Capítulo 15

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Tessa estaba sentada en el alfeizar de la ventana de la habitación de Henry. Había unas vistas preciosas. La habitación estaba en el tercer piso por lo que se podían ver todas las casas blancas y rojas de la zona residencial, a lo lejos se veía la silueta de los inmensos edificios de Nueva York y, detrás de ellos estaba el atardecer, bañando de tonos rojos y anaranjados el cielo de toda la ciudad. Era muy diferente a las vistas de sus aposentos en Luxor, desde allí se veían todos los jardines del palacio que eran tan grandes como un bosque y a lo lejos se divisaban las altas montañas de Ignis, que cortaban el cielo con sus enormes cordilleras.

Su habitación también era muy distinta a la de Henry, la de él era un pequeño cuarto de paredes celestes, había muchos posters de música y de películas colgados en todas las paredes. Había también un armario azul claro y un escritorio lleno de dibujos sin acabar, lápices y libros. Y la suya era una inmensa estancia sin decorar, las paredes blancas estaban desnudas, su escritorio estaba vacío y su armario solo tenía la ropa necesaria para sobrevivir.

Nunca le habían gustado las cosas materiales, consideraba que eran solo objetos sin sentido que no tienen importancia, aunque, ahora viendo la habitación de Henry, desearía poder decorar su cuarto a su gusto, desearía poder llenarlo de libros, de cuadernos con dibujos y de fotografías con sus hermanos... Pero no quería encariñarse con esa habitación en el palacio de su madre, antes de descubrir la verdad había estado pensado en marcharse y esconderse en algún lugar de la ciudad, vivir una vida común, pero ahora sus planes habían cambiado.

Henry estaba acostado en la cama, que tenía unas horribles sábanas marrones con cochecitos rojos y verdes dibujados. Después de desmayarse, los padres de Henry los llevaron a la habitación para que pudieran descansar. Tessa se despertó diez minutos después, Sabina le prestó un pijama -un pantalón negro corto y una camisa rosa de tirantes- y más tarde se puso una sudadera de Henry, de una banda llamada "Queen".

- ¿Tessa? – habló Henry desde la cama.

- Mestizo – respondió.

- ¿Cuánto llevo dormido?

- Unas cuatro horas.

- Siento como si me hubiera atropellado un camión.

- Es normal, acabas de usar tus poderes por primera vez y, encima los has usado en el mundo humano.

- Pero tú dijiste que los Pradyas no pueden hacer magia aquí...

- Sí podemos, lo que pasa es que extraemos nuestro poder del centro de la isla y si estamos muy lejos, como es nuestro caso, nos debilitamos mucho al usarlos. Si te excedes mucho puedes llegar incluso a morir. La verdad es muy sorprendente que tú, siendo tan joven hayas podido usar tus poderes en el mundo humano sin sufrir grandes consecuencias, eso significa que desciendes de un linaje muy fuerte.

- No se si como tomarme eso, estoy muy cansado para analizar tanta información.

- Duerme, mestizo. Mañana tenemos trabajo que hacer.

- ¿Y tú? ¿No vas a dormir?

- No es la primera vez en mis ciento treinta y tres años que no duermo, no me voy a morir. Además, solo hay una cama.

- Bueno, pero es grande, y yo no muerdo.

- Gracias, mestizo, pero prefiero quedarme aquí. – Dijo Tessa señalando el alféizar de la ventana.

- ¿Qué clase de anfitrión sería si, aparte de casi matarte, te dejara toda la noche sentada en una incómoda y minúscula ventana? En todo caso yo debería dejarte la cama.

- Vale has ganado, pero si voy a dormir ahí, ponte al menos una camisa.

- Vale.

Tessa sabía que eso era una pésima idea, pero, igualmente se quitó la sudadera y se acostó en la cama, al lado de Henry, pero intentando no pegarse a él.

-¿Esa sudadera era mía verdad? – Preguntó Henry.

- Sí, tenía frío y tu madre me la dio.

- Hace años que no la veía, desde mi época obsesiva con Queen.

- ¿Qué es Queen?

- ¿No sabes que es Queen? – Tessa negó con la cabeza -. ¿Pink Floyd? – Volvió a negar -. ¿The Rolling Stones?

- ¿Por qué alguien querría llamarse "las piedras rodando"?

- No lo se, pero son una gran banda – Dijo Henry -. No puedes estar en mi casa y no haber escuchado una canción de Queen. Espera un segundo.

Henry se levantó y se fue de la habitación, volvió a los cinco minutos con un móvil y unos auriculares.

-Toma – dijo mientras le daba a Tessa un auricular -. Eso se pone en la oreja y se usa para escuchar música – Explicó -. Y esto – Dijo señalando en móvil -. El un teléfono móvil, se usa para muchas cosas, pero ahora lo vamos a usar para reproducir canciones.

Tessa asistió y se colocó el auricular, Henry hizo lo mismo con el suyo y puso una playlist de Queen en su teléfono. La primera canción fue Somebody to Love, seguida de Killer Queen, Bohemian Rhapsody y un largo etcétera.

Al final se quedaron dormidos mientras escuchaban las notas suaves de The Show Must Go On.


Henry se despertó sobre las ocho y media, con un dolor terrible de cabeza. Notó algo cálido al lado suyo y, se dio cuenta que en medio de la noche, Tessa había acabado abrazada a él como un koala. Sus manos estaban alrededor de su abdomen, donde no había ninguna camiseta, su cabeza estaba apoyada en el hueco entre su cuello y su hombro, y su pierna izquierda estaba doblada encima de las él. Sus preciosos ojos bicolores estaban cerrados, y tenía la cara relajada. Su pelo estaba recogido en un moño un poco deshecho. Así incluso parecía una adolescente ingenua.

Debería de sentir miedo al fin y al cabo Tessa era una persona peligrosa, pero, en cambio sintió una extraña sensación en el estómago y noto como sus mejillas se teñían de escarlata. Estaba considerando apartarse cuando de pronto tocaron la puerta. Tessa ni siquiera se inmutó, menuda asesina.

-Henry, ¿puedo pasar? – Escuchó que preguntaba su madre.

- Pasa – Susurró Henry en respuesta.

Su madre entró en la habitación y una pequeña sonrisa se posó en sus labios al ver el panorama. Henry se levantó con cuidado y se fue al pasillo con su madre.

- ¿Qué pasa? – Preguntó mientras cerraba la puerta

- Eso es lo que quiero sabes yo, ¿qué pasa entre tú y esa chica?

- Mamá, por dios. No pasa nada solo somos amigos, supongo.

- ¿Supones o sabes?

- Mamá ya está por favor. ¿Para qué me querías?

- Tu padre no está en casa.

- ¿Qué? ¿Cómo que no está en casa?

- Tranquilo, tu tío me ha llamado y me ha dicho que anoche apareció en la puerta de su casa un poco borracho. Voy a ir a buscarle y cuando vuelva tienes que hablar con él.

- Vale – Dijo Henry, un poco molesto.

- Por cierto, no vayas a casa de Izzy.

- ¿Por qué? Pensaba que estaba allí, quería decirle la verdad...

- Isabelle desapareció un día después de ti.

- ¿Cómo?

- Sí, Jane nos llamó muy preocupada y pregunto si la habíamos visto. Tu padre ya se olía que tu estabas en Pradea y pensó que Isabelle estaba contigo así que, le dijimos que la universidad había organizado un campamento en el bosque para los de primer año y que volverían en una semana. Y que a lo mejor no había cobertura, porque tu tampoco nos contestabas a los mensajes.

- ¿Y se lo creyó?

- Si y no. Al principio estaba un poco nerviosa pero tu padre y yo la convencimos.

- Entonces si no ha estado conmigo... ¿Dónde demonios esta Isabelle?

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⏰ Última actualización: Nov 05, 2022 ⏰

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