A Tessa la sala del Consejo siempre le había parecido absurdamente grande, era una estancia inmensa, de techos altos recubiertos de finas capas de oro y paredes blancas con cuadros de los reyes y reinas de Luxor. Una gran mesa ocupaba el centro, con más de treinta asientos, aunque en ese momento solo ocho estaban ocupados. Dos de ellos por los hermanos de Tessa, otro por la reina Lucis y los demás por miembros del Consejo que no eran de la familia real; la general Sophie, el consejero del reino el duque de Loxan, el defensor del pueblo Gabriel, la erudita Lou y el monje de la corte el hermano Zack.
Cuando Pradea era un lugar de paz y la guerra no era una preocupación, la sala del consejo siempre había estado a rebosar. Cientos de miembros de la aristocracia participaban en los debates, las elecciones y la aprobación de leyes.
Eso había sido antes de la desconfianza infectara el alma de todos los participantes de la sala, haciendo que pensaras que tu amigo o tu hermano era un traidor que te clavaria un puñal por la espalda en cualquier instante.
Cuando la guerra llegó a Luxor la reina prohibió la participación del pueblo en el Consejo y solo permitió la entrada a unos pocos afortunados.
Tessa se acercó más a la mesa y espero a que su madre le diera permiso para tomar asiento. Normalmente no haría eso, pero teniendo en cuenta que todos los miembros del Consejo la estaban mirando decidió que era mejor aparentar se una buena princesa.
-Hija, que alegría que ya hayas llegado – Dijo la reina – Ven, toma asiento.
- Buenas tardes, miembros del Consejo – Empezó a decir Tessa mientras tomaba asiento– Me gustaría saber por qué se me ha citado a esta reunión.
- Nuestros espías nos han informado sobre el atentado que hubo en Aqua, piensan que los nacidos del agua no tienen nada que ver – Respondió la general Sophie.
- No han sido los de Aqua, ellos también han sufrido bajas y muchos daños materiales. Si hubieran sido ellos se hubieran hecho más daño a ellos mismos que a las demás cortes– Añadió Gabriel.
- O puede que lo hayan hecho para que el miedo se expanda entre los corazones de nuestros habitantes – Opinó el hermano Zack, hablando como si estuviera recitando poesía – El miedo es una gran arma, probablemente una de las más poderosas, y en estos tiempos perversos, si queremos ganar, es necesario usar todas las armas de nuestro arsenal.
- No creo, no es el modo de actuar de Aqua, además había personas de la familia real en la fiesta, sería absurdo arriesgarse a que ellos murieran o sufrieran algún daño – Añadió Az.
- Tienes razón, sería estúpido. Por cierto, ahora que has mencionado a la familia real de Aqua, me gustaría saber por qué estamos alojando y cuidando a la hija de Aquata. – Preguntó la reina.
- Eso es mi culpa madre yo... - Empezó Tessa.
- No, es mi culpa. Tessa al principio se negó, pero después accedió a traerla solo porque yo la convencí. – Intervino Luke.
- No me importa de quien haya sido la culpa, pero creo que todos os presentes estamos de acuerdo en que es un grave problema, no obstante, tenemos asuntos más importantes que tratar. – Dijo la reina – Sophie, habla por favor. – La aludida se levantó de la mesa y comenzó a hablar.
- Bien, mis espías también me han informado de que las bombas usadas eran de Ignis.
- Pero Ignis son nuestros aliados, no pueden atacar contra nosotros – Observó Astrid.
- Así es princesa, pero después de analizar los explosivos nos hemos percatado de que tienen materiales que solo se consigues en las minas de Ignis. Además, creemos que no han actuado solos. Nuestra teoría es que Oeis los ha estado ayudando. – Un murmullo de sorpresa recorrió la mesa. – Como bien sabemos todo Oeis cayó al final de la era Oscura, pero, creemos que muchos de los supervivientes se refugiaron en las Montañas de la Llama, lugar que es ahora el reino de Ignis. Es lógico que Oeis haya querido atacar a Aqua si saben que es un poderoso aliado para Tenya.
- Muchas gracias General. Ya puede tomar asiento. Bien, lo que vamos a hacer es forjar una alianza con Ignis, pero una alianza que también incluya a los supervivientes de Oeis. Después de forjar esta alianza y convencer a Aer para que se una a nosotros seremos invencibles y podremos derrotar a Tenya. – Dijo la reina.
- Madre, si hacemos eso perderemos muchas vidas inocentes, no podemos arriesgarnos a perder a tantos ciudadanos. Además, tu idea es hacerte con la capital de Tenya, pero si nos aliamos con Oeis querrán la ciudad para ellos como venganza. Sería entrar en una batalla que no nos aportaría ningún beneficio. – Opinó Tessa.
- Nos daría gloria y poder. Se nos recordaría como a unos ganadores. – Rebatió Lucis.
- No tienen sentido ser recordado como un glorioso si vas a acabar tres metros bajo tierra, madre. Yo estoy de acuerdo con Tessa, deberíamos votar si entrar en batalla o no. Para eso fue por lo que se creó este Consejo, para que las decisiones se tomen en conjunto – dijo Astrid.
- Me parece bien – Opinó Lucis – Votos en contra - Astrid, Luke, Tessa y el defensor del pueblo Gabriel levantaron la mano. - Votos a favor – La reina, la general Sophie, el duque de Luxor y la erudita Lou levantaron la mano.
– Hermano Zack, ¿cuál es su voto? – quiso saber la reina.
-Los astros me dicen que nos vamos a adentrar en tiempos oscuros, se viene una era de sangre, destrucción y traiciones. Nuestro reino renacerá de las cenizas de la guerra con una hija bastarda en el trono – todas las miradas de la sala se posaron en Tessa – Mi voto es a favor, debemos entrar en esta guerra para recuperar nuestra antigua gloria.
- Si debo abandonar el trono lo haré y si muero en esta batalla espero ser recordada como una reina fuerte – dijo la reina.
- Al votar a favor el hermano Zack, se ha cumplido la mayoría de los votos. Acabaremos esta guerra al estilo de Luxor, con sangre – sentenció la general Sophie.
- Son todos unos idiotas que nos van a llevar a la muerte – Susurró Tessa.
- La muerte es una verdad odiada por todos, pero sigue siendo una verdad que debemos de asimilar. El regalo de la vida nunca es eterno, incluso para nosotros, que nos hacemos llamar inmortales – Dijo el hermano Zack.
- Yo no le tengo miedo a la muerte, hermano, le tengo miedo a que mi pueblo sufra por la muerte – Tessa se levantó de la mesa y se encaminó hacía la puerta.
- Espera – la llamó la reina –. Necesito hablar contigo y con tus hermanos, a solas.
Tessa miró a la reina con cara asesina, pero igualmente volvió a sentarse en la mesa.
Cuando todo el consejo se había marchado de la sala la reina habló. – Tessa, quiero que acompañes a Henry a su casa en el mundo mortal. Dile que invente alguna excusa para que su familia y amigos no sospechen que algo malo le ha pasado. Además, mientas él hace eso, tú vas a registrar su casa para ver si hay algo raro que nos pueda hablar del pasado de Henry. Mientras tanto, ustedes, Luke y Astrid, van a ir a la corte de Ignis para hacer lo que hemos hablado en este consejo. Quiero que le digan a la reina de Ignis que sabemos que aloja a los supervivientes de Oeis en su corte y que nos gustaría empezar una alianza con ellos y con Ignis. Si es necesario amenazadla con algo que se os ocurra para que acepte la propuesta.
-Madre, no podemos arriesgarnos a ir al mundo mortal, podría haber espías que me reconocerían, al igual que a Henry – Dijo Tessa.
- Sabes perfectamente como pasar desapercibida, estas son mis órdenes y las debes de cumplir – la reina miró a Luke y Astrid -. ¿Han entendido cuál es su misión? – Ambos asintieron –. Deben saber que su papel es crucial, tiene que lograr esta alianza, si no estaremos perdidos.
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Desde la luz y la oscuridad
Teen Fiction"Los monstruos existen, los fantasmas también, viven dentro de nosotros y, a veces, ellos ganan" Stephen King. Un mundo nuevo y uno viejo. Un secreto y una verdad. Un misterio y una respuesta. Un amor y una tración. Una vida y una muerte. ¿Está...