengo una idea—
—"¿Como?"— preguntan ambas.
—Solo den me un par de segundos— el chico se acerca a una maceta que está en una esquina, era algo pesada e incómoda para alguien tan pequeño, pero logra moverla hasta donde están las chicas —uffff no creí que fuera tan pesado—
Tras recuperar el aliento, el rubio toma dos macetas más pequeñas, una de esas la coloca frente a la princesa de rosa y exclama lo siguiente.
—Listo, tome asiento, señorita— hace un ademán para invitarla con una sonrisa, que por un momento se pudo ver cómo brillan esos dientes.
—oh vaya...— Lola está encantada y esta apunto de ir a sentarse.
—Espera...— el la detiene un segundo, entonces saca un pañuelo de tela de su bolsillo y lo coloca sobre la meseta —Ahora si, espero sea más cómodo—
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!Ya no mas galletas! (Cookiecoln)
Fiksi PenggemarPortada hecha por: LoganG76 El peor fin de semana para nuestra protagonista, acompañala en su aventura para redescubrir el ingrediente secreto mas importante para una buena degustación... el amor.