El día había llegado.
Bell en este momento estaba al lado de su maestro, el "rey" ottar, el cual estaba con un semblante neutro.
Ambos estaban apuntó de enfrentarse a más de 100 miembros de la familia Apollo.
Parecería algo injusto, pero era todo lo contrario.
La familia Apollo estaba en total desventaja.
Con el simple hecho de saber que se enfrentarían al aventurero más fuerte de orario, hacia que los hijos de Apollo quisieran rendirse antes de la pelea.
Nadie era capaz de enfrentarse, así que lo único que podían a hacer, era rezar para no morir en esta batalla.
- bueno, creo que antes de la pelea, hay que tener una estrategia para... -
- tu no lucharás en este combate. -
- eh? Pero porque no? -
- órdenes directas de freya-sama, no quiere que te involucres en este combate, así que yo me haré cargo de todo. -
- pero, eso no es justo, se supone que yo también debo pelear, fue a mi familia a la que desafiaron. -
- si te atacan, defiendete, de lo contrario, mantén tu distancia. Este combate no durará más de 5 minutos.-
- pero... -
- acaso vas a desafiarme? - cuestionó ottar de manera sería, provocando en bell algo de temor, así que guardó silencio. -
No podía a hacer nada en esta situación, así que lo mejor era que obedeciera a su maestro.
Le molestaba un poco ya que quería defender el honor francesa su familia, pero sino podía a hacer eso, al menos podía intentar aprender algunas cosas de esta pelea.
Paso el tiempo y el combate dio inicio.
Bell ni siquiera se percató en que momento desapareció ottar de su lado, pero de lo que sí se dio cuenta fue de los cuerpos que poco a poco se iban acumulando en el piso.
Eran los miembros de la familia Apollo los cuales caían uno a uno, y lo peor de todo esto, es que bell no era capaz de seguir los movimientos de su maestro.
El sabia que ottar era rápido, pero esto era absurdo.
Aunque el quisiera intervenir, no podía ya que a medida que avanzaba por el lugar, solo podía observar a los hijos de Apollo totalmente noqueados.
Algunos derramaban sangre, mientras que otros estaban en el piso gritando de dolor puesto que tenían algunos huesos rotos, o en su defecto, se habían salido de su cuerpo.
Una escena bastante dura de ver para el peli-blanco.
Y fue así como aquel combate en el cual se especulaba bastante, había terminado.
La familia Hestia fue la vencedora de la mano de el imponente ottar.
Algunos ilusos creyeron que tal vez la familia Apollo tenía una oportunidad, pero nada más lejos de la realidad.
Ahora a muchos les quedó claro la inmensa fuerza de el "rey", y eso que apenas mostró una facción de su poder.
Los dioses los cuales estaban reunidos viendo la pelea, voltearon a ver al Dios Apollo el cual estaba temblando.
No sabían si era por la furia o por la impotencia de no poder a hacer nada al respecto, pero feliz no se veía.
Caso contrario de Hestia, la cual estaba sonriendo y saltando de felicidad.
