capítulo 7

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Bell actualmente se encontraba en la anfitriona de la fertilidad.

Todo aquel que lo veía se preguntaba si se encontraba bien puesto que el chico estaba temblando a un nivel bastante anormal.

Es por eso que nadie le dijo nada puesto que pensaban que si lo hacían, el chico podía tener una crisis nerviosa o algo por el estilo.

Algo exagerado pero era mejor prevenir que lamentar.

El pobre chico peli-blanco se encontraba intranquilo, y es que hace tan solo unos minutos atrás el había besado a la diosa Freya.

De tan solo recordarlo, sus mejillas se calentaban,

Cuantos podían presumir que habían besado a la existencia mas hermosa de la existencia, valga la redundancia.

Muy pocos seguramente.... Y el estaba entre esos pocos.

Y tampoco es que el la haya besado.

Todo lo contrario, ella lo beso a el. Y es que a diferencia de lo que muchos pueden pensar de que eso es un privilegio, para el pobre chico de 14 años era todo lo contrario.

Para empezar, lo que hicieron estaba muy mal puesto que una relación entre una divinidad y un mortal era un tema tabú.

Y es que existen pocos, pero muy pocos casos de dioses que se relacionen con mortales.... A excepción del todo poderoso Zeus.

Pero dejándolo a el de lado, no habían más dioses que tengan como pareja a un simple mortal.

Ya si se trata de un pequeño "desliz" pues no hay tanto problema, pero bell lo seguía viendo muy mal.

Osea, no hay ningún Dios en horario que tenga de pareja a un mortal, por lo que seguramente eso debe de ser algo malo o quien sabe, tal vez estaba equivocado.

Pero el confiaba en su juicio y creía que lo que decía y pensaba estaba bien.

Es por eso que estaba nervioso puesto que lo que hizo no tenía nombre.

Le falto el respeto a la diosa Freya, y si ottar se llegaba a enterar, posiblemente le rompa las piernas.

O peor aún, si Hestia se enteraba de lo que hizo, seguramente lo asesinaria de un solo golpe.

- t-tengo que mantener la calma para no caer en la desesperación. -

- ¡hola bell!. -

- ¡AHH!. - exclamó el chico mientras se caía de su asiento, llamando la atención de algunos aventureros. -

- ¡bell!, estas bien?. -

- s-syr..... Que a haces aquí?. -

- eh?, bueno, yo trabajo aquí como camarera. -

- eso..... Es verdad... Perdón, estaba distraído. - dijo el chico mientras se levantaba del piso. -

- eso es algo notable, te estaba llamando pero no me prestaste atención, por eso me acerqué pero no pensé que fueras a reaccionar así. -

- lo siento, no fue mi intención ignorarte. -

- bueno.... No, no te perdono, a menos de que compres mucha comida y te quedes hasta la hora de cierre. -

- que?, pero.... No tengo mucho dinero, y no creo que Mía grand me deje estar aquí si no compro algo caro. -

- no creo que sea para tanto... Dime, cuantos valis traes?. -

- creo que traigo.......... Oh, mira, son 5 valis. - dijo el chico de una forma un tanto extraña. -

- bell, será mejor que te vayas, de lo contrario mía grand se enojara contigo.- dijo la dulce syr con algo de pena mientras empezaba a empujar al chico a fuera del restaurante. -

Mi linda obsesión 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora