Prólogo

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Dieciocho años antes: 

-Tenemos que darnos prisa.

- No.

El hombre respiró hondo

- Sabes que es lo correcto. Es la única forma de que los dos sobrevivan.

- Pero él crecerá solo, sin una madre para cuidarle ¿Quién le hablará sobre nuestro mundo? ¿Quién le ensañará a usar sus poderes? ¿A hablar nuestros idiomas?

- No lo sé, pero está claro que tú no. Así que déjate de llorar.

- ¿Y cómo estarías tú en esta situación? Ah, ya lo sé. Te daría igual porque eres un monstro sin sentimientos.

- Mira si quieres que te ayude tienes que hacer lo que te digo y dejar de decir estupideces. Escríbele una nota al humano.

La mujer lo miró mal pero igualmente le hizo caso y escribió rápidamente una nota dirigida hacia Fred Blake;

Sabes que lo tengo que hacer. Me matarán si no lo hago. Dale este anillo a Henry y no le hables de mí. Nunca le digas nada sobre lo que yo soy. No dejes que se lo lleven nunca. Te amo.

Fda.: N.A

Dejó la nota sobre la mesa y encima coloco el anillo dorado que había pertenecido a su familia durante milenios.

-Hazlo ya – Dijo ella.

- Bien, cuando volvamos a Pradea me darás lo pactado, si no, les diré a todos la verdad.

La mujer respiró hondo, para despejar los nervios que se empezaban a acumularse en su bajo vientre, no quería ayudar a aquel hombre, pero no tenía otra elección.

-Sí, te ayudaré. – prometió.

El hombre se acercó a la cuna del bebé y empezó a murmurar unas palabras en un idioma más antiguo que la Tierra misma.

-Ya está – Dijo pasados unos minutos.

- ¿No recordara nada?

- No, nada de nada. Todo lo sucedido en estos dos meses quedará borrado de su memoria para siempre.

- Bien vámonos entonces – la mujer miró por último momento a su hijo. Era tan bello... Era igual a su padre, pero había heredado sus ojos, azules como el agua cristalina del mar del hogar que Henry nunca vería.

Ella volvió a respirar hondo para despejar las lágrimas que amenazaban con caer de sus ojos. Miró al hombre, él le tendió la mano y ella la agarró. Y juntos volvieron a país de los mares, las montañas, el viento, el fuego, la luz y la oscuridad.  

Desde la luz y la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora