Bell cranel, es un aventurero y el único de la familia Hestia el cual llegó a la ciudad de Orario con un propósito, y ese era convertirse en el héroe más grande de todo los tiempos.
Un sueño que casi parecía imposible, pero la historia de la humanidad relata que hubieron personas que alcanzaron un poder sin igual, y aunque algunos usaron ese poder para a hacer el mal, hubieron otros que lo utilizaron para defender a los más débiles.
"Si eres fuerte, defiendete, pero si eres muy fuerte, defiende a los demás."
Esa era la frase que quedó marcada en la vida del joven aventurero el cual, aunque careciera de poder, estaba dispuesto a entregar su vida si es por salvar a otra persona.
Eso era algo que tenía en mente, pero era mil veces más bonito en su imaginación que en la vida real.
En este momento el estaba incrustado en una pared mientras veía como un Minotauro se acercaba a el para acabar con su vida.
No fue hasta hace algunos minutos que vio a otro aventurero tratar de huir del Minotauro, por lo que el decidió apoyarlo para ver si tenían alguna posibilidad los dos de poder a hacer algo al respecto con el monstruo que tenían enfrente.
Pero para su desconcierto total, el otro aventurero, vilmente utilizó una técnica desconocida para el peli-blanco el cual provocó que una de sus piernas se fracturara, por lo que imposibilitó su movilidad o desplazamiento correctamente.
"Lo siento, pero no pienso morir todavía." fueron las palabras que escucho bell por parte de ese aventurero el cual salió corriendo de ahí, abandonando al chico quien lo único que podía a hacer era reprimir un grito de dolor puesto que su cuerpo estaba temblando debido al miedo por la impotencia de no poder defenderse contra la gran bestia que de acercaba a el.
De un momento a otro, ese enigmático ser, le dio un golpe tan fuerte que lo mando a estrellarse a una pared rocosa, lo cual provocó que algunos de sus huesos se fracturaran en el proceso, cosa que hizo sollozar al chico ya que creía que su vida terminaría ahí mismo, y esto debido a que creía que jamás cumpliría uno de sus más grandes sueños, fallandole inconscientemente a su difunto abuelo quien siempre tuvo esperanzas en el.
Resignado a morir, simplemente vio directo a los ojos del monstruo, teniendo en mente recordar para siempre aquella barrera que no pudo pasar, y como una señal de reconocimiento por el ser que lo venció sin ningún tipo de esfuerzo.
Pero su muerto no llegó, el golpe final nunca sucedió.
Contra todo pronóstico, bell lo único que recibió fue una torrente expulsión de sangre que lo envolvió por completo puesto que el Minotauro que estaba delante de el, fue atravesado por una prominente espada, el cual partió al enemigo a la mitad.
El Minotauro en cuestión de segundos se desintegró, y gracias a eso, bell pudo observar a lo que para sus ojos era un Guerrero sin igual.
Su sola presencia solo provocaba que uno sintiera respeto por el.
No poseia una armadura como en las historias que el leía en donde el héroe se presentaba con un equipo tallado a la medida, lo que provocaba en sus rivales dudas sobre si enfrentarlo o no.
Todo lo contrario con la persona que tenía enfrente, su mirada gélida bastaba para verse tan imponente que lo único que provocaba en el era temor, por lo que solo podía bajar la mirada para no faltarle el respeto.