capítulo 1

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Por lo general, suelo recurrir a ti, mi más grande confidente para que guardes a detalle toda las cosas por las que he pasado, por las que estoy pasando y por las que pasaré.

En esta ocasión vengo a relatarte un suceso que seguramente quedará grabado en la historia de la humanidad, y que posiblemente quede borrado con el paso del tiempo para las futuras generaciones, más tu mantendrás viva esa reminiscencia que quedará como un simple mito para los incultos.

Hace algunas semanas atrás, mi espíritu se encendió como la más grande refulgencia jamás emitida en el plano celestial.

Mis ojos emanaron un brillo inclaudicable por observar aquello que tanto busque durante milenios.

No soy alguien que posea una memoria fotográfica, pero puedo jurar por la divinidad más poderosa que exista que recuerdo a la perfección cada detalle del ser que hoy alumbra mi corazón marchito.

Es irreal si me lo preguntan, alguien que posea un alma tan pura como el mismo aire y más transparente que el agua cristalina de los ríos celestiales.

Era el, mi vanadis ord, aquel que compartiría su tiempo conmigo hasta el final de los tiempos.

Su cabello tan blanco como las cortinas purificadas del cielo, y sus ojos rojos como el Rubí más cotizado de la existencia misma.

El era, en pocas palabras, perfecto.

Cosa muy curiosa teniendo en cuenta como es el ser humano, puesto que, las personas por muy buenas que sean, poseen algo de maldad en su interior.

Pero el era diferente, como debía de ser ya que no cualquiera sería capaz de robar el corazón de la diosa de la belleza y fertilidad.

Solo existía un ser que sería capaz de acapar toda mi atenció, y ese era el, Bell cranel.

Un chico de origen humilde, pero el cual tendría todo los lujos del mundo cuando este conmigo.

Un chico con un deseo el cual sigo sin descubrir, puesto que aún no hemos vuelto a cruzar palabra desde que lo ví, pero ya llegaría el día en el que nuestras charlas serán eternas.

Un chico el cual sonríe a pesar de la burla que recibe de los demás aventureros los cuales no saben el gran valor que tiene este "simple ser humano.

Un chico que muy pronto se convertirá en aquel que merece estar a mi lado para siempre.

Esto es todo lo que tengo por contarte amigo mío, muy pronto regresaré para relatar con ferocidad las últimas noticias de mi chico de oro.

Fue así como la diosa Freya dejó su pluma para escribir a un costado del libro en el que escribía y luego colocó este en la gran estantería que tiene en su habitación.

Luego de eso, se dirigió a su balcón para observar el nuevo amanecer que deslumbraba por completo todo Orario.

Era una vista hermosa, y destacaba más por donde ella se situaba que era en lo alto de Babel.

Pero más hermoso fue ver al chico que iluminaba sus días caminando hacia la mazmorra para poder crecer como aventurero.

Esa sonrisa en su rostro por la emoción que sentía en hacerse más fuerte solo le daba mil años más de vida.

- mi vanadis ord...... Tengo que desearte un buen día. - dijo freya mientras sonreía como nunca antes lo habia hecho.-







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- oh, bell, que bueno que llegaste, aquí esta tu comida, espero que sea de tu agrado. -

Mi linda obsesión 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora