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Años atrás.

Narradora.

Un pelinegro se encontraba escondido en una de las aulas de su colegio.

Tenko Shimura. Un niño de tan solo 7 años escondiéndose de un chico que siempre lo molestaba, insultaba y hasta golpeaba.

—Por favor que no me encuentre...— susurraba una y otra vez el pequeño con lágrimas en sus ojos.

Al otro lado del aula estaba un chico peliblanco. Touya Todoroki, de 7 años. Era el muchacho que molestaba a Tenko.

—Donde estás maldita sabandija— dijo.

Miro en todas las aulas hasta que solo le faltó una.

Se acercó a pasos lentos hacia ahí, mientras, Tenko se dio cuenta que venía hacia él.

Decidió esconderse debajo de la mesa. Se fue corriendo ahí y solo cerró sus ojos, haciendo caer lágrimas. Escuchó la puerta abrirse.

Touya buscaba por donde estaba hasta que vio algo raro en una mesa. Vio que Tenko estaba escondido debajo de la mesa. Sonrió malvadamente y se acercó a él poco a poco.

—Vaya, vaya. Si el pequeño Tenko estaba aquí, escondidito. Temblando y llorando de miedo.— Touya se acercaba más y más hasta llegar hacia Tenko. Se agachó para poder estar a su altura. Su sonrisa todavía seguía presente.

Tenko lo miraba aterrorizado. Más lágrimas salían de sus ojos.

Touya agarró la barbilla del pequeño. Su sonrisa desapareció y una cara sería apareció.

—Me enteré de que le dijiste al director todo lo que te hacía.— habló enfadado el peliblanco.

Tenko trago saliva y respondió.

—E- eso no es c- cierto...—

Ahora la mano de Touya se dirigió hacia el pelo de Tenko. Agarrando su pelo muy fuertemente.

Tenko se quejó de dolor y lloraba más.

—¡Para, para!— rogaba Tenko.

—¡Eres un idiota! ¡Por tu culpa mis padres me regañaron y encima pegaron! ¡Es tu maldita culpa!— dijo Touya haciendo el agarre más fuerte.

Entonces Tenko empujó al otro como pudo. Touya lo soltó y el otro escapó llorando.

—¡Maldito vuelve aquí!— gritó Touya.

Tenko corría y corría sin mirar atrás. Escuchó que alguien lo perseguía y sabía quien era.

—¡Dejame en paz Touya!—

Touya lo ignoró. Así siguieron hasta que el peliblanco lo atrapó.

—¡Suéltame!—rogaba otra vez Tenko.

Estaban en un lugar vacío. Era el lugar perfecto para Touya. Entonces, empujó al pelinegro y este cayó al suelo.

Tenko estaba adolorido y recibió una patada en el estómago, luego otra y otra y otra... Así varias veces.

Después de todos esos golpes Touya se fue dejando a Tenko ahí, solo.

—Maldito...— susurró Tenko. Luego empezó a llorar. —¡Maldito! ¡MALDITO!— lloraba más y más descontroladamente.

—¿Estas bien?— una voz apareció. Tenko se sobresalto y miro hacia donde venía esa voz, un poco asustado y con las lágrimas cayendo.

—¿Q-quien eres? ¡Por favor no me golpees!— preguntó asustado Tenko.

Te amo aunque me odies Donde viven las historias. Descúbrelo ahora